Es verdaderamente notable la gran cantidad de anuncios que la industria farmacológica se ha encargado de poner en circulación en los medios de comunicación, sobre todo en la televisión. Es imposible mirar algún programa o realizar la tan gran gustada actividad del “zapping”, sin encontrarse con alguno de estos anuncios que a toda costa tratan de convencernos de los maravillosos poderes curativos de sus productos.
Hay que tener en cuenta que los laboratorios de fármacos son de las empresas más rentables en la actualidad. Los enfermos son un gran negocio para esta industria, que arroja millones y millones de dólares anuales en ganancias por la venta de sus productos. La medicina alópata, que es al genero al cual mayormente pertenecen estos medicamentos, ha ganado desde el siglo pasado, la hegemonía entre las alternativas del amplio mundo de la medicina.
Lo que nos da cierto cosquilleo mental y no deja de invadir nuestros pensamientos, es el hecho de que estos anuncios estén dirigidos a la generalidad del público, ¿que acaso dentro de la medicina, no existe una figura dotada del practico saber que esta disciplina estudia? ¿No es el médico el único capacitado para medicar fármacos a los individuos que padecen alguna enfermedad o malestar? Pues bien, pareciese que los grandes laboratorios quisieran ignorar esto, promoviendo con sus bombardeos publicitarios la automedicación, práctica tan repudiada entre nuestros amigos galenos (si lo duda, vaya con uno y dígale que usted mismo se ha recetado algo). Y es que cada vez es mayor la tendencia en nuestras sociedades al uso obsesivo de los fármacos, todo malestar se resuelve con alguna tableta mágica, los medicamentos, cada vez mas comerciales, están al alcance de todos, y estos en su mayoría se adquieren sin prescripción médica.
Cabe señalar que la diferencia entre un fármaco y una droga es muy sutil, la farmacología define el término “droga” como toda sustancia ajena al cuerpo, que se introduce a éste, modificando algún proceso fisiológico natural. Definición que engloba a los fármacos dentro del género de las drogas.
El abuso en la promoción de los medicamentos, aunque estos sean legales, promueve una sociedad adicta y dependiente, poniendo al individuo en un patrón de vicio no muy distinto a los patrones de adicción de cualquier otra droga. Cuando tenga algún ligero malestar, no olvide que también el ejercicio y el amor, son alternativas preventivas para su bienestar físico y mental.
Hay que tener en cuenta que los laboratorios de fármacos son de las empresas más rentables en la actualidad. Los enfermos son un gran negocio para esta industria, que arroja millones y millones de dólares anuales en ganancias por la venta de sus productos. La medicina alópata, que es al genero al cual mayormente pertenecen estos medicamentos, ha ganado desde el siglo pasado, la hegemonía entre las alternativas del amplio mundo de la medicina.
Lo que nos da cierto cosquilleo mental y no deja de invadir nuestros pensamientos, es el hecho de que estos anuncios estén dirigidos a la generalidad del público, ¿que acaso dentro de la medicina, no existe una figura dotada del practico saber que esta disciplina estudia? ¿No es el médico el único capacitado para medicar fármacos a los individuos que padecen alguna enfermedad o malestar? Pues bien, pareciese que los grandes laboratorios quisieran ignorar esto, promoviendo con sus bombardeos publicitarios la automedicación, práctica tan repudiada entre nuestros amigos galenos (si lo duda, vaya con uno y dígale que usted mismo se ha recetado algo). Y es que cada vez es mayor la tendencia en nuestras sociedades al uso obsesivo de los fármacos, todo malestar se resuelve con alguna tableta mágica, los medicamentos, cada vez mas comerciales, están al alcance de todos, y estos en su mayoría se adquieren sin prescripción médica.
Cabe señalar que la diferencia entre un fármaco y una droga es muy sutil, la farmacología define el término “droga” como toda sustancia ajena al cuerpo, que se introduce a éste, modificando algún proceso fisiológico natural. Definición que engloba a los fármacos dentro del género de las drogas.
El abuso en la promoción de los medicamentos, aunque estos sean legales, promueve una sociedad adicta y dependiente, poniendo al individuo en un patrón de vicio no muy distinto a los patrones de adicción de cualquier otra droga. Cuando tenga algún ligero malestar, no olvide que también el ejercicio y el amor, son alternativas preventivas para su bienestar físico y mental.
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