lunes, 31 de agosto de 2009

Épica

Me dele esta ciudad,
me duele esta ciudad cuyo progreso se me viene encima
como un muerto invencible,
como las espaldas de la eternidad dormida sobre cada una de mis preguntas.
Me duelen todos ustedes que tienen por hombro izquierdo una lágrima,
ese llanto es una aventura fatigada,
una mala razón para exigir las mejillas.

En estas palabras hay un poco de polvo egipcio,
hay unas cuantas vendas, hay un olor de pirámides adormecidas en el algodón del pasado,
y hay también esa nostalgia que nos invade en ciertas tardes
cuando la lluvia se enreda en nuestro corazón como los cabellos húmedos y largos
de una mujer desconocida.

Estuve atento a la edificación de los templos, al trazo de las grandes avenidas,
a la proclamación de los hospitales, a la frase secreta de los enfermos,
vi morir los antiguos guerreros,
sentí cómo ardían los ángeles por el olor a vuelo quemado.

Me duele, pues, esta convocatoria inofensiva, esta novia de blanco,
esta mirada que cruzo con mi madre muerta,
esta espina que corre por la voz, estas ganas de reír y llorar a mansalva,
y el trabajo de ustedes, los constructores de la nueva ciudad,
los sacerdotes de las nuevas costumbres, los muertos del futuro.

Me duele la pulcritud inútil, la voluntad académica,
la cortesía de los ciegos,
la caricia torva como una virgen insatisfecha.

Mirad las excavaciones de la noche,
escuchen a Lázaro conversando con sus sepultureros, mostrándoles su anillo de compromiso
con la Divinidad.
Vean a Lázaro en el restaurant y en el tranvía,
en el ataúd y en el puente, en el animal y en su plato de carne.

Sí, me duele este atardecer,
esta boca de sol y de verano.
José Carlos Becerra

¿Ya lo pasado... pasado?

¿Quién no conoce al príncipe de la canción y a su famosa consigna “ya lo pasado, pasado”?Como estudiante, más de una vez he revisado libros de historia en los que se describe a México y como un país sin oportunidades, oprimido, retrógada y plagado de descontento pasivo. Trescientos años de conquista, alternancias absurdas por parte de los diligentes del poder político y económico y sus correspondientes contrincantes, retrocesos imperialistas, guerras y guerrillas; mientras tanto la explotación ininterrumpida de las mayorías sobremediacadas con paliativos engañsos.

Despues conocer la sangrienta y terrible histora de nuestro país, salgo a la calle y parece que no he levantado la vista del libro, o que sólo he dirigido la mrada a una edición corregida y aumentada. Lo que era un viejo pero importante registro histórico se convirtió en una elaborada y compleja novela contemporánea con todos los elementos necesarios para sorprender a cualquier asiduo lector.

Nuestra realidad social, de repete se muestra llena de vacíos de información y poca transparencia, como las cuentas bancarias de los principales accionista en la Bolsa de Valores; los personajes principales de una eneredada trama que sucede en todos los lugares del mundo y afecta a todas las personas del mundo, son siluetas que visten máscaras de todo los colores y las formas como el principal accionista de una monopolio telefónico o el dueño de la principal distribuidora de maíz; así mismo, el libro de la realidad, se muestra lleno de nudos y coyunturas de tensión que desembocan en desenlaces totalmente inesperados como el hoy tan mediatizado destino de los paramilitares de Acteal, o el triunfo de Salinas en el ochenta y ocho.

Las oportunidades que tiene un mexicano promedio para soñar y (más importante aún) para vivir, son tan reducidas como en los tiempos del porfiriato. Siantes sólo se podía ser peón, ahora se puede ser mesero mal pagado, cajero malpagado, vendedor de rosas, de periódicos, de herbalife, obrero en una fábrica explotadora amparada por la ley. La raya, ahora se llama salario mínimo y cobro de IVA en alimentos y medicinas, impuestos crediticios, etc.

Por otro lado, la pintoresca militarización con quen nos amenaza poco a poco Calderón, es un maravilloso guiño estétco e histórico, a la fuerza militar que oprime al mexicano desde la revolución cuando el estado se nota enclenque frente a una situación de precariedad económica y descontento social, a las viejas represalias militares como en el sesenta y ocho, el noventa y cuatro, y el noventa y ohco.

No hay nada nuevo bajo el sol, el principe de la canción se equivocó y el pasado continua sobre nuestras espaldas, haciendo que nos preguntemos un eterno ¿cómo puede ser?

La ciudad

La ciudad
esos buses basureros,
esos bares sombríos de arrabal;
esos bancos de sangre
vampiros y usureros,
esos barrios tristes y quiméricos
de barro de miseria;
esas bodas bacanales de opulencia
y de poder;
con su hija bastarda la pobreza.
¡La ciudad es burdel del capital!
Gonzalo Arango

Canto de la ciudad y del hombre moderno

Hace dos mil años que el hombre nace en la ciudad.
Entornilla sus huesos a la urbe, y vive pobre, grotesco y miserable.
Algún cambio de Bolsa lo fuma millonario, pero el muere roto sin esperanza alguna.
El hombre ciudadano es más triste que la tierra.
Soplan los vientos como cuchillos; y el apenas puede caminar, porque
el dolor lo absorve y lo golpea y lo llena de tierra hasta las narices.
En este sube y baja, el hombre nuevamente se para, y entornilla sus
huesos a la urbe. Y procrea y extiende, pero en cada creación se duele y joroba.
El hombre ya no tiene camino a donde ir. Y sabe que ha de comer de su propia carne.
El hombre es un canto de la ciudad. El canto rojo que al fin y al cabo
ha de entregarse al viento y quemar con su dolor el cielo.
¡El cielo que nos hace tanto daño!
Pero ¿el hombre? ¡Nadie sabe de él que es un hombre! Porque lo ven
hundido y sucio de barro hasta las solapas.
¡Y el él, acaso muera un día, pero en su muerte se llama Lenin el hombre!

Xavier Abril



En la televisión

Jorge Guillén

Televisión. De pronto campo
Confuso de gentes, un día
Cualquiera.
Si es guerra, no hay crimen.
Se ve a un prisionero. Camina
Con paso forzado hacia donde
Se concentra alguna milicia
Que sin más,
vivir cotidiano,
-No hay pompa- dispara, no avisa.
La figura del prisionero
Se doblega, casi caída.
Inmediatamente un anuncio
Sigue.
Mercenarias sonrisas
Invaden a través de música.
¿Yel horror, ante nuestra vista,
De la muerte?

