Después del vergonzoso espectáculo futbolístico (si es que se le puede llamar espectáculo) que nos ofrecieron los “importantísimos” equipos mexicanos Chivas y América, me surge un pequeño prurito intelectual, que tiene que ver precisamente con la denominación de “clásico”, que siempre se le da al encuentro de estas dos escuadras. Veamos.
Según las definiciones de la Real Academia de la lengua española, la palabra “clásico” denota ante todo, plenitud e importancia, lo cual quiere decir que todo aquello que ha sido categorizado bajo este adjetivo es algo valorado como perteneciente a un periodo de esplendor, como algo que marca un referente que puede servir de paradigma o arquetipo para la posteridad, por lo tanto, es algo que tiene trascendencia histórica. Ejemplo de esto lo podemos encontrar en grandes obras de la literatura Griega, la pintura renacentista y la música del Barroco.
Habiendo hecho estas pequeñas aclaraciones, cabe preguntarnos cuál es la importancia y trascendencia que han marcado los equipos de Chivas y América en el futbol Mexicano actual. Chequemos algunos números.
En los últimos 20 años el equipo jalisciense solo ha podido obtener 2 títulos, uno en el torneo de verano de 1997 y el último en el torneo de apertura del 2006. Por su parte, el América tiene también la pobre cantidad de 2 torneos ganados, Verano 2002 y Clausura 2005.
A pesar de que ambas escuadras han tenido periodos esplendorosos (no podemos olvidar que el Guadalajara es el equipo con mayor número de títulos en el futbol mexicano), hace mucho tiempo que no figuran como potencias del Balompié mexicano. Si en algún momento los encuentros entre estos equipos fueron batallas épicas que dejaron su huella en la historia de nuestro fut-bol, hay que reconocer que esos tiempos se han ido.
El desempeño futbolístico del torneo mexicano sigue aun dejando mucho que desear, su desarrollo escaso lo mantiene en un nivel de poca espectacularidad, más allá de la que desesperadamente las cadenas televisivas tratan de inyectarle, supliendo el vacio de futbolístico con tecnologías de video inútiles, que si bien apantallan al teleauditorio, no sirven para nada.
Por otra parte, la escasa capacidad de crítica por parte de los locutores y comentaristas se empeña en generar una visión retórica y falsa de lo que el mismo espectador mira en un partido, se insiste en crear una parafernalia televisiva alrededor de un partido insignificante, en el cual lo que predomina es la apatía y la mediocridad de los futbolistas.
¿Llamar Clásico a un encuentro de dos equipos del montón, conformados por jugadores del montón? ¡Ni América ni Chivas son un referente del Fut-bol actual! Señores comunicadores: más respeto a los equipos que si son protagonistas y sobre todo más respeto al público.
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