viernes, 23 de abril de 2010

Crónica de un Planeta Fallido

“Árbol que nace torcido jamás su tronco endereza”. Coincidirá conmigo, lector, lectora, que ningún otro proverbio retrata, puntualiza, con mayor precisión el histórico curso de las instituciones que nos rigen –o regían.

Estas instituciones (Iglesia, Libre Mercado, Estado) antiguamente consideradas infalibles, necesarias, sagradas, inamovibles, se encuentran hoy en el lapso último de su longeva existencia. Para respaldar esta hipótesis –no quiero ser desacreditado por omitir los criterios del rigor científico- habré de ofrecer a continuación la evidencia correspondiente.

Para evitar que se me tilde de hereje iracundo, loco irremediable, y demás epítetos zahirientes comúnmente concedidos a quienes cuestionan la legitimidad del “desorden” establecido, he convenido ceder el micrófono a los voceros y autoridades de estas instituciones, a fin de exhibirles con la solidez de sus propias contradicciones manifiestas.

PedoGate: Crónica de una moral fallida

Hay quienes afirman que el reciente escándalo de Pedofilia Eclesial constituye el “WaterGate” del Papado. Por ello he convenido referirme a este alboroto con el título de “PedoGate”. (Parece justa la expresión ya que además reseña con puntualidad el p... problema en el que se encuentra nuestra máxima casa de impulso y desarrollo moral).

Revisemos algunas de las recientes declaraciones de ciertos corresponsales terrenales de Cristo Rey.

1. “Ante tanta invasión de erotismo no es fácil mantenerse fiel tanto en el celibato como en el respeto a los niños [asumimos por lo anterior que existe un vinculo orgánico entre erotismo y pedofilia]... En Internet hay tanta pornografía [esto sugiere que los curas son asiduos clientes de estos sitios perversos e inmorales], que difícilmente alguien se puede mantener casto y puro, no sólo el sacerdote, sino también en el matrimonio es difícil mantenerse casto para todo ser humano [¡sic!]” (Obispo Arizmendi).

2. “Muchos psicólogos y muchos psiquiatras [nunca un biólogo] han demostrado que no hay relación entre el celibato y la pederastia, pero muchos otros han demostrado que sí hay relación con la homosexualidad [ante semejante calumnia: ¡Homosexuales de todos los países, uníos!]” (Cardenal Tarcisio Bertone).

3. “En un momento dado creímos que el sacerdote que tenía ese problema [atracción sexual hacia los niños], tenía una gripita [análogo al catarrito de Carstens] y que a lo mejor se le iba a quitar. Faltó profundizar y en darnos cuenta que estaba mal y que con su mal se iba para otro lado [¡sic!]” (Obispo Raúl Vera).

4. “Aquellos que vaticinan el inminente fin de esta institución morirán [engendros del mal], y sus furiosas críticas y malévolos deseos [más malévolos aún que los de mis colegas pederastas] quedarán en el olvido” (Arquidiócesis de México).

Catarrito: Crónica de una economía fallida

No pocos sofistas prefieren usar ciertos términos tales como recesión, depresión o desaceleración para hacer referencia a lo que a todas luces es el principio del fin de la “Truculenta historia del neoliberalismo”.

Veamos las siguientes declaraciones del ex-secretario de Hacienda, Agustín Carstens, y pongamos particular atención en el ascendente tono de congoja que va adquiriendo su discurso.

1. “La desaceleración en la economía de Estados Unidos sí afectará a México pero no como en el pasado... ahora le dará un catarrito y no una pulmonía como antes”.

2. “El problema es que EE.UU. no tuvo un catarro normal sino que esta apunto del coma”.

3. “Estamos frente a un tsunami. La verdad es que el peso de las fuerzas recesionarias es muy fuerte...”

4. “¡Help... Chicago, we have a problem!” (Esto último no lo dijo, pero sin duda lo pensó).

Pakistanización: Crónica de un Estado fallido

Según los expertos en materia de Democracia (nótese el tono irónico), un Estado fallido es aquel que es débil, que fracasa en su misión de mantener el monopolio de la fuerza física dentro de sus fronteras. A este proceso de descomposición se le ha asignado el nombre de pakistanización o colombianización.

La revista Foreign Policy publica un índice anual de Estados fallidos. En el último año 177 países fueron incluidos en la lista. Como dato: en el mundo existen 198 países. Lo que arroja una conclusión inexcusable: El mundo entero se ha Colombianopakistanizado.

¿Que querrá decir esto? Pues sencillamente que los Estados son fallidos por el simple hecho de que existen.

Esta coyuntura ha sido hábilmente aprovechada por los EE.UU. para promover su papel de gendarme del mundo. Con motivo de este creciente fenómeno, los portavoces en Washington han convenido divulgar el siguiente comunicado: “El pueblo Colombianopakistanizado se quiere descolombianopakistanizar, aquel que logre descolombianopakistanizarlo un gran descolombianopakistanizador será”.

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