viernes, 31 de julio de 2009

El arraigo

En una ocasión un compañero cronopio me preguntó mi opinión sobre el arraigo, sabedor de mi ambulante y errabunda existencia. Como era de esperarse, me resultó extraordinariamente problemático articular una respuesta medianamente satisfactoria. “Es un mecanismo social de autoconservación”, contesté con simulada firmeza, notando de inmediato un gesto de estupefacción en mi compañero, seguramente carcajeando por dentro ante la absurda teorización de una cosa tan llana y vivencial. No dije una palabra más, conocedor de mi incapacidad para contestar la pregunta sin previa meditación.

Si bien esto es un intento –aunque precario- de replicarle a mi curioso compañero, creo que por razón de mi recién adquirida condición de residente-veracruzano-non grato mi contestación corre el fatal riesgo de resultar precipitada.

Debo confesar, estimado lector y apreciado compañero cronopio, que mi fugaz paso por Xalapa representa lo más próximo a una estancia con pretensiones de arraigo. Si alguna ciudad tiene en este momento la envidiable distinción de haberme inclinado a contemplar un alojamiento prolongado en su terruño, esa ciudad es Xalapa. En tres “largos” años de estancia en la hospitalaria ciudad de las flores he recibido más muestras de afecto que en los numerosos hogares y paraderos erráticos que le precedieron. De ahí que mi respuesta se fundamente en esta incomparable experiencia.

Los azares del destino me acarrearon imprevistamente a esta ciudad. Por las circunstancias fortuitas de mi arribo imaginé que mi estancia sería corta y anodina. Nunca pensé que tres años después estaría escribiendo un artículo para lectores xalapeños, con tono de amargura y nostalgia.

Mi adaptación a la ciudad fue, textualmente, instantánea. Fui instruido rápida pero escrupulosamente. Las indicaciones imperativas de aclimatación fueron las siguientes: visitar la terraza del Ágora y deleitarse con el exuberante, lírico paisaje que ofrece la ciudad; realizar caminatas nocturnas por los callejones angostos, húmedos, bohemios; degustar de un buen café por las mañanas y ser testigo de la amplia concurrencia de peregrinos y parroquianos en los establecimientos de mayor reputación; emplear perseverantemente las expresiones “ala” y “azo”; escuchar un disco o asistir a una presentación del grupo musical “sonex”; caminar con destreza evasiva las aglutinadas banquetas de la ciudad; cargar permanentemente con suéter, impermeable, pantaloncillos cortos, paraguas, zapatos, sandalias, bufanda y gafas oscuras, por aquello de los impredecibles y súbitos cambios climáticos que azotan a la ciudad; saludar cordialmente al “Capi”, celebre y consentido personaje entre la comunidad xalapeña; ser espectador, al menos por una ocasión, de un acto público encabezado por el tlacatecuhtli de la fidelidad.

Y podría continuar enumerando todo aquello que, en la conciencia colectiva de este noble pueblo, constituye el carácter o espíritu esencial de un auténtico xalapeño.

Tomando en consideración mi óptimo desempeño en el cumplimiento recto de dichas prácticas –y sin afán de resultar temerario- estimo que en tres años me he hecho indiscutible merecedor de las llaves de esta ciudad.

Esta sensación de pertenencia y calidez sobreabundante, querido(s) amigo(s) cronopio(s), sospecho, presumo, que constituye el meollo del arraigo. Es cierto que la necesidad en ocasiones nos obliga a echar raíces. Pero también lo es –acaso con el mismo rigor- que la tierra, las costumbres, los usos, las personas queridas, en fin, todos los ingredientes que aderezan y dan sentido a la vida, son los antecedentes subyacentes –a veces racionalizados de forma distinta- del arraigo.

Hace tres años me hubiese resultado virtualmente imposible responder tal interrogante. Hoy, en la antesala de mi probable partida, puedo afirmar con inquebrantable certeza que la propensión del hombre al arraigo responde a su intrínseca condición de afirmarse, de identificarse, de hermanarse, de confirmarse como un ser social capaz de desarrollar vínculos entrañables con el otro, con los otros.

Esta vital enseñanza se la concedo a Xalapa y su generosa gente.

Ante la magnitud de tal deuda, espero al menos haber satisfecho dignamente la inquietud de mi compañero.

martes, 28 de julio de 2009

Perdidos en un nuevo horizonte

Según Bertrand Russell, han sido dos las grandes revoluciones que han transformado radicalmente el horizonte económico y político de la humanidad; ambas desgraciadamente plagadas de terribles y miserables consecuencias éticas.

La primera de ellas ocurrió con la introducción de la agricultura, datada más o menos desde la primera dinastía egipcia. Dicha revolución fue causante de la esclavitud, del sacrificio humano y de la sujeción de la mujer.

La segunda revolución de gran magnitud es verdaderamente reciente, ha ocurrido apenas hace no muchas décadas y tiene que ver con la industrialización científica. Sus consecuencias, no menos miserables que las del dominio técnico de la agricultura, se pueden apreciar en la intensificación de la guerra (que caracteriza a nuestra época), en el agotamiento de los recursos naturales y en el dominio mental por parte de los centros de educación y los medios de comunicación.

El problema que subyace de fondo nos dice Russel, tiene que ver con el hecho de que la mentalidad colectiva de una sociedad, esta adaptada a su horizonte primitivo, lo cual la hace incapaz de asimilar de manera positiva el impacto de una revolución de este tipo.

Nuestra sociedad actual, no termina de asimilar el impacto de la reciente industrialización científica. Seguimos anclados en un horizonte en el cual la agricultura sigue siendo el centro de las preocupaciones. En países como México no se han logrado resolverlas las necesidades materiales básicas de los individuos.
La tecnología, lejos de ser utilizada para resolver los problemas de producción de dichos bienes materiales, ha sido utilizada con fines maquiavélicos de dominación y control, sobre todo en materia de comunicación.

Es necesario, si tenemos en verdad alguna aspiración a la participación política como sociedad civil, superar el impacto del nuevo horizonte tecnológico. Esto implica desembarazarnos de la enajenación a la cual hemos sido sometidos por los medios, pero esto difícilmente puede ser posible si no se resuelven primero problemas como el de la alimentación y el empleo. Sin estas condiciones difícilmente se puede hablar de democracia, ni de participación pública ni nada que se le parezca.

Hasta que las anteriores demandas no sean satisfechas a la sociedad, la democracia y la pluralidad no serán otra cosa más que demagogia. La política en toda su dimensión, seguirá siendo un teatro en el cual elegir por candidatos de uno u otro partido será mínimamente relevante.

Secar el pantano

“Sequen el pantano y se acabarán los mosquitos”, dijo Noam Chomsky recién sucedieron los avionazos que derribaran las torres gemelas y que generaran que el aquel entonces presidente de los Estados Unidos de América, George Bush, se cuestionara por qué el mundo los odiaba tanto. La respuesta de Chomsky no se hizo esperar.

Evidentemente, Chomsky, con su parabólica frase, lo que pretende explicarnos es el hecho de que la existencia de tanto odio y resentimiento en el mundo no son gratuitos y tienen una razón. Si los terroristas atacan A los E.U.A esto se debe a la desigualdad e injusticias sociales que ellos mismos han sembrado en todo el mundo. La solución por ende, no esta en matar a los mosquitos uno por uno, es decir, perseguir y acabar a todo aquel rebelde resentido que clama por un poco de venganza, sino en erradicar las desigualdades sociales en todos los niveles y dimensiones. Esto es secar el pantano.

El gobierno y legisladores de nuestro país (y no solo los actuales) parecen tampoco entender esta sencilla analogía. Los índices de criminalidad y violencia han aumentado en los recientes años y parecen aun no haber alcanzado su pico más alto.

Ante este panorama tan atemorizante y poco esperanzador lo más que se hace es construir algunas propuestas un tanto sensacionalistas y cuasi épicas, como la propuesta que realiza el verde por implementar la pena de muerte. Propuesta que no puedo mas que calificar de retrograda y fascista.

Si bien este tipo de propuestas tienen impacto y aprobación en cierto sector de la población, sobre todo en las esferas de familias empresariales (quienes suelen ser blanco frecuente de secuestros), no creo que de ninguna manera tales medidas ayuden a borrar la violencia y el crimen de nuestra cruda realidad, es más, llevarlas a cabo solo seria encender un generador de más violencia.

Es un hecho que los crímenes deben ser castigados y que ante este tipo de situaciones violentas, el estado debe reafirmar su posición, ejercer su poder y hacer prevalecer su soberanía; sin embargo, también es obligación del estado encontrar los orígenes del odio y el resentimiento que se manifiestan ahora en nuestra sociedad, hacer una retrospectiva que los haga reflexionar cual es la causa de tanta miseria. Invertir en educación, aprovechar los recursos, sanear los problemas de raíz y no solo tratarlos sintomáticamente.

Hay que entender que el Estado es un aparato que debe procurar bienestar social a cada uno de los individuos que se amparan ante el, y no solo un negocio que beneficia a algunos cuantos. Mientras no entendamos esto, seguiremos con nuestra interminable tarea de matar mosquitos.

domingo, 26 de julio de 2009

Esto no es democracia

Se nos dice que debemos ser mejores ciudadanos. Que no basta con acudir a las urnas el día de la jornada electoral para consolidar nuestra democracia. Que hay que hacer saber a las autoridades nuestros puntos de vista, nuestras necesidades, y convertirnos en un contrapeso a la corrupción, al abuso de poder y a la arbitrariedad de las autoridades.

Y cuando lo intentamos hacer, se nos castiga. Somos libres de expresar nuestras inconformidades, mientras lo hagamos por lo bajo y sin incomodar a nadie. Somos libres de actuar conforme a lo que pensamos, siempre y cuando no seamos un obstáculo para aquellos que manejan el dinero y el poder, para aquellos que toman las decisiones.

Uno de los grandes engaños: la idea de la individualidad se ha construido para hacernos a todos iguales. Consumiendo lo mismo, comportándonos de la misma manera, aceptando que las cosas son como son sin poder cuestionarlas, y lo más importante: sin poder organizarnos para hacerlo.

Libres pero no tanto. Democráticos, mientras convenga y sin excesos.

Todas las instituciones dentro de un régimen reproducen la forma de organización del mismo: y el nuestro, habrá que reconocerlo, es un régimen autoritario. La familia, la escuela, el trabajo: en todos estos lugares existen mecanismos de control, los cuáles a veces ni percibimos.

Hablando en el caso concreto de la escuela, y en particular de las universidades, al alumno se le habla de democracia y de participación ciudadana. Se le dice qué la solución no debe venir necesariamente de arriba y se le alienta a participar. Sin embargo no conozco ningún alumno al que se le pregunte sobre su horario, sobre sus planes de estudio o sus maestros. No hay un representante de los alumnos, por ejemplo, en la Junta de Gobierno que tomará la decisión sobre el nuevo rector de la Universidad Veracruzana.

Y cuando alguien trata de exigir algún derecho, como los anteriores, lo más fácil es callarlo, aislarlo e ignorarlo: seamos democráticos, pero las instituciones más cercanas a nosotros mantienen el mismo papel autoritario de siempre.

A lo anterior hay que sumarle los crecientes e interminables procesos burocráticos, los mejores aliados de la clase política: siempre habrá una fotocopia faltante que sea capaz de detener el trámite necesario.