Oso de Circo

Jorge Guillén

Aquel oso de circoera muy hábil.
Ascendía y bajaba puntualmente,
Peldaño tras peldaño, su escalera,
Caminaba correcot, no pomposo,
Erguido bien, andaba en bicicleta
Bajo una piel muy limpia, señoril
Con un lujo de humano cortesano:
Suave, seria parodia de vencido.
Y volvía de pronto a su postura
Mas natural, las dignas cuatro patas.

viernes, 28 de agosto de 2009

Nadie sabe para quien trabaja

Recién se desató una nueva campaña en el país en contra de los fumadores y el consumo de cigarrillos, promovida esta vez por institutos académicos (UNAM, IPN) y grupos civiles adherentes, mediante la cual se propone decretar un colosal aumento del 235% al impuesto sobre cigarros. Con esta tosca medida se pretende –según la versión a viva voz de sus panegiristas- reducir en un 10 por ciento el número de fumadores en el país, que de acuerdo con sus precarias estimaciones asciende a 14 millones de mexicanos. La pregunta que cabe aquí formular, amable lector, es la siguiente: ¿por qué se empeñan realmente en mitigar de forma tan decidida el tabaquismo, no solo en México, sino en todo el planeta? La persecución de fumadores parece ser la vanguardia en el terreno de la filantropía política.

Pero, como bien dicen en la política: “piensa lo peor y acertaras”. Esta insólita campaña no se explica en función de los posibles beneficios que pudiera arrojar en materia de salud pública y salubridad; ni tampoco en función de la democratización de espacios en los que concurrimos gentes con hábitos distintos (fumadores y no fumadores). Lo que realmente esta en juego en esta “cruzada altruista” es la supervivencia material de los institutos de salud públicos y privados, de las empresas farmacéuticas de gran envergadura y de las compañías de seguros médicos: el volumen de pacientes con enfermedades derivadas del consumo de cigarrillos rebasa con creces la capacidad de atención de la que disponen los benevolentes encomenderos al servicio de nuestra salud.

Pero sería una equivocación garrafal analizar el caso mexicano de forma aislada. De hecho, esta política anti-tabaquismo nace y se implementa por vez primera en Estados Unidos. Mientras resultó próspero y rentable el negocio de inducir cada vez más gente al vicio del tabaco, nadie protestó ni denunció su consumo en aquel país. Los casos de enfisema pulmonar aún no arrojaban cifras inconmensurables. De modo tal, que las empresas privadas de la mano con los gobiernos podían solventar eficazmente tales gastos de salud.

Pero, una vez que aumentó exponencialmente el número de pacientes con padecimientos asociados al tabaquismo, el consumo incontrolado de cigarrillos cesó de ser una actividad generadora de espléndidos dividendos. Por el contrario, la adicción a la nicotina y el consumo masivo de tabaco pasaron a representar un expendio descomunal para los dueños de La Salud SA. de CV. (las enfermedades asociadas con el tabaquismo cuestan a la economía global 500 mil millones de dólares anuales). Poco a poco, y al mismo son con que se privatizaban los servicios médicos en todo el mundo, el resto de los países comenzaron a enfrentarse al mismo dilema, y por tanto, a implementar las mismas estrategias que pusieron en marcha los norteamericanos para combatir el problema: prohibir terminantemente el consumo de cigarrillos en espacios públicos en virtud de disminuir gradualmente la proporción de fumadores, y por otro lado, aumentar al doble los precios de las cajetillas para contrarrestar las perdidas que esta medida implicaba y así no interferir con el floreciente negocio de las tabacaleras. Una política win-win –para emplear la terminología economicista de moda.

México, claro esta (sobre todo para quienes somos victimas de esta apócrifa campaña), no fue la excepción, y se alineó con esta misma táctica (en México las enfermedades derivadas del consumo de tabaco cuestan al sector salud 21 mil mdp.). Pero, ¿si realmente desean acabar con el tabaquismo, porque entonces no restringen la publicidad y promoción que las compañías tabacaleras despliegan con todo desparpajo en espacios propagandísticos y medios de comunicación? Si en efecto les preocupa la salud pública, ¿por qué entonces no sancionan o prohíben la producción de cigarrillos manufacturados a base de sustancias toxicas y adictivas, principales sospechosas de la propagación del cáncer pulmonar?

Estas campañas anti-tabaquismo, a las que se han sumado toda clase de organizaciones –algunas quizá con un interés sincero de procurar la salud de los mexicanos-, no hacen sino tender la mano a las gigantes transnacionales (tabacaleras y de salud) en su misión por recuperar nuevamente las cuotas de ganancia a las que tuvieron libre acceso en otro tiempo.

Bien dice el refrán: “nadie sabe para quien trabaja.”

Pobres de ellos

Que me perdonen las buenas conciencias, pero no hay forma alguna en la que pueda estar de acuerdo con el obispo de Veracruz, Luis Felipe Gallardo Martí del Campo.

El jueves pasado el dirigente moral increpó contra los diputados, abonando al bastante conocido mal nombre que acompaña al puesto de legislador. Dijo textual: “los diputados federales primero deben bajarse los sueldos, renunciar a sus prerrogativas y privilegios como grupos políticos, y además, mostrar mayor interés con los problemas de la ciudadanía”.

Hasta aquí ningún problema.

Pero cuando el prelado se refirió a la propuesta del Partido de la Revolución Democrática para que las iglesias paguen más impuestos, de plano no se contuvo:

a los perredistas los calificó de ignorantes porque -dice- ellos (los curas) están dados de alta en Hacienda y pagan sus cuotas.

Es más, también dio línea a la bancada veracruzana para la agenda legislativa: “no deben proponer leyes que favorezcan a tres temas en particular: el matrimonio entre personas del mismo sexo, el aborto y sobre todo, lo más importante -recalcó- no tocar las limosnas.

“En cuanto a las limosnas, es como si me quisiera meter a fiscalizar a cada individuo en lo que hace con su dinero. Tú regístrate y paga tus impuestos. No tienes derecho a saber más. El como uno gasta su dinero es cosa privada de cada quien. Hay cosas fiscalizables y cosas que no. (Nota del que escribe: es más, no hay ni dios que lo pueda fiscalizar.)

“Si la misma Cámara (de diputados) está con esa especie de rechazo, no quiere que la fiscalicen, y ahora que metemos mano los ciudadanos para saber en qué se gastan el dinero, ellos es cuando comienzan a distraer la atención diciendo que paguen impuestos estos y que paguen los aquellos. Empiecen a pagar ustedes -le dice a los diputados- y no ponerse tantos privilegios que son una exageración”.

Momento. Tiene razón el cura en cuanto a los privilegios, pero no se trata de ser candil de la calle. La iglesia -sobre todo la católica- goza desde el salinismo (y aún desde la época del célebre Cárdenas) de prerrogativas suntuosas, incluso en muchos casos con cargo al erario.

Además, es ya bien conocido que las limosnas funcionan para limpiar el dinero mal habido, como dijo alguna vez el obispo de Aguascalientes y vocero del Consejo Episcopal Mexicano, Ramón Godínez -hoy en el cielo.

Me parece que si el padre quiere ayudar al pueblo, lo primero que debería hacer es pedirle que se olvidaran de las limosnas, para que El Vaticano se haga cargo de los gastos de sus empleados, y no el pueblo mexicano.

Es cierto que los diputados nos salen muy caros, pero sé con claridad el presupuesto con el que trabajan las dos cámaras legislativas de nuestro país, además de que se les puede consignar mediante un largo y complicado proceso judicial… pero se puede.

A los párrocos no hay forma alguna de fiscalizarlos, porque su dinero, más que ser divino, es secreto e intocable.

lunes, 24 de agosto de 2009

El lenguaje de la dignidad

Diego Taboada Varela
Rebelión

"La brutal tendencia que concentra toda la actividad económica y cultural en, por y para los núcleos urbanos es ecológica, social y económicamente insostenible; en Méjico DF, por ejemplo, los bebés nacen con niveles de plomo en los pulmones cinco veces por encima de lo normal; es escalofriante : la concentración de Co2 en el aire de la megalópolis mejicana no perdona ni a los embarazos..."

Reflexiones sobre violencia, racismo y odio

Guerras sin sentido

Que Hitler y los nazis mataron a seis millones de judíos. Que los regímenes comunistas en el mundo han asesinado otro tanto. Que Osama (¿lo recuerdan? Aquél árabe barbón que tiró las torres gemelas) y las armas de destrucción masiva que Saddam supo esconder tan bien (imposible pensar que se nos haya mentido y estas nunca existieron) hubieran desencadenado una tercera guerra mundial de no ser por la gloriosa intervención americana.

Y se nos olvida que estos paladines de la democracia han invadido tantos países como se les ha ocurrido, causando un número de muertes sin precedente.

Y lo peor son aquellas guerras que no se declaran y que sin embargo tienen el mismo costo en términos de vidas humanas: así estamos nosotros, así está Colombia. Peleando una guerra de antemano perdida por que el consumo de drogas en los Estados Unidos no va a disminuir. Por que el tráfico de armas en la frontera no va a ser frenado ni con 20 muros.

Peleando con armas americanas y muertos nacionales.

Entre 2004 y 2007, más de mil millones de dólares en armas entraron a México de manera legal. ¿Otro tanto, quizá más, de contrabando?

3,800 millones de dólares fueron aprobados en el mismo periodo para “asistencia técnica y entrenamiento” por parte de contratistas independientes. Y esto es sólo lo que la iniciativa privada, siempre pendiente de nuestras necesidades y gracias al TLC, nos provee.

Tenemos aparte la fantástica Iniciativa Mérida, que contempla apoyos al gobierno mexicano por 700 millones de pesos.

Así, desinteresadamente financian nuestra guerra, con tal de que el cártel del Golfo y el cártel de Sinaloa no se disputen Los Ángeles a balazos.

Y Colombia se encuentra igual o peor. Un país literalmente partido en dos, y cuyo presidente recientemente autorizó la instalación de siete bases militares americanas en su territorio.

Escoge tus batallas, escuchamos a menudo: pero en ambos casos, la batalla fue escogida en otro lado.

¿Qué se logra realmente con el uso de las armas? Los Estados Unidos tienen desplegados más de 190 mil soldados en más de 46 países y territorios. Cuentan con 865 bases militares en 40 países del mundo (datos del Pentágono a finales de 2008). Y luego dicen que no son un imperio. Dónde está la lógica de las guerras orquestadas desde Washington, sino en el expansionismo militar y en el desmedido beneficio económico que reciben unos pocos.

¿Ha demostrado la democracia impuesta a punto de balazos que puede resolver los problemas estructurales dentro de una nación? No creo que los kurdos o los chiítas en Afganistán e Iraq estén de acuerdo.


¿El problema del narcotráfico será en realidad solucionado con soldados y metralletas? Nosotros llevamos 3 años enfrentándolo así, con mas diez mil muertos; Colombia lleva más de 10 años. ¿Es ese el camino a seguir?

Dicen que lo único que nos espera es la colombianización de México. Y si, en efecto, México se colombianiza, no será sino por que quienes toman las decisiones así lo quisieron. Hará falta entonces un buen descolombianizador, y estoy seguro que ni Calderón ni el gobierno de los Estados Unidos meterán las manos ya.

domingo, 23 de agosto de 2009

Interesante analogía, refiriéndose a la crisis y a los supuestos mecanismos de rescate:

"¿Es apropiado llamar a esto un 'rescate'? Los mercados financieros son rescatados para evitar que el barco del capitalismo financiero se hunda, pero no están sacando agua. Sino gente. Son personas las que avientan por la borda en nombre de la "estabilización". El resultado será un navío más angosto y más mezquino. Mucho más mezquino. Porque una profunda desigualdad –los super ricos viviendo al lado de los económicamente desesperados– requiere de un endurecimiento de los corazones. Necesitamos creer que somos superiores a aquellos que son excluidos para tolerar la situación. Así que este es el sistema que están salvando: el mismo, sólo que más mezquino."

De Rebelión.org

Surveillance

En el 2008 la hija del afamado cineasta David Lynch, Jennifer Chambers Lynch estrenó su segunda película: Surveillance. En el desierto de Santa Fé se han cometido varios asesinatos a mano armada por unos enmascarados. La policía local se muestra incompetente y dos agentes del FBI, Elizabeth Anderson (Julia Ormond) y Sam Hallaway (Bill Pulman), se ven obligados a intervenir.
Los agentes interrogan a tres testigos de un reciente incidente relacionado con los mentados asesinos: Stephanie (Ryan Simpkins) una niña de ocho años que vio como asesinaron a su familia; Bobbi Prescott (Pell James) una adolescente adicta a la cocaína que viajaba con su novio; y Jack Bennet (Kent Harper) un oficial de la misma delegación de la carretera en la que se cometieron los asesinatos.
Cada testimonio nos revela la forma de ser del personaje que nos relata su historia, y al mismo tiempo, nos damos cuenta de que tan cierta o que tan fielmente se apega cada quién a lo que realmente pasó. Todos los tesigos saben algo más de lo que aparentan, pero la mayoría oculta la verdad para lograr enfrentarse a ellos mismos.
La palabra surveillance, significa vigilancia, refiriéndose más específicamente a la vigilancia de un criminal o persona de la que se piensa puede cometer algún mal. En la película las autoridades como el FBI y la policia representan esa red de vigilancia con el deber de proteger y servir. Sin embargo, la ambigüedad del deber asignado a las supuestas autoridades es constantemente puesto en tela de juicio a lo largo de toda la película; como cuando una pareja de oficiales dispara hacia los neumáticos de los autómoviles que pasan por su zona, para después sacarles algo de dinero, atormentarlos física y psicológimante, y por supuesto, para divertirse un rato (cualquier semejanza con la realidad nacional es mera coincidencia).
En una entrevista para SCIFI-UK Jennifer Lynch aclara que todo en su película se reduce a una pregunta: ¿Decir la verdad nos salvará en algún momento? Retomo su pregunta para contextualizarla un poco. ¿Decir la verdad nos salvará de la violencia ejercida por las autoridades negligentes e incompetentes, que parecen provocarnos para someternos en cuanto levantemos el puño en lugar de agachar la cabeza? En la película, la niña parece ser la única que si bien sabe algo más, no dice más que la verdad que los adultos le permiten decir en voz alta. Su suerte no es la misma que la de los demás personajes, pero no es tan reconfortante como se suele decir que sería despues de decir la verdad.
El lento transcurrir del tiempo en la película, los vacíos de información y los dialogos mudos o amnbiguos muy al estilo de papá Lynch, están también presentes en esta segunda producción de Jenny Lynch, quien también incluyó un sundtrack también con el sello familiar. Se nota la intención de transmitir esa sensación de claustrofobía que David exprime hasta la última gota, lamentablemente, su hija no explota este recurso con tanto éxito. Aún así es una buena película de horror y suspenso que no deja de valer la pena.

sábado, 22 de agosto de 2009

Fútbol: ¿fiesta u opio?

El miércoles pasado tuve el agrado de leer el brillante artículo de un colega (que, según dicen sus amistades, tiene la “conciencia tranquila”), en el que explica las propiedades análogas de la política y el fútbol. No obstante, y sin afán de menospreciar la aguda capacidad de observación e ilustración del multifacético compañero, me da la impresión que le falto añadir algunos pormenores históricos y socio-culturales que han condicionado el devenir del deporte “rey” (aunque le duela a los obstinados gringos). Así que, esto no es más que una pequeña contribución a la lúcida exposición de mi compañero.

Se puede decir que los orígenes del fútbol están dispersos por todo el mundo. Si bien hoy sabemos que los ingleses fueron los primeros en reglamentar el deporte de las patadas (1847) y en formalizar la competencia entre equipos (1863), no debemos pasar por alto que desde tiempos antiguos los egipcios, chinos, japoneses, aztecas y romanos practicaban entonces el juego de pelota con los pies. Algunas de estas remotas versiones tenían un claro parecido con lo que hoy conocemos como fútbol asociación.

No fue sino hasta 1904 que nació la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociado), organismo que introdujo una serie de cambios en aras de regular, normalizar y explotar económicamente el balompié en todo orbe. Lo que antiguamente era un entretenimiento reservado para jóvenes acomodados (especialmente en Inglaterra), pasó a ser un deporte popular, luego de que los dueños del prometedor negocio incorporaran jugadores pobres provenientes del “barrio” a las filas de los clubes, en virtud de enriquecer visualmente el espectáculo futbolístico. Como resultado, el fútbol se “democratizó”, aunque desgraciadamente también se mercantilizó y politizó.

Desde entonces, el balompié dejó de ser una simple y llana diversión, un mero goce del cuerpo, para convertirse en una versión moderna del anfiteatro romano, en una arena cuasi-bélica con dos rivales ávidos de triunfo. Nomás que hoy, la sangre, el sudor y el espectáculo lo ponen los futbolistas, ya no los gladiadores.

El nacimiento del fútbol organizado coincide con el auge de los nacionalismos y se empalma con la febril formación de las sociedades industriales. Inmerso en este contexto, era de esperarse que el fútbol se hiciera industria, y que los equipos se convirtieran en sagrados símbolos patrios de los diversos Estados nacionales. Si a esto le abonamos su inconmensurable capacidad de convocatoria el resultado es básicamente lo que sabemos de este deporte: una empresa extraordinariamente rentable, capaz de aglutinar frente a un televisor a la plebe y despertarle ánimos de unidad nacional. “¡Negocio redondo!”, seguramente exclaman gobiernos y empresarios.

En efecto, el fútbol, como toda actividad vital del hombre, se ha mercantilizado. El showbusiness le ha devorado. La picardía, la frescura, la alegría, la osadía, y todas las pinceladas de fantasía que alguna vez engalanaron al deporte “más bello del mundo”, han sucumbido ante las fuerzas oscuras de la mercadotecnia y la tecnocracia deportiva.

Pero a pesar de las exageradas cantidades de dinero que arroja, del uso político que se le confiere, de las pasiones acaso perversas que despierta, el fútbol aún fascina de forma mágica a quienes lo practican profesionalmente, a quienes lo sueñan, a quienes lo viven y gozan en las calles del barrio, y sobre todo, a quienes los gritan, lloran y ovacionan en las gradas de un estadio.

“Este reino de la lealtad humana ejercida al aire libre”, observó alguna vez el intelectual italiano Antonio Gramsci, en relación con la práctica del fútbol.

Dicen que el fútbol y la política son lo mismo. Y quizá tengan razón. Pero –aunque sea poco factible que esto ocurra- yo prefiero imaginar un futuro en el cual perviva el fútbol y perezca la política.

jueves, 20 de agosto de 2009

¿No que no?

Una ficha informativa del Departamento de Defensa de Estados Unidos, fechada el 5 de mayo de 1999, confirma que el Ejército mexicano proporcionó a paramilitares de Chiapas entrenamiento y protección, a cambio de información sobre las actividades del zapatismo, en concordancia con lo trazado por el Plan de Campaña 94, elaborado por la Sedena a los nueve meses del levantamiento zapatista de enero de ese año.

El documento de la Agencia de Inteligencia del Pentágono, recién desclasificado, indica que oficiales “estuvieron involucrados en la supervisión de los grupos armados en la región montañosa de Los Altos”, donde se localiza el municipio de San Pedro Chenalhó, al cual pertenece la localidad de Acteal, donde el 22 de diciembre de 1997 paramilitares dispararon contra 300 indígenas y abatieron a 45, la mayoría mujeres y niños.
La nota completa en el siguiente link: http://impreso.milenio.com/node/8627340

Reflexión III

No había reparado en que todo se rompe por lo más delgado. Sobre todo no había reparado en ello, no porque nunca me había tocado estar en algo que se rompiera, sino porque nunca me había tocado ser hilo.
O tal vez he estado todo atarantado que no me di cuenta que cuando un ser humano ejerce cualquier tipo de autoridad, apela no sólo a la construcción material de leyes (que nos recuerda la máxima sistemática de que las instituciones han construido este país), sino que va aún más allá: se escuda en un marco moral que nos es bien familiar a todos, pero que a ciencia cierta nadie lo toma al pie de la letra.
Dicho de otra forma: nadie firmó nunca el libro de Rosseau, mas que Rosseau mismo.
Y la moral (ése árbol que da moras) de la clase dominante deja mucho que desear. Sus escuelas, pieza fundamental del desarrollo tecnológico de este país, son ya de la iniciativa privada (en lo que se refiere a ganancia), mientras sobreviven algunas públicas (para cumplir con la odiosa necesidad humana de gastar en la sociedad).
La industria (que es de los mismos que patrocinan a las escuelas que “moralizan”) ha logrado tirar casi todos los árboles de este país y dinamitar casi todos los cerros. Un logro de la cultura emprendedora, que hasta la fecha carece de una oreja regalada a una puta o un libro que se pueda leer acostado en una máquina (como logró hacer el INSTITUTO DE ALTOS ESTUDIOS PATAFÍSICOS DE BUENOS AIRES, en su CÁTEDRA DE TRABAJOS PRÁCTICOS ROUSSELIANOS, puntualmente en su Comisión de Rayuela, en conjunto con las Subcomisiones Electrónica y de Relaciones Patabrownianas, en la década de los 60).
Y bueno, los medios. De ellos existe una parte material, económica, pero que tiene muy poco que ver con el oficio, con el cariño o, por decirlo de una manera culta, con Diógenes.
En la parte en que unos escriben algo y se lo dicen a otros que lo leen, lo escuchan o lo miran sobre todo hay una interacción real. Así que en los medios que le gusta revisar a la clase dominante nacional, a la autoridad, no hay más que sus propios intereses reproducidos por otros que tienen, casualmente, los mismos intereses.
Y moralizan entre ellos a veces en cocteles y a veces en las planas de un periódico.
Pero como son muy poquitos y nada más miran los medios que les gustan, porque carecen del tiempo y el silencio que se requiere para tratar de descifrar lo que quieren los periódicos de las minorías y o las manifestaciones, es por eso que se refugian en la seguridad que tienen para decir un discurso y si es necesario pagar por decirlo para que a nadie se nos olvide que la vanguardia y la novedad están al alcance de nuestras manos por sus laboriosas tareas de negociación y acumulación de capital.
Son famas pues.
Por eso todos podemos disfrutar de un suéter traído de China pero no tenemos idea de cómo se hace una ley.
Lo que la autoridad no logra mirar es que no sólo la juventud es ahora presa de desobligación; de carencias morales e históricas; de fundamentos sólidos que generen confianza en alguien más.
Es la autoridad misma la que no tiene refugio al cuál acudir para hacer valer su razón más que la razón de estado, tan desdeñada ya por Todorov.
La autoridad de ahora fue la juventud de ayer. Y a esa juventud Revueltas le dejó la autogestión porque “Aprender es controvertir: en esto reside una verdadera democracia del conocimiento que la Universidad debe encabezar y extender a todos los centros de enseñanza superior […]
“Hay que crear las más diversas formas de organización democrática para la acción, para el diálogo, para la controversia, amplias, constantes, incansables”.
Muñoz Ledo dice que los mexicanos carecemos de memoria.
A los defensores de las formas habrá que recordarles que son las formas últimas las que valen -las de la prudencia, la templanza, la fortaleza y la justicia humanas y para nuestro entorno- no las de la distancia a la que obliga la política.
Termina Revueltas: “Ésta es la forma de poner en movimiento la crítica universitaria. Ésta es la forma de sacudir a México desde sus raíces.
¡Sepamos ser jóvenes! ¡A la tarea!”. La firma en Ciudad Universitaria, el día en que la autoridad “se hizo valer”.
A la larga la lucha entre los libros y las pistolas es ridícula. Sin la ambición, las armas carecen de valor… ¿Y por qué persiste una lucha de quienes ejercen la autoridad contra los que no poseen autoridad alguna más que su voz?

martes, 18 de agosto de 2009

Cosa de juego

La política y el futbol son dos grandes actividades sociales en nuestro país, ambas son objeto de pasión de muchos de nuestros ciudadanos. Tanta pasión desbordan dichas actividades, que uno es capaz de poner la vida en ella solo por mero ocio o por que no hay otra forma distinta de canalizar nuestra energía.

Aunque la política pareciese ser una actividad que requiere un mayor nivel cultural, estructuralmente comparte un andamiaje muy similar al del deporte de las patadas. Además dichas actividades no están peleadas la una con la otra, seguro existen por ahí expertos en ambos terrenos. He aquí algunas similitudes:

El futbol es un deporte que genera una riqueza material inmensa (no piense que para usted), la política también.

Tanto en la política como en el futbol existen equipos, unos ganan y otros pierden. Por supuesto existen honorables adversarios y otros que no tanto. Como todo un goleador, en la política hay personajes certeros que se llevan el crédito.

Existen en ambas actividades expertos en la materia, los cuales con rimbombante y dominguero lenguaje, expresan sus “doctísimos” puntos de vista en todo medio de comunicación posible.

Así como en las tribunas de los estadios de repente se forma la “melé” y los aficionados se dan hasta con la cubeta de las cervezas, los tribunales y salas de congresos también son escenarios de broncas dignas de cualquier barrio bajo.

La corrupción es otro punto en el que convergen estas disciplinas, si en el futbol se pueden comprar árbitros y beneficiar a algún equipo, en la política se puede comprar un tribunal para beneficiar a algún partido político o candidato.

La exportación de futbolistas al extranjero es cada vez mayor. En materia internacional los políticos mexicanos son unos verdaderos “cracks”.

Pero he aquí el punto analógico que más identifica estas mexicanísimas actividades: ambas estupidizan y enajenan el grueso de nuestra población llenándonos de ilusiones y de vacías fantasías.

Gane quien gane, tanto en política como en futbol, en nuestro mundo real señoras y señores, seguimos hundidos en la mierda.

lunes, 17 de agosto de 2009

La justicia es ciega

¡Que sería de nosotros sin la Suprema Corte! Por fin, tan sólo 12 años después de los hechos, la mayoría de los indígenas apresados injustamente por su presunta participación en la matanza de Acteal han sido liberados.

El 22 de diciembre de 1997, 45 indígenas tzotziles fueron asesinados por un grupo paramilitar conocido como Máscara Roja. 26 indígenas fueron señalados por la PGR como responsables, después de fabricar la evidencia necesaria para poder encerralos.

Ojalá y solo pasaran otros 12 para que los auténticos responsables de los hechos sean enjuiciados, pero sabemos que no es el caso.

Los verdaderos culpables de la matanza de 45 personas (52 según los detractores del aborto) jamás serán encontrados. Aquellos que crearon, entrenaron y armaron a los grupos paramilitares, aquellos que ordenaron el ataque, aquellos que no querían al EZLN en Chiapas, “por el peligro que representaba a la vida democrática e institucional” que tanto bien ha hecho a México.

Ni siquiera aquellos funcionarios que encerraron a 20 personas inocentes por más de una década. Estamos perfectamente consientes de que no pondrán pie en ninguna cárcel.

¡Pero no todo esta perdido! La misma benévola Suprema Corte ha aceptado investigar el caso de la guardería ABC y fincar así responsabilidades a quién sea necesario. Con un poco de suerte, los culpables no serán aquellos que destrozaron su camioneta para abrir un boquete en la pared y dejar salir así al resto de los niños, sino quienes permitieron que la guardería operara en las condiciones en las que lo hizo.

Hay que entender sin embargo, que la Corte estará bastante ocupada en este asunto, por lo que el fuero militar no se pondrá a discusión. El hecho de que sea completamente anticonstitucional (pone a los militares por encima de las leyes federales) no es suficiente para los jueces.

El informe presentado por Humans Rights Watch (una ONG internacional dedicada a la defensa de los derechos humanos) presentado en abril del presente año señala 17 casos de irregularidades en la actividad militar durante el 2008, en los que nadie ha sido condenado. El único caso en el que los cuatro soldados implicados fueron hallados culpables, fue el único caso juzgado por autoridades civiles y no militares. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos registra, de 2006 a la fecha, mil 203 denuncias.

Pero la prioridad en esta administración es el combate a las drogas, esa guerra que lleva ya más de 10 mil muertos, la mayoría de ellos inocentes.

¿Qué se necesita para hacer que el aparato judicial en México imparta verdadera justicia? La Corte reconoce que ha habido violaciones a los derechos humanos en Atenco, en Oaxaca, en Chiapas, pero nadie es señalado responsable, mas que algún chivo expiatorio de vez en cuando.

Tal parece que seguimos viviendo en los mejores tiempos del autoritarismo, aún cuando nos jactamos de tener las instituciones más democráticas en la historia. Los encargados de impartir justicia responden a todo (dinero, poder, conveniencia), menos al famosísimo bien común.

La justicia es ciega, dicen. También sorda y cojea un poco, digo yo.

viernes, 14 de agosto de 2009

Un pequeño desliz

“El comercio es satánico por su esencia. El comercio es el préstamo con rédito, el préstamo que dice Devuélveme más de lo que te he dado.

“El espíritu de cada comerciante está completamente viciado.

“El comercio es natural, luego es infame.

“El menos infame de todos los comerciantes es el que dice ‘Seamos virtuosos para ganar mucho más dinero que los tontos, que son viciosos’.

“Para el comerciante, la misma honestidad es una especulación de lucro.

“El comercio es satánico por ser una forma del egoísmo, la más vil y más baja.”

En realidad sólo me gustaría hacer notar que los Díarios íntimos que cito de Baudelaire fueron impresos durante la gestión del señor (empresario) Felipe González, a la sazón todavía Gobernador del céntrico estado de Aguascalientes.

Aquél que es el más conocido abarrotero del bajío. Dueño de un emporio de tiendas regionales, que abastecen un mercado local de clientes que datan desde tiempos felices de su familia…

Si aún no logran atinar el recuerdo, fue el mismo que el día en que lo nombraron candidato a la Senaduría por su estado natal al levantar los brazos en señal de triunfo enseñó tremendo revólver, que hizo a todos súbitamente recordar que era Subsecretario de Gobernación en turno.

Sé muy bien de la natural inclinación de los comerciantes a moralizar. Pero me parece que esa ardua labor la tendremos que dejar en manos de quienes se dedican a reflexionar y no de quienes se dedican a contar.

Algo así como abarrotero a tus abarrotes, poeta a tus poemas.

La división de clases no es una idea que viene en los libros comunistas, sino una realidad material: los ricos viven en lagos y los pobres en charcos.

Me parece pertinente anotar de nuevo las palabras del célebre Moisés Montefiore (a quien debo una disculpa por una horrorosa errata en una mención que hice de su nombre) que en sus Aspectos técnicos de la Revolución sobre sale su punto intermedio: para una satisfacción de las necesidades sociales, es necesario recurrir a un “impuesto progresivo sobre la propiedad”. Sobretodo la industrial…

sábado, 8 de agosto de 2009

La "salida" capitalista a la bancarrota capitalista

Jorge Altamira
Argenpress
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=89779



En la reciente zafra de balances trimestrales, una mayoría de industrias norteamericanas ha revelado ganancias “mayores a las esperadas”. En medio de la crisis mundial, el "enigma" tiene mucho de parecido a los superávit comerciales que registran numerosas naciones "emergentes" que, sin embargo, están exportando menos: ocurre que importan mucho menos aún.

Así, las empresas en cuestión también venden muchísimo menos, como resultado de la crisis, pero sus ganancias derivan de un recorte “furioso” (textual de los diarios) de costos. Aunque han "ahorrado" fuerte mediante la reducción, también drástica, de sus inventarios, la fuente principal de los mayores beneficios ha sido una mayor tasa de explotación de la fuerza de trabajo. Aunque la crisis se acentúa, los accionistas cobran sus dividendos. De todos modos, no todo son rosas: la reducción del valor de la fuerza de trabajo lleva, en determinado punto, a la deflación; uno, como consecuencia de la caída del consumo; dos, como consecuencia de la mayor competencia que provoca el mayor rendimiento de la fuerza de trabajo en relación con el capital utilizado. La deflación implica la mayor generalización de la crisis. La historia de las crisis capitalistas demuestra que el punto de partida de una recuperación pasa por la revalorización de la fuerza de trabajo (el precio de la canasta familiar cae más que el salario) y por la desvalorización del capital (un capital más barato eleva el porcentaje de la ganancia sobre la inversión). Pero para llegar a esto habrá que atravesar aún una fase de catástrofes económicas y políticas.

La presión para reducir el valor de la fuerza de trabajo explica la velocidad del incremento de la desocupación en los Estados Unidos en el primer semestre del año. Según la mayor parte de los expertos supera a la caída que experimentó la producción. La resultante ha sido una fenomenal intensificación del trabajo del personal que siguió ocupado. Otro aspecto es la reducción directa de los salarios, o la reducción de la jornada laboral acompañada por una reducción mayor de los sueldos. La cifra oficial de desempleo en Estados Unidos es de 9,5% de la población activa, unos veinte millones de trabajadores, pero cuando se añade a las personas que han dejado de buscar trabajo, a las que están obligadas a trabajar menos (6%) y a la población carcelaria -el porcentaje se eleva a los veinte puntos, o sea a cuarenta millones de desempleados. Recientemente, las cámaras empresariales rechazaron la decisión de los estados de elevar el salario mínimo de 5,25 a 7,0 dólares la hora, con el argumento de que no podrían soportar ese mayor costo. Otro elemento fundamental es el recorte en los aportes patronales a la cobertura de salud, que forma parte del llamado "costo laboral"; el número de personas sin protección médica ha crecido en forma impresionante. Un ejemplo brutal de la reducción del precio de la fuerza de trabajo se observa en el caso de la industria automotriz, donde los salarios fueron recortados un 70% y la cobertura de salud en cerca de la mitad. Como ocurriera en la primera fase de la crisis del "30, los trabajadores no han opuesto una resistencia significativa a este desplome, sorprendidos por la magnitud de la catástrofe y por la completa traición de las burocracias sindicales y políticas.

A la tendencia generalizada a la reducción de los salarios y contribuciones complementarias, se ha sumado una tendencia a arrebatar conquistas significativas de los trabajadores. La violencia de algunas acciones de los trabajadores, en Francia, ha sido la respuesta a un enorme fraude laboral, pues las patronales no han querido pagar las indemnizaciones por despidos amparándose en disposiciones de la Unión Europea, que eran desconocidas por los trabajadores, en contraposición a la antigua legislación nacional. En España acaba de producirse una suerte de "ruptura" entre el gobierno y las cámaras patronales, como consecuencia del reclamo de éstas para reducir o simplemente anular la indemnización por despido. La desocupación española es la más alta del oeste de Europa. La voracidad de los explotadores de todo el Estado español parece no tener límites, pues casi la mitad de los empleados se encuentran precarizados y no tienen derechos indemnizatorios. Rodríguez Zapatero se verá obligado a fijar un subsidio para este sector del proletariado. En Gran Bretaña hay una crisis similar, pues el partido Conservador sostiene que la salida a la crisis pasa por una purga sin contemplaciones.

