Ha causado un gran revuelo la noticia. En lo personal, me dejó perplejo. Lo que antes era un secreto a voces ya se puede gritar en lo más alto del Pico de Orizaba: la clase política ha decidido dejar el poder.
Como un acto de incongruencia entre sus palabras y sus actos, le han cedido por fin un espacio a la cordura y como primera medida se eliminaron ya de todos los programas escolares las vanguardias añejas del positivismo francés.
Los grupos empresariales acordaron reinvertir toda la riqueza que a lo largo de muchos muchos muchos años han acumulado: se volverán transparentes las cuentas personales de todos los accionistas inscritos en la Bolsa de Valores y se reorientará el gasto público de manera que los emprendedores (acorde a su propio espíritu) no recibirán subsidio alguno de las autoridades de este país para ceder el poco dinero que aún queda en las arcas a los más necesitados.
De igual modo todos los partidos políticos se dieron un plazo no mayor a los tres meses para informar a sus afiliados de la desaparición total de las estructuras partidistas, de sus prerrogativas, además de dar un voto de confianza a la muy de moda ideología anarquista.
Lo más sorprendente es que todos los embajadores extranjeros avecindados en la capital nacional harán su salida triunfante con rumbo a La Habana, donde unirán esfuerzos para luchar contra la tiranía de la ganancia y la acumulación desmedida.
Por último, las instituciones nacionales quedarán en manos de quienes quieran participar en ellas, teniendo como ordenamiento legal tener tantos directivos como seres humanos haya presentes en los edificios que tienen como sede.
Se estima, de manera muy poco profesional, que las inversiones extranjeras disminuirán en su totalidad, lo que tiene muy felices a todas las materias primas nacionales, que por primera vez desde la conquista podrán permanecer en suelo mexicano para disfrute de quienes aquí nacimos.
Mientras tanto, los festejos no se han hecho esperar y existen millones de buenos y entusiastas pensamientos sobre el futuro: seguimos sin rumbo, pero ahora sin dueños.
La comunicación digital ha quedado cancelada, por lo que se recomienda a todos volver a escribir cartas, esas cosas que mantuvieron comunicada a la humanidad por siglos y que el teléfono logró que olvidáramos en menos de un siglo.
Así, de un día para otro, dejamos la modernidad y regresamos a los tiempos felices de las cavernas.
Como un acto de incongruencia entre sus palabras y sus actos, le han cedido por fin un espacio a la cordura y como primera medida se eliminaron ya de todos los programas escolares las vanguardias añejas del positivismo francés.
Los grupos empresariales acordaron reinvertir toda la riqueza que a lo largo de muchos muchos muchos años han acumulado: se volverán transparentes las cuentas personales de todos los accionistas inscritos en la Bolsa de Valores y se reorientará el gasto público de manera que los emprendedores (acorde a su propio espíritu) no recibirán subsidio alguno de las autoridades de este país para ceder el poco dinero que aún queda en las arcas a los más necesitados.
De igual modo todos los partidos políticos se dieron un plazo no mayor a los tres meses para informar a sus afiliados de la desaparición total de las estructuras partidistas, de sus prerrogativas, además de dar un voto de confianza a la muy de moda ideología anarquista.
Lo más sorprendente es que todos los embajadores extranjeros avecindados en la capital nacional harán su salida triunfante con rumbo a La Habana, donde unirán esfuerzos para luchar contra la tiranía de la ganancia y la acumulación desmedida.
Por último, las instituciones nacionales quedarán en manos de quienes quieran participar en ellas, teniendo como ordenamiento legal tener tantos directivos como seres humanos haya presentes en los edificios que tienen como sede.
Se estima, de manera muy poco profesional, que las inversiones extranjeras disminuirán en su totalidad, lo que tiene muy felices a todas las materias primas nacionales, que por primera vez desde la conquista podrán permanecer en suelo mexicano para disfrute de quienes aquí nacimos.
Mientras tanto, los festejos no se han hecho esperar y existen millones de buenos y entusiastas pensamientos sobre el futuro: seguimos sin rumbo, pero ahora sin dueños.
La comunicación digital ha quedado cancelada, por lo que se recomienda a todos volver a escribir cartas, esas cosas que mantuvieron comunicada a la humanidad por siglos y que el teléfono logró que olvidáramos en menos de un siglo.
Así, de un día para otro, dejamos la modernidad y regresamos a los tiempos felices de las cavernas.
1 comentario:
Definitivamente las estimaciones acerca de las inversiones [y de todo lo demás] son poco profesionales, aún así, me gusta pensar que no tendremos dueños... algún día. Mientras tanto, felicidades por los pensamientos tan esclarecidos o ¿por qué no? tan esclarecedores.
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