La burocracia educativa no se queda atrás, especialmente en la universidad: la designación de profesores, por ejemplo, poco depende del perfil de los mismos o del perfil del grupo (basta un título, de preferencia del extranjero, así sea de dudosa precedencia), sino del número de horas a cumplir, el número de asignaturas disponibles, y por supuesto, de que queden lugares disponibles para aviadores, ahijados y demás.

La transición a la democracia ya ocurrió, se nos dice: la alternancia en Los Pinos en el año 2000 lo prueba. Sin embargo, pocos de estos análisis sobre la “calidad de las democracias” pone un ojo en lo que pasa a nivel inmediato, en la cotidianeidad, en lo que pasa en las instituciones en las que trabajamos o estudiamos diariamente.

El problema no está, como se repite constantemente, en que nuestra cultura política y nuestra voluntad de participar en los asuntos públicos estén por los suelos: el problema es que así es como se nos quiere tener.

Violencia Reglamentada

Como una nube tenebrosa cada vez más densa, o como diría Rafa de la Garza, como el aliento de la bestia que se siente humedeciendo el cuello de la camisa, la negligencia y el abuso de poder se hace cada vez más evidente y más áspero, además, se va legalizando lentamente.

Nuestro presidente es el que dirije la bestia... si no se cuida seguro que se le rompe el bosal. Claro que al estar montado sobre la bestia militar, las primeras víctimas seremos nosotros los civiles y no él. Iniciativas como el aumento de facultades al procurador general de Justicia Militar, o desbarajustes como la facultad que se acaba de otorgar a los policías para actuar como peritos, hacen que me den escalofríos; y no porque tenga algo que temer, sino por la sola idea del increíble poder que un montón de ignorantes uniformados pueden ejercer sobre mi con todo el peso de la ley y la violencia.

Desde el siglo XVIII (un siglo que en México se vivió de manera similar a la que nosotros vivimos el nuestro, sin transparencia, ingenuamente democrático, plagado de violencia) Malatesta nos advertía que el poder Ejecutivo sirve únicamente para defender los intereses del Estado y sus apoderados. Miguel Alcántara, subprocurador general de la república, sostiene que este tipo de medidas fortalecerá el marco normativo que rige la acción militar, y que se superará el “espacio de opacidad” que se tiene.

Reflexionemos un poco: el número de denuncias referentes a los abusos de poder de las autoridades estatales y federales aumenta; se publican en los medios cifras espectaculares sobre el arresto de delincuentes menores y la supuesta captura de grupos de crímen organizado que pasan droga en el estómago de tiburones; mientras como de costumbre, los medios nos idiotizan con noticias de caracter holliwoodense, las preventivas y cárceles menores se llenan con gente inocente que pasa a ser un número más en la cuenta para las siguientes estadísticas que serán anunciadas en algun spot de la secretría general de justicia, como otro intento por convencernos del buen proceder de nuestras autoridades.

Me pregunto entonces: ¿Se evitará la negligencia y el abuso de poder, sólo con impedir que los delitos que las autoridades cometen en contra de los civiles, no puedan ser juzgados dentro de un marco regular? ¿Es acaso porque casi ninguna denuncia en contra de este tipo de actitudes es realmente seguida y satisfecha por las autoridades? ¿Por qué, si el nivel de confianza que tienen los civiles hacia los policías y militares es poco, se ha tomado “democráticamente” la decisión de insertar poco a poco el ejército entre los civíles?

No Alex

Como en muchos de los rubros del arte y la cultura, la difusión de la música que escuchamos en la radio, la televisión o que encontramos disponibles en las tiendas, es generalmente parca y repetitiva; sin embargo la creatividad y las propuestas alternativas no dejan de buscar caminos para hacerse conocer. Cada minuto surge un nuevo grupo musical en el mundo, una propuesta inovadora o por lo menos refrescante que sirve como un respiro para la asfixia que provoca la repetición enajenante que nos ofrecen los medios masivos, y que nos brinda una opción más para aceptar o rechazar.

Alex “Pankc” Menck y Alex “Assunto” Flores, se han encargado este año de inyectarle nueva vida a la escena musical alternativa de Xalapa. No Alex, como se hace llamar el duo, es un proyecto experimental que recoje influencias de grandes grupos como UNKLE, Kraftwerk, Sonic Youth, o musicos geniales como David Bowie y Brian Eno. Su primer disco es homónimo; está compuesto de nueve temas: For more years, No mamerson Mr. Chingerson, Viceversa, Alto Funcionario, Dame mil dolares, El hombre ideal, Cidade alerta, Animalitos y Little Asia.

El estilo de la banda es por lo general minimalista, los sintetizadores, los beat electrónicos y las grabaciones adheridas forman líneas melódicas bien ensambladas que transmiten un sentimiento de recelo, complcidad e ironía para quien lo escucha. La base musical está mezclado con entrevistas o declaraciones que por lo general transmiten un mensaje de denuncia e inconformidad social. En la canción de For More Years, el discurso de fondo es una grabación del gober Swatseneger apoyando con sensacionalismo hollywoodense la candidatura para la reelección de Bush; en Alto Funcionario y Viceversa, se denucia tanto la terrible burocracia universitaria, como la incrieblemente cruel burocracia internacional, ambas un laberinto borgiano.

Ahora, este disco llegó a mis manos casi por azar. Durante la inaguración de una exposición del pintor xalapeño Robin Matus, uno de los integrantes de No Alex se acercó a mí y me regaló el disco. La difusión que ha tenido el disco ha sido practicamente llevada de mano en mano. Casos similares se han sucedido como el de los músicos integrantes de La barranca Alonso Arreola y José Manuel Aguilera con el proyecto laba: Música horizontal, con el que viajaron por México y el mundo regalando una excelente producción discográfica.

En fin, espero que pronto el disco de No Alex se encuentre un poco más a nuestro alcance y que los podamos escuchar algún día en vivo o por lo menos en un myspace. Espero también que propuestas como estas sean cada vez más numerosas en Xalapa y no se diga en México.

sábado, 25 de julio de 2009

La Educación Superior

El sistema educativo en México es una cuestión en extremo espinosa. Si bien la educación adolece de los mismos problemas, contrariedades y veleidades típicos del sistema imperante, también es cierto que el carácter abusivo y autoritario de su modus operandi ha sido impugnado más rigurosamente que el de cualquier otra institución, sobre todo a raíz de la Revolución estudiantil que se gestó en todo el orbe en 1968.

Antiguamente, la educación estuvo inserta orgánicamente en la demarcación del poder imperial y eclesiástico. En nuestra época, la educación superior es uno de los pilares cardinales de la economía de mercado. A partir del siglo XIX, la academia quedó claramente supeditada a las exigencias del ámbito productivo. La producción de mano de obra especializada, adiestrada, se volvió un cometido medular de los institutos de educación formal. La promoción y divulgación de la cultura mercantil y mecanicista pasó a constituir su “valor agregado.”

Cuando los guaruras de la academia declaran apócrifamente que su misión es democratizar a la sociedad y a la cultura, o formar estudiantes altamente preparados para influir en el entorno comunitario, o desarrollar un sentido humanitario, crítico y creativo en virtud de contribuir a la consecución de la justicia social, no hacen mas que enunciar conceptos vacios, dolosos, ramplones, de contenido opuesto a lo que expresan y destinados a pulir la alienación de la conciencia colectiva en México.

Es triste advertir que el control y manejo de las instituciones públicas de educación superior están en manos de burocracias indolentes, estériles y torpes que no hacen otra cosa que paralizar el proceso de aprendizaje de los alumnos, acoplándose a los principios de autoridad y ofuscamiento, cimientos de la “ilustración despótica” que reina, gobierna, coacciona y disciplina en nuestra era. El estudiantado se halla despojado de todo recurso o herramienta para incidir en su carrera educativa. Cuando osa inconformarse, demandar, o impugnar las estructuras y dinámicas caducas de la academia, el estudiante se hace acreedor de la más desproporcionada de las represiones: se le expulsa, se le excluye, se le censura, se le humilla.

En mi precaria experiencia como estudiante he podido notar un odio y hostilidad crecientes hacia la juventud consciente, fresca, inteligente, crítica, alerta. El sesgo autoritario y doctrinario de la enseñanza superior sepulta implacablemente todo intento de discernimiento o controversia. La organización genuina del estudiantado resulta inadmisible para la autoridad, por eso busca todos los medios para perturbarle, para dividirle, para someterle a la lógica de la competitividad a ultranza. Esto último es la esencia y razón de la evaluación del rendimiento de un alumno.

Urge una reforma radical de la estructura educativa, de todo el tejido orgánico de la educación superior. La gestión y toma de decisiones deben pasar a ser prerrogativa del estudiantado. Los cuerpos administrativos y el profesorado deben quedar subordinados a las exigencias, demandas, peticiones y requerimientos de los alumnos. Ya incluso en el 68 se propuso la autogestión de la máxima casa de estudios. La brutal respuesta de la autoridad es parte de la oscura historia de este país.

De no comprender en toda su dimensión la problemática que se nos presenta de forma clara e inexorable, de no advertir la imperiosa necesidad de un cambio profundo en materia educativa, la enseñanza y formación de las nuevas generaciones estarán en serio peligro de corromperse, de pervertirse, de degenerarse aún más de lo que una sociedad esta dispuesta a permitir y sostener.

viernes, 24 de julio de 2009

¿dónde se firma?

http://mexico.indymedia.org/?breve30

http://mexico.indymedia.org/?article819

Versión libre de una oda musical

Una de las cosas más maravillosas que te da la escritura es la de poder decirle a las personas lo que piensas en lo más íntimo de tus rincones memoriosos y no tienes que ver a nadie a la cara.

Habrán de existir cientos de trucos para escribir sin decir nada como pasa comúnmente en la realidad de quienes dicen que hacen su trabajo -lo confirman con documentos que rayan en la ilegalidad del Sistema de la Camorra italiana- cuando la realidad lo único que dice es que no lo están haciendo.

Por eso me es inevitable pensar en la universidad. Por principio de cuentas, un salón de clases no debería parecerse a un refrigerador industrial, porque sólo estimula el espíritu derrotado de un desánimo inconcebible en cualquier generación de estudiantes.

También logra satisfacer los más oscuros deseos emprendedores: en los refrigeradores industriales se aprende a mirar las cosas con cautela, pues todo lo que pasa por los refrigeradores industriales es para conserva; elimina su putrefacción, pero también su perfección y se vuelve distribuible, organizable, consumible.

Y es que el término me parece muy adecuado: un salón de clases no puede estar sin ventilación, sin ventanas, sin luz del sol dios de mi vida. Tampoco la educación puede ser un bien de compra-venta. Válgame el cielo.

No son los salones de clase el mejor lugar para conocer lo peor de las personas. La cátedra debería tener un espacio más adecuado para su autoritarismo velado: quizá en los grandes auditorios, en los que la banda, aglutinada en ordenados asientos, puede defenderse en su propia populosidad.

Porque en los salones de clase deben discutirse las cosas y cada quién hacer su trabajo. No hay mejor manera de aprender que leyendo y yo nunca he leído en un salón de clases.

He hecho cientos de exposiciones que no sirven para nada, he escrito varios ensayos sin ton ni son, que leerá solamente un profesor y la retroalimentación será sólo de algunos comentarios al calce, sin ninguna repercusión mayor que la del goce propio de quien las hizo.

En los salones de clase me parece que se debería trabajar, sobre todo si son salones pequeños. En los salones grandes, la verdad, yo nunca me he sentido agusto. Por eso le doy la vuelta a las escuelas con muchos alumnos.

