“No se que festejamos pero… bueno… hay que cantar”, fueron las primeras palabras de Oscar Chávez después de interpretar “Caña de azúcar”, canción con la que abrieran el concierto que clausuró la FILU centenarios 2010. En el comentario se asomaba un ligero reproche por la exigencia de un repertorio temático que fuera alusivo al bicentenario de la independencia y centenario de la Revolución, tópicos principales de esta Feria del Libro.
Previo al inicio del recital, el Rector Raúl Arias Lovillo declaró clausurada la FILU, no sin antes mencionar los logros alcanzados en la organización de esta edición, tales como el número de visitantes, la cantidad de personalidades que se dieron cita en los distintos eventos, etc.. Asimismo lamentó el no poder romper los records de venta, pero es entendible por la situación que se vive, dijo.
Sin más preámbulos se dio inicio al repertorio musical que durara aproximadamente una hora con 20 minutos. Oscar Chavez apareció en el escenario en medio de una fuerte ovación, acompañado, como ya es costumbre desde hace muchos años, del trío “Los Morales”.
Haciendo gala de las excelentes habilidades musicales de sus acompañantes, quienes ejecutaron distintos instrumentos como la guitarra, requinto, arpa, bajo, requinto jarocho y acordeón; Oscar Chávez encabezó el mágico recorrido por el que guiara a la pequeña audiencia hacia las distintas facetas del folclor mexicano, interpretando distintos géneros como el bolero, son jarocho, polka norteña y música ranchera.
Tras un inició con canciones un tanto desconocidas para gran parte del público, pues se interpretaron piezas de los tiempos de la independencia y de la época de la reforma, Oscar Chávez y los morales nos deleitaron con su arreglo de “La Mariana” , obteniendo así el primer aplauso enjundioso. Con su característico e irónico sentido del humor el trovador conminó a las autoridades universitarias para que la próxima vez que lo inviten pueda tocar en “el hermoso estadio” que tiene la universidad, “será para el próximo sexenio pues estos ya se van” dijo.
Así continuó el concierto en el que, intercalando con las piezas patrióticas, Oscar Chávez nos hizo recordar viejos tiempos (y no tan viejos) con canciones como“Perdón”, “ Por ti”, “Macondo” (la cual por cierto hizo al rector Lovillo levantarse a bailar, seguido de su séquito de secuaces quienes, como es costumbre, le secundaron el gesto en el acto; por supuesto articulando todos su mejor sonrisa fotográfica aunque de bailar no se vieran tan convencidos).
Finalmente para complacer a la multitud que se dio cita en las afueras de la Casa de Artesanías, el señor Chávez se despidió con la muy popular pieza de “La Marihuana” (Saquen conclusiones), la cual por cierto no pareció agradar tanto al rector y compañía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario