Resultó ser que un día desembarcó un extranjero desde Europa -la misma cantaleta se repite desde el siglo XVI- y abolió la esclavitud, engrosó al estado, cosa que no le gustó mucho (al parecer) a los derechosos estrafalarios que se fueron allende el Atlántico para parlamentar con los supremos pidiéndoles rumbo y dirección para el progreso nacional.
Resuelto su asunto, el segundo emperador resultó tan liberal como Juárez -sólo que terminó sepultado en el Cerro de las Campanas, por monarquista.
El día del entierro empezó la independencia nacional… de Europa –y sólo momentáneamente. La alianza con el norte de América estuvo determinada con su ascenso, su crecimiento acelerado, industrial y tecnológico.
La revolución sólo activó el proceso largo y tortuoso de industrialización nacional, de crecimiento urbano.
Me declaro un entusiasta de los excesos: después de un auge estatal, el campo fue abandonado; la maquila nacional ha construido el sueño mexicano.
Y el intercambio internacional ha crecido exponencialmente desde entonces. También la población, que ocupa ya muchas ciudades (diez veces más que hace cien años).
Por eso tenemos que defender con los dientes nuestro derecho a divertirnos con un cura de la farándula -casi bicentenario.
También por supuesto tenemos que reorientar la agricultura, el sistema industrial de exportaciones y maquilas, la forma en que se cobran los impuestos y a quiénes se les cobra.
No podemos escatimar en costos cuando se trata de volver evidente lo absurdo del régimen.
Por eso yo exijo como ciudadano que el mismo cura vuelva a secuestrar otro avión, y se mantenga constante en su lucha de recorrer todos los estados del país, al lado de Juanito -y toda la mafia política- secuestrando aviones para hacerle saber a quien quiera su mensaje, mientras todos los demás nos dedicamos a cambiar este país.
Resuelto su asunto, el segundo emperador resultó tan liberal como Juárez -sólo que terminó sepultado en el Cerro de las Campanas, por monarquista.
El día del entierro empezó la independencia nacional… de Europa –y sólo momentáneamente. La alianza con el norte de América estuvo determinada con su ascenso, su crecimiento acelerado, industrial y tecnológico.
La revolución sólo activó el proceso largo y tortuoso de industrialización nacional, de crecimiento urbano.
Me declaro un entusiasta de los excesos: después de un auge estatal, el campo fue abandonado; la maquila nacional ha construido el sueño mexicano.
Y el intercambio internacional ha crecido exponencialmente desde entonces. También la población, que ocupa ya muchas ciudades (diez veces más que hace cien años).
Por eso tenemos que defender con los dientes nuestro derecho a divertirnos con un cura de la farándula -casi bicentenario.
También por supuesto tenemos que reorientar la agricultura, el sistema industrial de exportaciones y maquilas, la forma en que se cobran los impuestos y a quiénes se les cobra.
No podemos escatimar en costos cuando se trata de volver evidente lo absurdo del régimen.
Por eso yo exijo como ciudadano que el mismo cura vuelva a secuestrar otro avión, y se mantenga constante en su lucha de recorrer todos los estados del país, al lado de Juanito -y toda la mafia política- secuestrando aviones para hacerle saber a quien quiera su mensaje, mientras todos los demás nos dedicamos a cambiar este país.
1 comentario:
Tomando en cuenta las palabras
"Me declaro un entusiasta de los excesos: después de un auge estatal, el campo fue abandonado; la maquila nacional ha construido el sueño mexicano."
Yo diría que tu entusiasmo sólo hace evidente la naturaleza de seres humanos PEND...ulares. Todos, al fin, como péndulos nos dirigimos siempre al extremo opuesto al que nos encontrábamos [es imposible seguir más allá de los extremos]
Y vaya que la maquila nacional ha dado de comer a muchos de mis paisanos... lástima que no hemos caído en cuenta que ese proveedor también es una causa del desgaje social en el que nos encontramos inmersos.
Saludos a todos los "Dignos" [con mayúscula]
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