Tristemente aprendí que sólo la multitud puede lograr algún cambio. Sobre todo cuando se trata de modificar prácticas de la academia, tan seria maestra de la vida diaria.

Yo no sé por qué insisten todos en ponerse demasiado serios si ya Cortázar hace cuarenta años ridiculizó a la seriedad. Casi en los mismos años la juventud revueltosa detuvo por unos instantes al sistema entero y lo puso sobre sus hombros: los mataron por eso, y mi madre -seré yo quien la promueva- lo dice extensamente en su artículo de cronicadelpoder.com

Así que el salón de clases debería ser exactamente lo opuesto a lo que era en mi escuela: un refrigerador industrial que inhibe cualquier cualidad humana, que desvanece la juventud en una repetición incansable de segundos, de minutos en los que se dice lo mismo, y se repite hasta el hartazgo del más templado espíritu… vaya mi paciencia en prenda.

Después de mucho tiempo he reconocido como una molestia insustituible esa extraña sensibilidad que tienen los seres humanos para documentar los procesos, control sutil de la vida ajena: para el tiempo, los horarios; para la cultura, las clases; para el trabajo, las tareas; para la vida… suerte.

Porque con tanto trámite lo único que logramos es asegurar el trabajo de la burocracia. Trámite para un puesto de trabajo, trámite para otro puesto de trabajo.

La distribución del presupuesto puede ser también directa, efectiva. Es riqueza acumulada de la población, de la que el estado tiene la responsabilidad de invertir en lo que a la gente se le antoje, no en lo que los gobernantes desean, pero sobre todo, en lo que los gobernantes deben como favores políticos.

Cuando llega el temido "rebote" de la influenza a México, los datos presentados en el siguiente artículo demuestran que lo principal no es erradicar la enfermedad, sino aprovecharla al máximo.

Gripe porcina: ¿negocio farmacéutico?

jueves, 23 de julio de 2009

bienvenida solidaridad

Adjunto el link de nuestra página amiga cronicadelpoder.com. Ahí podrán encontrar el siguiente artículo:

http://cronicadelpoder.com/Articulo.aspx?IdArticulo=2888

en el que se relata una primera versión de nuestra oda musical "la descolverización etcétera".

Espero que les agrade.

sábado, 18 de julio de 2009

Democracia y dictadura.

Decía Charles Boukowski que “La diferencia entre una democracia y una dictadura consiste en que en la democracia puedes votar antes de obedecer las órdenes". Después de las elecciones intermedias en México la frase cobra sentido pues nadie en su sano juicio puede creer que los diputados electos van a legislar pensando en los votantes y en el interés general. Lo más probable es que piensen en el 2012 y en su futuro político.

Seguramente no veremos surgir leyes que protejan a los trabajadores, a los desempleados, a las mujeres y a los jóvenes de los estragos de la crisis económica. Tampoco veremos como modifican las lagunas legales del código electoral que hacen posible que los gobiernos de los estados lleven mano en las elecciones, por encima del gobierno federal, que también hace su luchita utilizando todos sus recursos para manipular a la ciudadanía. Mucho menos veremos leyes que acoten el uso discrecional del presupuesto, ya sea dejándo de ejercerlo para desviarlo vía fideicomisos o simplemente favoreciendo con transferencias de recursos públicos a los amigos del dueño del poder ejecutivo.

Lo más probable es que veamos como nuestros representantes se pondrán a trabajar para favorecer a los grandes intereses empresariales, nacionales y extranjeros, que viendo sus ganancias afectadas por la crisis exijan mayores apoyos e incentivos para salir adelante y volver a los buenos tiempos.

Así las cosas, estarán en el tintero de la siguiente legislatura federal tres grandes reformas: la fiscal, la energética y la laboral. Todas ellas con un solo objetivo: joder al jodido, o como dicen algunos, impulsar el desarrollo económico. La reforma fiscal girará seguramente alrededor de la idea de gravar alimentos y medicinas para cubrir el hueco en la recaudación fiscal, provocada principalmente por la evasión fiscal de los grandes y no tan grandes empresarios nacionales y la negligencia de la secretaría de Hacienda para cobrarles a las grandes corporaciones internacionales, a las cuales les exenta del pago y según ellos, atraer inversiones al país. La energética buscará acabar de una vez con lo poco que queda de PEMEX y de Comisión Federal de Electricidad, y así impulsar el desarrollo… pero de empresas como Halliburton o Shell. Pero para que quede todo bien amarrado y las ganancias vuelvan a crecer habrá que modificar la ley laboral y acabar con el viejo modelo corporativo, en donde el estado fungía como mediador entre el capital y el trabajo. Para ello se buscará flexibilizar (¡vaya eufemismo!) las relaciones laborales instituyendo el pago por horas y demás acciones que permitan explotar mejor a los trabajadores.

Así que el loco de Boukowski no andaba tan perdido. Ya votamos por ellos; ahora habrá que obedecerlos. Pero eso si, la democracia se fortalece, o al menos eso dicen los ganadores.

jueves, 16 de julio de 2009

Let's Boogie Roller Girl

Booggie Nights es una película de Paul Thomas Anderson, más conocido por el largometraje Magnolia. La película transcurre durante el periodo de transición de los años setenta a los ochenta, y es un reflejo de la decadencia del imperio yanqui que era cada vez más evidente. Eddie Adams (Marl Whalberg), un jóven empleado en una discoteca de los Angeles, es descubierto por Jack Horner(Burt Reynolds) un productor de películas pornográficas; el enorme pene del joven que mide 33 centímetros, se convierte en el punto de fuga para una exitosa carrera en el mundo del porno.

La estética visual de la película, es similar a la que se utilizaba en las películas pornográficas de la época. Los colores brillantes, la extraña opacidad del ambiente, la dramatización exagerada de los actores y la escenografía parca, son un ejemplo de los elementos que Paul Thomas Anderson explota y revitaliza con éxito y galantería para darle su bienmerecido crédito a la industria pornográfica.

