Muy de acuerdo con lo planteado por HH sobre todo cuando señala que para comprender la violencia hay que mirar la estructura social. La marcha contra la violencia encabezada por Javier Sicilia omite señalar que la balacera sirve como cortina de humo para ocultar la verdadera violencia, esa que se expresa en la muerte en vida, o sea una vida sin presente y que da por cancelado todo futuro.
Si, me refiero a la violencia expresada en la discriminación y el racismo, que hacen posible tragedias cotidianas en los lugares de trabajo, como nuestras minas o mejor dicho agujeros en la tierra, sin ninguna consideración por los que se la rifan bajando todos los dias; en la trajinar de miles de personas para acceder a un trabajo, aunque sea a miles de kilómetros de sus lugares de origen a pesar de saber que se juegan un volado con su pellejo; en el saqueo sistemático de los bienes públicos por parte de unos cuantos con impunidad garantizada y fotos en los periódicos todos los días; en la muerte por falta de atención médica mínima; en la asfixia de las deudas impagables que arrasan con familias y dejan una marca indeleble en los que la sufren.
Si, me refiero a esa violencia que no mata de un tiro, en caliente, sino que te mata en vida, te deja vivo pero sin ninguna salida, que te obliga a soportar la explotación y el robo sin omitir una queja, que te mata poco a poco. Si, en esa pobreza que le roba toda la dignidad a un ser humano como para salir a la calle con otros para denunciarla, como para poder imaginar que otro mundo es posible.
No es mi intención descalificar la marcha por la paz pero le falta sal, le falta mirar para abajo, le falta mirar y no solo ver. Le falta mirar que las causas de esta guerra contra la población de este país, sobre todo de los más pobres, residen precisamente en la desigualdad, en la vulnerabilidad de la mayor parte de la población, en el espíritu empresarial-criminal (pleonasmo evidente pero invisible para muchos) ¿Hasta cuando se van a seguir haciendo marchas sólo cuando muere alguien visible para el poder, sean martís o sicilias? Insisto, peor es nada, pero habrá que aprovechar la movilización para poner el dedo en la llaga: la violencia matriz es la explotación, la pobreza, la impunidad. NO hay que olvidarlo. Los narcotraficantes son empresarios ilegales, como los piratas isabelinos. La línea que separa a los legales y a los ilegales no existe mas que en nuestra imaginación. Asi que pongámolos en el mismo saco y denunciémolos por igual. ¿Que podemos perder? ¿El miedo?
Si, me refiero a la violencia expresada en la discriminación y el racismo, que hacen posible tragedias cotidianas en los lugares de trabajo, como nuestras minas o mejor dicho agujeros en la tierra, sin ninguna consideración por los que se la rifan bajando todos los dias; en la trajinar de miles de personas para acceder a un trabajo, aunque sea a miles de kilómetros de sus lugares de origen a pesar de saber que se juegan un volado con su pellejo; en el saqueo sistemático de los bienes públicos por parte de unos cuantos con impunidad garantizada y fotos en los periódicos todos los días; en la muerte por falta de atención médica mínima; en la asfixia de las deudas impagables que arrasan con familias y dejan una marca indeleble en los que la sufren.
Si, me refiero a esa violencia que no mata de un tiro, en caliente, sino que te mata en vida, te deja vivo pero sin ninguna salida, que te obliga a soportar la explotación y el robo sin omitir una queja, que te mata poco a poco. Si, en esa pobreza que le roba toda la dignidad a un ser humano como para salir a la calle con otros para denunciarla, como para poder imaginar que otro mundo es posible.
No es mi intención descalificar la marcha por la paz pero le falta sal, le falta mirar para abajo, le falta mirar y no solo ver. Le falta mirar que las causas de esta guerra contra la población de este país, sobre todo de los más pobres, residen precisamente en la desigualdad, en la vulnerabilidad de la mayor parte de la población, en el espíritu empresarial-criminal (pleonasmo evidente pero invisible para muchos) ¿Hasta cuando se van a seguir haciendo marchas sólo cuando muere alguien visible para el poder, sean martís o sicilias? Insisto, peor es nada, pero habrá que aprovechar la movilización para poner el dedo en la llaga: la violencia matriz es la explotación, la pobreza, la impunidad. NO hay que olvidarlo. Los narcotraficantes son empresarios ilegales, como los piratas isabelinos. La línea que separa a los legales y a los ilegales no existe mas que en nuestra imaginación. Asi que pongámolos en el mismo saco y denunciémolos por igual. ¿Que podemos perder? ¿El miedo?
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