El IFE celebra con júbilo la afluencia de votantes en la reciente jornada electoral. Los analistas – ¿o aduladores?-, con su insuperable servilismo, alimentan la arrogancia de los funcionarios electos. La ciudadanía observa con escepticismo y desdén el transcurrir de las elecciones. Algunos votan; la mayoría no lo hace. Otros pocos anulan la boleta. Los políticos andan como auténticos pavorreales, presumiendo de prestigio, de legitimidad. Es como si en tiempos de elección, gobiernos y servidores públicos, refrendaran su autoridad y reputación.
Pronto, no obstante, los votantes se dirán defraudados por la pobre actuación de sus nuevos y flamantes representantes. Aquel que fuera alguna vez un sonriente y cordial candidato, terminará por ser, en el mejor de los escenarios, un político más (hoy en día la gente ya no emplea adjetivos ofensivos. El término “político” encierra por si solo todo lo despreciable y ruin que puede llegar a ser el representante de una comunidad). En otros casos, no pocos, la decepción será tal que los ciudadanos imputarán al líder político todos los males que aquejan a la entidad. Asunto que, por otro lado, le tendrá sin el menor cuidado al funcionario. Es mas, al final de su gestión y después de haber usurpado el poco o mucho patrimonio de la circunscripción que lo eligió, emprenderá una nueva aventura en busca de otro cargo público en virtud de proseguir su carrera política y engrosar aún más su cuenta de banco.
Entonces, se hablará de promesas incumplidas, de saqueos, de corrupción y abusos, de amargura cívica.
La historia es bien conocida por todos. Lo que habría que preguntarse es porque una parte valiosa de la población aún deposita su esperanza en estos formalismos políticos claramente viciados y obsoletos.
Existen diversas razones. Unos votan para castigar a un partido o grupo político (no en favor de uno u otro), otros para anular la boleta y externar su hartazgo; algunos cuantos van obligados por sus patrones, otros varios votan a cambio de una despensa o una simple promesa del candidato. ¡Vaya incentivos los del ciudadano elector para depositar su voto en las urnas!
Es posible que quienes van y emiten su voto con plena confianza en las instituciones y los procesos de selección malentiendan el término “representante”. Sin duda que la esfera política esta repleta de aspirantes a representantes. Pero, una vez electo ¿a quien representa verdaderamente el “representante”? Casi sin excepción, a sus superiores, a los caciques y terratenientes, a la élite empresarial, a los acaparadores. Si son ellos quienes eligen al candidato, ¿porque no habrían de exigirle rendición?
Los representantes bien podrían ser denominados mercenarios, pues trabajan a destajo, por encargo, o por un sueldo temporal, acatando las órdenes de un superior.
¿Como fue que los mecanismos de selección de representantes se pervirtieron de tal forma? No lo hicieron. Siempre han sido una farsa, un dispositivo para alcanzar la legitimidad, un ejercicio simulado para dar legalidad a la democracia republicana.
Conclusión: las elecciones son un fetiche, un tabú; no la voluntad consensual de una comunidad o un pueblo.
5 comentarios:
Que tristeza me da leer cuanto pesimismo llega a infundirse en la mente de mis compatriotas, cuanta saliva amarga es capaz de tragar una sociedad que sigue creyendo que la democracia no es la vía para el desarrollo social y es presa del conformismo y la apatía activista social, siendo que es nuestra responsabilidad cívica como miembros de esta república, el pesimismo que nos tiene presa del estancamiento intelectual y del golpeteo en contra de nuestros representantes populares, pareciera que la sociedad misma es la que se encarga de convertirlos en el concepto "político" que usted menciona.