No hay que dejarse engañar por lo moralmente escabroza que pueda resultar la temática. Los personajes, interpretados por brillantes actores como Wlliam H. Macy o Julanne Moore, son un excelente reflejo del espíritu de progreso ininterrumpido, mezclado con el mundo de las drogas que tanto caracterizó a las decadas de los 70 y los 80's.

Como el protagonista, la mayoría de los personajes, están marcados por un pasado lleno de angustias y derrotas sentimentales que encuentran consuelo en el mundo clandestino de las fiestas disco y el desenfreno de la buena vida que desde entonces deja el negocio de la pornografía. La soberbia, la envidia y el mismo paso del tiempo, se encargan de destruir los sueños y la vida de los personajes; Jack Horner se ve amenazado por la industria del video que crece cada vez más y que desvirtúa la buena pornografía llevada al cine, sustituyendola por simples cassettes chaqueteros para adolescentes y viejos verdes; Dirk Diggler, como se rebautizó Eddie Adams, es destruido por las drogas y su ego que ha crecido con desmesura debido al éxito.

Poco a poco la violencia toma el lugar de la fiesta y el desenfreno, exponiendo así las debilidades sentimentales y psicológicas de los personajes. Paul Thomas Anderson nos pinta un panorama claro, sin tapujos absurdos y moralistas sobre el sexo; además, evita tocar el lugar común del hardcore o la violencia sin sentido. Me parece importante señalar que el fracaso y la deseperanza no son la columna vertebral de la trama, pues ésta se muestra sólo como una etapa.

La película está llena de sorpresas; el soundtrack, por ejemplo, es una buena selección disco, funk y rock n' roll. El éxito de la selección musical fue tal, que se lanzaron dos recopilaciones con los temas insertados en el film. En fin, una buena película, buen reparto, buen tema, y sobre todo un buen reflejo del comportamiento moral de las personas.

viernes, 10 de julio de 2009

Amargura cívica

Se habla de candidatos, de votos, de campañas, de fiesta cívica.

El IFE celebra con júbilo la afluencia de votantes en la reciente jornada electoral. Los analistas – ¿o aduladores?-, con su insuperable servilismo, alimentan la arrogancia de los funcionarios electos. La ciudadanía observa con escepticismo y desdén el transcurrir de las elecciones. Algunos votan; la mayoría no lo hace. Otros pocos anulan la boleta. Los políticos andan como auténticos pavorreales, presumiendo de prestigio, de legitimidad. Es como si en tiempos de elección, gobiernos y servidores públicos, refrendaran su autoridad y reputación.

Pronto, no obstante, los votantes se dirán defraudados por la pobre actuación de sus nuevos y flamantes representantes. Aquel que fuera alguna vez un sonriente y cordial candidato, terminará por ser, en el mejor de los escenarios, un político más (hoy en día la gente ya no emplea adjetivos ofensivos. El término “político” encierra por si solo todo lo despreciable y ruin que puede llegar a ser el representante de una comunidad). En otros casos, no pocos, la decepción será tal que los ciudadanos imputarán al líder político todos los males que aquejan a la entidad. Asunto que, por otro lado, le tendrá sin el menor cuidado al funcionario. Es mas, al final de su gestión y después de haber usurpado el poco o mucho patrimonio de la circunscripción que lo eligió, emprenderá una nueva aventura en busca de otro cargo público en virtud de proseguir su carrera política y engrosar aún más su cuenta de banco.

Entonces, se hablará de promesas incumplidas, de saqueos, de corrupción y abusos, de amargura cívica.

La historia es bien conocida por todos. Lo que habría que preguntarse es porque una parte valiosa de la población aún deposita su esperanza en estos formalismos políticos claramente viciados y obsoletos.

Existen diversas razones. Unos votan para castigar a un partido o grupo político (no en favor de uno u otro), otros para anular la boleta y externar su hartazgo; algunos cuantos van obligados por sus patrones, otros varios votan a cambio de una despensa o una simple promesa del candidato. ¡Vaya incentivos los del ciudadano elector para depositar su voto en las urnas!

Es posible que quienes van y emiten su voto con plena confianza en las instituciones y los procesos de selección malentiendan el término “representante”. Sin duda que la esfera política esta repleta de aspirantes a representantes. Pero, una vez electo ¿a quien representa verdaderamente el “representante”? Casi sin excepción, a sus superiores, a los caciques y terratenientes, a la élite empresarial, a los acaparadores. Si son ellos quienes eligen al candidato, ¿porque no habrían de exigirle rendición?

Los representantes bien podrían ser denominados mercenarios, pues trabajan a destajo, por encargo, o por un sueldo temporal, acatando las órdenes de un superior.

¿Como fue que los mecanismos de selección de representantes se pervirtieron de tal forma? No lo hicieron. Siempre han sido una farsa, un dispositivo para alcanzar la legitimidad, un ejercicio simulado para dar legalidad a la democracia republicana.

