Las
muestras de agotamiento del estado mexicano, construido en los años veintes a
partir de las experiencias de gobierno en varios estado de la república, ha
provocado una debate que coloca la cuestión en términos de reformas posibles
ancladas en el espíritu neoliberal o de nuevas definiciones del fenómeno social
superando el modelo liberal de sistema político. Los primeros niegan el
agotamiento del liberalismo y se aferran a la dinámica legalista para
administrar el sistema, procurando siempre el cambio moderado, administrado.
Los segundos miran más allá del orden liberal, partiendo de la premisa que el
liberalismo y su estado han cumplido su ciclo histórico.
En
todo caso, al acercarse al problema parece necesario conocer la coyuntura en la
que surgió y creció el sistema político mexicano. A partir de ello se podrían
definir sus características, sus marcas de nacimiento como diría Panebianco,
que nos ayuden a comprender los signos de la decadencia de ése sistema, pero
sobre todo, los caminos posibles para una recofiguración del sistema político
en México, orientados a superar el estado liberal como centro del sistema
político.
Se
describirá la coyuntura de la que surge el estado de bienestar en México para
después organizar algunos elementos que ayuden a comprender el éxito que tuvo
un estado que transformó al país y que hoy se niega a desaparecer, a pesar de
ser manifiestamente incapaz de honrar los principios básicos de todo estado de
bienestar para volver a la fórmula del estado policía del siglo XIX, en
aquéllos años con Porfirio Díaz y hoy con Felipe Calderón y Enrique Peña.
El
año de 1914 representa una bisagra entre el mundo caracterizado por la
hegemonía del imperio británico y la aparición de los EEUU y Alemania como serios
aspirantes a ocupar el centro del sistema mundo. El inicio de la primera guerra
mundial anuncia el fin del equilibrio pactado en Europa después de la derrota
de Francia por Inglaterra pero también el inicio de una tendencia que, desde
los años treinta y que tomó fuerza después de 1945, hasta la llegada de
Mitterrand al poder marcó a todo Europa: el fortalecimiento de la presencia de
la socialdemocracia en el estado liberal. De ser derrotados y reprimidos
durante todo el siglo XIX, los socialistas llegarán a gobernar con sus
respectivos partidos a la mayor parte de los países occidentales. Por último,
en el siglo XX, que empieza en aquél 1914 y termina en 1989, serán los EEUU los
ganadores de la contienda y ocuparán sin discusiones el centro del sistema
mundo a lo largo de todo ese siglo, con todo lo que eso significa para la
nación mexicana y para Latinoamérica.
Tal
vez por ello, la corriente sonorita de la revolución fue la que logró iniciar
el proceso de la construcción entre 1920 y 1928 de un estado que sustituyera al
heredado por el porfiriato; su conocimiento y admiración por el modelo
estadounidense tuvieron mucho que ver con su proyecto de estado. Y si bien
Calles tenía sus diferencias con Obregón, los dos estaban de acuerdo en la
urgencia de sentar las bases para la construcción del edificio estatal
posrevolucionario sin enfrentarse directamente con el vecino del norte. Los
tratados de Bucareli pueden tomarse como nacionalistas, sobre todo en tiempos
en que nuestros gobernantes venden al país y a su población sistemáticamente.
Empero, le sirvieron al grupo Sonora como moneda de cambio para lograr el
reconocimiento oficial de los EEUU a cambio de mantener la apropiación del
petróleo por las compañías yanquis.
La
hegemonía de Calles y Obregón se mantuvo también como consecuencia de una hábil
negociación con los poderes locales, los caciques regionales que mantenían el
poder local y y que, en ausencia de un poder central fuerte, fueron actores
centrales en el proceso de construcción del estado posrevolucionario en México.
En otras palabras, la construcción del estado estaba en manos de los caciques y
militares en casi todos los estados del país, sin olvidar la labor coordinadora
del centro, que realizaron Obregón y Calles desde la presidencia que aunque no
controlaban completamente las regiones, tenía poder de veto real gracias a que
disponían del ejército mexicano, al menos hasta 1923. Estos dos elementos, bajo
la sombra del movimiento social de la revolución mexicana que, para efectos de
éstas líneas se asume como revoluciones, como movimientos, están claramente
condicionados por las problemáticas locales. Si negar que tuvo impacto en toda
la república se parte de la idea de que no fue una revolución, fueron
revoluciones.
¿Cómo
se expresa la coyuntura en el ámbito local?
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