Esta tendencia patronal ha sido recogida por la Organización Internacional del Trabajo, que en su reciente reunión (a la que asistió la Presidenta K) impulsó la llamada “flexiseguridad”, que consiste en abolir la indemnización por despido a cambio de un curso de capacitación para nuevos empleos. Los "expertos" de la OIT parecen creer que la bancarrota capitalista es producto de la "disfuncionalidad" de los trabajadores, no del capital. Si se observa con un poco de cuidado se comprueba que, ochenta años mediante, las patronales siguen siendo tan deflacionarias como en los años "30 o que el keynesianismo (limitación del capital por medio de la intervención del Estado) es una receta para períodos de "prosperidad" –aunque, en este caso, sin casi limitaciones para los capitalistas.

La "moda" que impera en el mundo capitalista es, hoy, lo que en Argentina llamamos Repro, o sea la suspensión con salarios reducidos, que el Estado (no la patronal) paga en una proporción sustancial. Los gobiernos se jactan que, de este modo, "preservan" la relación laboral; en realidad se trata de una forma de evadir la indemnización por despido, como lo prueba el hecho de que los contratados no reciben este "beneficio".

Otra forma de evadir las indemnizaciones es lo que ocurre en Mahle o Massuh, donde el cambio de dueño no habilita al pago de indemnizaciones por antigüedad, o se disimula ese cambio (promesa de devolver la empresa) para evitar el pago de indemnizaciones y el peligro de que se desconozca la antigüedad en el futuro.

Las burocracias sindicales colaboran, en todos los países, con este despojo a los trabajadores. Naturalmente, esto recién comienza. No está dicha la última palabra, ni la penúltima siquiera.

viernes, 7 de agosto de 2009

Gran salto atrás

Ha causado un gran revuelo la noticia. En lo personal, me dejó perplejo. Lo que antes era un secreto a voces ya se puede gritar en lo más alto del Pico de Orizaba: la clase política ha decidido dejar el poder.

Como un acto de incongruencia entre sus palabras y sus actos, le han cedido por fin un espacio a la cordura y como primera medida se eliminaron ya de todos los programas escolares las vanguardias añejas del positivismo francés.

Los grupos empresariales acordaron reinvertir toda la riqueza que a lo largo de muchos muchos muchos años han acumulado: se volverán transparentes las cuentas personales de todos los accionistas inscritos en la Bolsa de Valores y se reorientará el gasto público de manera que los emprendedores (acorde a su propio espíritu) no recibirán subsidio alguno de las autoridades de este país para ceder el poco dinero que aún queda en las arcas a los más necesitados.

De igual modo todos los partidos políticos se dieron un plazo no mayor a los tres meses para informar a sus afiliados de la desaparición total de las estructuras partidistas, de sus prerrogativas, además de dar un voto de confianza a la muy de moda ideología anarquista.

Lo más sorprendente es que todos los embajadores extranjeros avecindados en la capital nacional harán su salida triunfante con rumbo a La Habana, donde unirán esfuerzos para luchar contra la tiranía de la ganancia y la acumulación desmedida.

Por último, las instituciones nacionales quedarán en manos de quienes quieran participar en ellas, teniendo como ordenamiento legal tener tantos directivos como seres humanos haya presentes en los edificios que tienen como sede.

Se estima, de manera muy poco profesional, que las inversiones extranjeras disminuirán en su totalidad, lo que tiene muy felices a todas las materias primas nacionales, que por primera vez desde la conquista podrán permanecer en suelo mexicano para disfrute de quienes aquí nacimos.

Mientras tanto, los festejos no se han hecho esperar y existen millones de buenos y entusiastas pensamientos sobre el futuro: seguimos sin rumbo, pero ahora sin dueños.

La comunicación digital ha quedado cancelada, por lo que se recomienda a todos volver a escribir cartas, esas cosas que mantuvieron comunicada a la humanidad por siglos y que el teléfono logró que olvidáramos en menos de un siglo.

Así, de un día para otro, dejamos la modernidad y regresamos a los tiempos felices de las cavernas.

El arraigo II

Dicen que las segundas partes siempre son malas, o que son menos valiosas que las primeras. Esto advertido, espero que este artículo sea la excepción que confirme la regla.

Ante la grata respuesta y las vitales apreciaciones de mis pocos pero fieles lectores, en relación con el artículo de la semana anterior, he conseguido ampliar un poco mi veredicto acerca de lo que constituye el arraigo y de paso despejar algunas inquietudes de ciertas colegas que estimo.

Primero que nada, deseo hacer una aclaración. En la mañana del viernes pasado, justo a la hora en que cumplía fielmente con uno de mis deberes xalapeños, aquel de degustar plácidamente de un café, recibí la llamada de una querida amiga (madre de un auténtico cronopio con aspiraciones de erudición) que se comunicó para notificarme su desconcierto por la mención de mi posible partida. No era mi intención alarmar ni dejar ver síntomas –inexistentes- de desesperanza ante el problema que nos abruma a mis camaradas y su servilleta. Se dice que la fe muere al último. Mientras siga apareciendo mi foto con pose ridícula en esta sección de Acentos, en este gentil periódico que nos acoge, pueden dar por sentado que mi confianza y optimismo permanecen intactos.

Por otro lado, mi cuate Arturo Mejía me hizo una observación, de esas enérgicas y demoledoras que él suele hacer, en relación con el artículo de la semana pasada. Una vez que supo el carácter azaroso de mi arribo a la ciudad de Xalapa, me indicó –a manera de reprimenda- que había cometido el fatal error de olvidar las célebres palabras del gran poeta español, Antonio Machado: caminante no hay camino, se hace camino al andar; todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo caminos, caminos sobre la mar. Me sugirió que reescribiera el articulo, mas creí oportuno, en lugar de una simple corrección, escribir esta segunda parte y reconocerle al distinguido “profe” su valiosa aportación.

En efecto, solo cuando es voluntario y consciente, el arraigo resulta genuino, fecundo. La vida carece de bosquejos, de caminos fatalmente trazados. Es uno quien otorga a la vida un rumbo, un destino, una orientación. El arraigo es una opción más en el firmamento de alternativas. Más cuando es elegido libremente, el asentamiento arroja grandes enseñanzas.

Por experiencia propia, puedo insinuar –no afirmar- que en el labrar digno y soberano de nuestro destino yace la experiencia más gratificante en la vida de cualquier hombre.