Conclusión: las elecciones son un fetiche, un tabú; no la voluntad consensual de una comunidad o un pueblo.

jueves, 9 de julio de 2009

Los estímulos para la recuperación económica en México

Nuevamente estamos en presencia de una de las muchas maneras por las cuales el estado beneficia con transferencias directas de recursos públicos a destacadas personalidades -representantes de facciones políticas y grupos empresariales- de nuestro país. Como en el pasado la legalidad republicana es pervertida con fines de lucro, con el apoyo de las propios poderes del estado y sus instituciones, las cuales parecen diseñadas para facilitar estos ‘estímulos’ selectivos con el supuesto fin de impulsar los negocios.
Es el caso de los terrenos en donde está ubicado el corredor industrial de Altamira, Tam., que alberga a varias empresas internacionales y nacionales y que fue expropiado en 1981 por el gobierno federal para iniciar un proyecto que hoy está en plena madurez. Resulta que los ejidatarios perjudicados por el decreto expropiatorio iniciaron acciones legales para recuperar sus tierras. Así fue como contrataron al bufete de abogados encabezado por Diego Fernández y Antonio Lozano Gracia y aunque usted no lo crea, ganaron, desde el 5 de noviembre del año pasado, cuando el ejecutivo federal firmó el decreto que anula la expropiación, acatando el mandato del juez.
Comenzó entonces el proceso de avalúo de los terrenos -que hoy valen mucho debido a la inversión que se ha venido localizando en la zona- y se calculó que la indemnización puede llegar a 1500 millones de pesos (www.jornada.unam.mx/2009/07/08). Todo el proceso impecable en términos judiciales, pero al final nos encontramos con la vieja receta que favorece intereses selectivamente. Los ejidatarios no van a recibir tierra, y si se duermen no van a recibir mucho dinero; la parte de león será en buena parte, otra vez, para los expertos en explotar los generosos resquicios de la ley.
El fondo de la cuestión no tiene mucho que ver con la justicia sino con la transferencia de recursos públicos a manos privadas, con la vacuna de la legalidad, que no evita que sea evidente que los vacíos legales son, más bien, estímulos a la creatividad empresarial. La anulación de la expropiación no pretende hacerle justicia a un grupo de ejidatarios despojados (vaya usted a saber cuanto les dieron en 1981 como indemnización) sino a un grupo de viejas amistades para fortalecer las alianzas políticas, hoy mas necesarias que nunca, sobre todo con los recientes resultados electorales. Y si al mismo tiempo se estimula el crecimiento y el desarrollo económico, aunque sea solo de unos cuántos, pues que mejor.
En tiempos en donde todos los países están pensando en como salir de la crisis económica, habrá que considerar a este tipo de estímulos como una aportación de la creatividad nacional para la solución de la crisis económica en el mundo. Ya a estas alturas todo sirve o podría servir ¿No?

martes, 7 de julio de 2009

Enrique Pineda

“La calidad de lo que se hace en Xalapa es de primer nivel”: Pineda

¿Cómo nace Aventurera?

“Lo que le gusta al público es el melodrama. Lo que le pasa a esta gente y toman partido con la mujer, en el caso de Aventurera, que es el nombre artístico. El personaje se llama Elena Tejero, que viene obviamente de la canción de Agustín Lara.
“Es una obra cien por ciento mexicana. Nace aquí. No es la fortuna. Estas cosas normalmente no las conoce la gente. Padecemos porque la memoria no nos funciona y como el teatro es efímero, se queda nada más lo que viste ese día. Se te va a grabar en la memoria sólo lo que viste. Por eso pienso que tenemos que tener nuestra propia identidad de espectáculo musical”.

¿La Universidad Veracruzana forma parte, entonces, de esta obra?

“Me siento muy orgulloso de que la raíz sea la UV porque la gente que se acuerde de espectáculos como Máscara contra cabellera, Cierren las puertas o La ñonga, espectáculos de luchadores, de gallos donde se cantaba, se bailaba y se actuaba. En México, cuando hice Cada quien su vida, todo mundo pensaba que la raíz era ese espectáculo, pero no. La raíz nace en la Universidad Veracruzana”.

¿Qué tipo de trabajos realizas cuando no estás en funciones con Aventurera?

“He hecho otras cosas. Dirigí en París una obra de la Universidad que yo escribí: Viva la Frida Kahlo. Estuve cuatro años con una actriz egresada de la Veracruzana, de la primera generación de teatro. Ella vive allá. La obra la montamos incluso en México, hecha por la UV cuando estaba el rector Arredondo. Estuvimos en Francia y en varios festivales”.

¿Cómo se hace el teatro?

“Hacer teatro es meter dinero. El teatro que se hace en la Universidad es muy profesional, pero la gente lo hace menos porque no va a al teatro. Yo salí de aquí y me siento muy orgulloso de ser parte de la Universidad, pero la gente no va al teatro. Cómo es posible que no se tenga una sede, un espacio, una casa pues tiene más de 50 años haciendo teatro la Universidad. Ha faltado ese apoyo a este teatro que es profesional cien por ciento”.

¿Cómo se puede promover al teatro nacional?

“Las carteleras no le dan la publicidad necesaria. A los medios nos les interesa esto. Si ves Aventurera, independientemente de que sea una cosa comercial, es lo artístico lo que la ha mantenido. Siempre tienen que estar las dos cosas.
“Los medios, y quizá no tengo la razón, pero tienen mucha culpa porque no le dan el lugar adecuado, como al maestro Francisco Beverido: una gente muy reconocida, un profesional del teatro. Él hizo La caja como sede del teatro estudiantil. Le ha aportado mucho al teatro nacional.
“Con él empecé hace 41 años a hacer teatro. En el 68”.

Disparos

“No estoy en contra de las obras que compran y que llegan, como el Fantasma de la Ópera, pero los productores con su dinero no le apuestan a espectáculos como Aventurera. Yo siempre he defendido el teatro de nosotros, el de la dramaturgia mexicana”.

“Se hacía mucho teatro político. Abraham Oceransky hizo en la Facultad de Teatro una obra de Sabina Bergman sobre Trostky”.