Al parecer escritores que tienen un punto de vista como el de usted parecen tener un ojo tapado para no ver lo que en realidad pasa en las colonias, en las congregaciones, en las seccionales de todo el País, no puedo creer que el desarrollo urbano de Xalapa sea tan difícil de percibir, “el alcalde ya me tiene hasta la coronilla con tanta obra”, pero si no hace nada también esta mal, "estoy harto de los políticos", "estoy harto del sistema neoliberal", “pinches políticos rateros” declaraciones como estas nos tragamos todos los días, PERO QUE ESTAN PROPONIENDO O HACIENDO PARA CAMBIAR EL RUMBO DE LAS COSAS, NADA!, que cómodo hablar desde afuera. Somos presos de un sentido de inmediatez, no nos confundamos los cambios no se dan de una gestión para otra, todo requiere un procedimiento, una transformación, no seamos apáticos, no seamos conformistas, votemos, votemos!!!; de esta forma estas construyendo tu país, un país que te pertenece, no existe un deterioro cívico, en Veracruz el civismo se ha fomentado como nunca, a muchas personas nos da orgullo ser mexicanos Y POLITICOS DE ALTA CATEGORIA, APOYAN E INVIERTEN EN PERSONAS QUE VALEN LA PENA!!!, María Isabel Pérez de los Santos de la Sierra de Zongolica, Elizabeth Morales de Xalapa, etc. Que se atreven que van y que demandan, que les dicen sus inconformidades, que les muestra un panorama real pero no depresivo y sin solución sin brillo ni esperanza, la respuesta a esto esta en nosotros mismos, de honra, de lucha constante. Por ejemplo lo hermoso de ser "político" son las facilidades para ir a salvar personas que se estaban ahogando cuando fue la inundación de Minatitlán en el 2008, faltaron tus brazos compañero para salvar mas vidas, tuve la oportunidad de convivir con el finado ex Secretario de Gobierno de la Federación y me llene de patriotismo y civismo, ayudo al DIF estatal a armar los paquetes de despensa a pesar de ser de ideologías partidistas distintas.
Te adelantas compañero por que compartes ese sentido pesimista y de “no pasara nada” y ver todo desde afuera y no ayudar, como sabes este PRI a renovado sus cuadros, sus estatutos ahora es social demócrata, su forma de gobernar este ultimo por demás permisible en Veracruz, recuerda que los diputados federales no ejecutan las leyes, es responsabilidad también del ejecutivo federal lo peor de todo es que personas como usted, confunden a la sociedad pensando alimentando ese rencoroso sentido de deshonra en las personas que están dispuestas a cargar con el peso de representar a un distrito de nuestro país, de al parecer pensar que con una varita mágica en San Lázaro se pueden hacer cambiar las cosas en uno mismo, ES OBVIO COMPAÑERO que no será así, todo es parte de un proceso, créame que es difícil pero muchos jóvenes ahora diputados o activistas como un servidor hemos decidido acudir al llamado de nuestra responsabilidad social, de nuestra responsabilidad CIVICA y no fomentando el odio y la apatía clara de querer ser participe de cualquier movimiento de cambio radical de cualquier partido y preferir ver desde la butaca los errores y desaciertos que personas como nosotros "los políticos" tenemos.
Respeto su punto de vista espero respete el mío. Estoy a sus ordenes en la Coordinación de Gobierno del Ayuntamiento de Xalapa
Alejandro Pensado.
¡Vaya! Qué discurso tan fantástico. El señor Pensado debería considerar la posibilidad de adaptarlo al teatro.
lo que describes es una de las tantas realidades de esta democracia derrama en el amplio territorio nacional...
por que si hablas de abstencion chequen los resultados de la huasteca hidalguense, no solo estas elecciones sino tambien las elecciones de diptutados locales (las menos participativas a nivel naciona) en el estado de hidalgo se logran votaciones con 65% o mas de participacion ciudadana y que acaso nadie sospecha de los grandes acarreos, de que con una despensa en hidalgo el PRI-Gobierno compra el futuro de una familia y una curul...
en fin asi se vive la democracia y estos resultados del 5 de julio me dicen que vamos de regreso a esa direccion.
atte. El Bardo
chin.. creo que estoy fomentando este pesimismo al comentar en este tipo de blogs!
Chin! Creo que he fracasado como ser humano!
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