Dicen también, que de lo bueno, poco. Así que por esta ocasión dejaré este asunto por la paz, no sin antes agradecer (siempre quise concluir un artículo con un lugar común o cliché como este) a todos los que me instruyeron para mi adaptación a la ciudad, y a todos los que han vertido tiempo y esmero para hacerme sentir como en casa. Un agradecimiento sincero y profundo.

martes, 4 de agosto de 2009

Ciencia política II

La ciencia política no se detiene a mirar los medios de comunicación. A lo mucho, los utiliza para promover sus conceptuosos comentarios.
Tampoco conoce bien de grandes regiones. La tenebrosa metodología del análisis micro regional se olvida casi siempre de una cosa que se llama mundo.
Por lo mismo, la ciencia política no confía mucho en la historia. La quiere como a un pariente muy lejano, del que sólo se conocen algunos detalles.
Prefiere mirar los procesos, esa idea muy de otro lado de organizar la vida milimétricamente. Por eso su fascinación con la burocracia, alimento preferido de las cuantiosas facturas que tanto le gusta imprimir a la ciencia política.
Como todo método científico, el de esta ocupación se preocupa poco por la filosofía. Sobre todo se olvida, muy a descrédito de sus propias palabras, de la rigurosidad reflexiva, objetivo sustancial de la madre del conocimiento: la academia.
Quizá con la sociología es con la que mejor relación lleva la ciencia política. Porque comparten clásicos de su literatura, pero sobre todo, por que así lo dicen las escuelas que ofrecen las dos carreras. Faltaba más.
La poesía, la música, el cine, pero sobre todo las comunidades marginadas, son palabras que no se conocen en esta ciencia.
Se trata de estandarizar el vacío de ideas, de analfabetizar el análisis. De guanajuatizar todo.
He ahí tamaña rama: prefiere a las matemáticas para entender lo que pasa en la realidad. Aún más: prefiere sus palabras, que a la realidad misma.

lunes, 3 de agosto de 2009

Mentiras de verdad

Hace prácticamente un año el mundo entero estaba a la expectativa sobre quién sería el nuevo candidato del Partido Demócrata a la Presidencia de los Estados Unidos, y por lo tanto, el próximo presidente, debido a que se antojaba imposible que el Partido Republicano ganase la elección, gracias a la baja popularidad de Bush.

La pregunta en ese entonces era quién ganaría, si la mujer o el negro, ambos miembros de minorías sin mayor papel en la política hasta hace poco, mucho menos en una elección presidencial en el país más poderoso del mundo.

Ahora, juntos siguen practicando las mismas políticas que caracterizaron no sólo a los ocho años de la presidencia de Bush sino a todos los gobiernos del expansionismo yankee. Y es que el debate resultaba a final de cuentas intrascendente: los capitales financieros en Wall Street y los militares industriales del Pentágono tienen la última palabra en cuanto a las decisiones: poco importa si el presidente es un cowboy, una esposa desesperada o un musulmán de color.

Y no es el caso tan sólo de los Estados Unidos: los gobiernos actuales se encuentran no sólo al margen de las verdaderas decisiones, sino supeditados a ellas.

Ejemplos sobran: que si en las elecciones de 2012 gana el PRI o el PAN: el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos y Canadá no es un punto a discutir; que si en Iraq se mantiene el gobierno democráctico impuesto por los Estados Unidos o la oposición nacionalista se erige con el triunfo: la explotación de los yacimientos petroleros seguirá en manos de las compañías extranjeras; que si regresa Manuel Zelaya a Honduras o el gobierno golpista conserva el poder: de cualquier modo las transformaciones sociales profundas no se van a llevar a cabo por medio de reformas desde las instituciones.

Objetivo cumplido, dirán los seguidores más ortodoxos de Adam Smith: el Estado se ha debilitado al punto en que no importa quién sea presidente: el poder real sigue estando en las mismas contadas manos, mismas que se siguen enriqueciendo a costa, incluso, de las vidas de muchos.

Allí es donde entra en juego la democracia: no para acabar con la concentración extraterritorial de la riqueza y el poder, sino más bien, para crear una ilusión de que los cambios son posibles (pregúntenle a Obama), de que la soberanía aún reside en el pueblo, de que las decisiones se encuentran en nuestras manos. Por eso se gastan miles de millones de dólares en el mundo occidental para organizar campañas políticas y elecciones periódicas. Por eso vivimos constantemente bombardeados por la publicidad de partidos políticos, partidos que no representan a nadie salvo a sus empleados, diputados incluidos.

Y nosotros seguimos escuchando mentiras y votando por ellas, como si los cambios necesarios en verdad ocurriesen desde las instituciones, esas instituciones creadas con un solo fin: dar una apariencia de democracia, de pluralidad, de libertad, mientras que nuestros recursos naturales sirven para enriquecer a unos pocos (extranjeros o nacionales, da igual), mientras que las condiciones de vida en nuestro país no sólo no mejoran, sino que empeoran, mientras que según datos de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), uno de cada seis habitantes en el mundo sufrirá de carencias alimenticias en 2009.

domingo, 2 de agosto de 2009

Expresión Por Siempre

Actualmente en el mundo, se suceden 3500 festivales de cine al año, en promedio son diez por día. El festival internacional de cine Expresión en corto, tuvo lugar del 24 de Julio al 2 de Agosto en Guanajuato y San Migul de Allende.
El cineasta galés Peter Greenaway, homenajeado junto con la actriz mexicana Meche Carreño y el director Jorge Fons, se presentó por segunda ocasión en el renombrado festival guanajuatense.
El viernes 31 de Julio, Greenaway dió una conferencia llamada “El cine ha muerto ¡Que viva el cine!”, en la que postuló los elementos característicos de su concepción actual del cine. Para Peter el cine como séptimo arte murió al dejar de reinventarse; reniega de la pasividad que obliga al ser humano a sentarse dos horas frente a un rectángulo y aceptar todo lo que le muestre; comenta también que el público no está hecho para las películas de larga duración, pues la televisión junto con el control remoto, han acostumbrado a los televidentes a los pqueños lapsos de imágenes cambiantes y les han quitado la arrebatado de concentración.
El sábado primero de Agosto, Peter Greenaway se presentó en la Alhóndiga con su nueva propuesta cinematográfica: Tulse Luper, A life in Suitcases, un espectáculo Vj con seis pantallas acomodadas a lo largo del escenario y tres pantallas táctiles manejadas por el director. De esta manera Greenaway pone en práctica sus teorias experimentales.
En cada pantalla, el director de “El libro de cabecera” y “8 1/2 mujeres”, selecciona imágenes que viajan a través de las seis pantallas. El espectador puede elegir que pantalla ver y así armar la historia de Tulse Luper y sus maletas a su manera. La narratividad del cine convencional queda anulada y hace del cine una experiencia interactiva qur rompe la obligatoria pasividad del cine comercial. En otras ocasiones en las que se ha presentado el espectaculo Vj, Peter Greenaway ha usado al aire libre pantallas triangulres, en forma de arco y otras formas para liberarse de la pantalla rectangular y del cuarto oscuro donde encierran a las personas.
Tanto la conferencia como el espectáculo Vj, fue presenciado por un numeroso y resptable público compuesto en su mayoría por jóvenes, a los que Greenaway incitó para que usen y abusen de las nuevas tecnología para evitar que el cine se estanque en si mismo.
Después del evento del sábado (y permitiéndome un comentario adyacente), la policía que siempre hace su trabajo, arreo a los asistentes como ovejas macana y metralleta en mano. Así se combate la delincuencia y la insegridad que acosa México hoy en día, tratando a los jóvenes como ovejas descarriadas ¡Malditos lobos de dientes afilados!