“Porque desafortunadamente el teatro es del gobierno hicimos teatro en casas. Siempre se buscaba espacio”.

lunes, 6 de julio de 2009

Una orgía democrática

Estados Unidos, México, Centroamérica, la ONU, la OEA, la UE, Hillary, Zapatero, Chávez, los Kirchner, CNN, miembros de la Comunidad Internacional, miembros del ALBA y del ALCA, republicanos, liberales, greenpeace y los scoutboys, ministros, presidentes, secretarios, intelectuales, y demás figuras honorables del “show businesss” político-diplomático, se han reunido en santa cruzada democrática para pronunciarse unánimemente en contra del golpe de Estado militar perpetrado en Honduras. ¿Cómo fue que personajes aparentemente tan heterogéneos se aliaron repentinamente y de forma tan fraternal para repudiar un acto inconstitucional como tantos otros que marcan la historia pasada y presente de los pueblos de América Latina?
De pronto, todos se volvieron acérrimos partidarios de la democracia y la legalidad. De pronto, un ganadero exdirectivo de la banca privada en su país, hoy presidente-sin-trono de Honduras, se refugia en brazos de los “bolivarianos” en tanto que recibe muestras de aliento en Nueva York. De pronto, la derecha y la izquierda se dan calurosamente la mano y denuncian las violaciones al orden establecido. De pronto, Chávez solicita apoyo a la ONU y exige a los militares golpistas respeten el derecho internacional. De pronto, desde Washington –capital del país en donde fue adiestrado el general que encabezó el golpe de Estado- los portavoces de la burguesía estadounidense (Obama, Hillary y comparsa) emiten su rechazo al golpe militar. De pronto, todos los estadistas invocan a un legendario intérprete venezolano, cariñosamente conocido como “el puma”, y tararean al unísono, “…agárrense de las manos, unos a otros unidos.”
Una autentica condena mundial; un verdadero festín de la democracia.
Antes de contestar la pregunta que formulamos, echemos un vistazo a la coyuntura política actual.
Los gobiernos en todo el mundo han perdido legitimidad frente a sus representados. La política partidista genera cada vez más dudas y por tanto abstencionismo. La sociedad civil ve en el libre mercado una seria amenaza. Los dirigentes políticos se empecinan en cumplir las exigencias de los capitalistas haciendo caso omiso de las demandas populares. Las manifestaciones de inconformidad se acentúan en volumen e intensidad. Los gobiernos no ven otra salida al problema más que la militarización de la economía. Las fuerzas armadas comienzan a acumular fuerza política en exceso. Los civiles se debilitan y su poder se merma progresivamente. Los paladines del librecambismo se impacientan con el accionar torpe y timorato de las administraciones civiles. El resultado: Honduras.
Una posible respuesta a nuestra pregunta es que, ante las olas caóticas (no democráticas) que sacuden a los Estados más endebles, los gobiernos civiles temen que el caso hondureño suscite réplicas y que los militares (re)conquisten el poder. Este peligro obliga a los diversos actores políticos a actuar en sociedad. Estados Unidos, claro cómplice de los golpistas, finge y condena el golpe para aderezar aún más la conmovedora novela. Solo así se explica tanto consenso, tanta unión, tanta democracia.
La realidad es que Estados Unidos busca amedrentar al cono sur con esta clase de operaciones; mientras que los países que conforman el eje bolivariano protestan furibundos. Y el mandatario mexicano simplemente aprovecha la coyuntura para hacer campaña de cara a las elecciones.
“¡Viva la democracia!”, exclaman sofistas y entusiastas. Es muy probable, sin embargo, que esta luna de miel democrática culmine en tragedia para los hondureños y en victoria para los norteamericanos y su inagotable Doctrina Monroe.

domingo, 5 de julio de 2009

Digno Manifiesto

Una voz recorre el mundo: La digna voz. Todas las fuerzas apologéticas de la vieja guardia se han aliado en santa cruzada para asediarla: los curas pederastas y sus compinches “preciosos”, los horroris causa comandados por Don Vicente y sus camaradas en Atlanta, los yunquistas de distinguido linaje y sus minúsculos polizontes, los priistas de museo de antigüedad y sus retoños de amarillo pelaje.

¿Qué voz de oposición no ha sido motejada de indigna por el despotismo ilustrado? ¿Qué voz de oposición no ha sido embestida con el epíteto zahiriente de indigno?

De este hecho resulta una doble enseñanza:

Que la dignidad, reconocida como un precepto ético –si bien con valor de cambio entre la masa politiquera- debiera orientar a aquel que se ocupa de los asuntos públicos.

Que ya es tiempo de que La digna voz exponga a la faz del mundo entero sus impresiones, fines e inclinaciones, que oponga a la apócrifa dignidad del político emprendedor un digno manifiesto.

Con este fin, hombres y mujeres de las más diversas procedencias se han reunido en las inmediaciones de la costa del Golfo de México y han redactado el siguiente manifiesto, que será publicado en español, inglés, francés, alemán, italiano, mandarín, flamenco, portugués, danés y todo lo que la interred (sic) sea capaz de traducir…

A continuación presentamos los preceptos y postulados básicos de nuestro proyecto:


1. Enfundada de vitalidad, La digna voz es un pronunciamiento a favor de la integridad informativa y el diálogo.

2. Es una refutación de los criterios y dogmas que amordazan al saber.

3. Es un reconocimiento puro y vivo del otro.

4. Es un proyecto unidisciplinario: una incorporación de las múltiples disciplinas a un solo análisis.

5. Es la declaración de un malestar digno.

6. Es una protesta contra la agresión y sus ejecutores, contra la marginación y sus apóstoles, contra la libertad espuria y sus emprendedores.

7. Es un espacio para las voces sin voz, un vínculo para el lector y las diversas percepciones de los movimientos antisistémicos que denuncian la obsolencia de las instituciones que nos rigen.

8. La producción de información alternativa será nuestra misión esencial; la crítica reflexiva, nuestra herramienta. Nuestra propuesta, sin embargo, no se reduce al contacto unilateral con el lector, tal como ocurre con la prensa tradicional. Será un espacio público para dialogar con todo aquel que desee participar y expresar su punto de vista. La coyuntura política actual exige de nosotros una comunicación más rigurosa y franca.

La digna voz