jueves, 6 de marzo de 2014

La Central Nucleoeléctrica Laguna Verde, una bomba de tiempo.



El uso de la energía nuclear fue puesto en la picota en Europa a partir de la tragedia en Fukushima, al grado de que el gobierno alemán ha decidido dar marcha atrás a un programa de renovación de varias centrales nucleares optando por su desmantelamiento. La pregunta que ronda alrededor del tema es si el costo del uso de la energía nuclear es menor que el costo de un accidente que provoque la liberación de altos niveles de radiación en el ambiente, degradándolo y contaminándolo por muchos años.

Es por eso que el dilema de su uso debe ser superado utilizando una nueva concepción del desarrollo económico que sustituya el modelo basado en el crecimiento económico, en el tener más como sociedad y como individuos para vivir mejor a costa de las mayorías empobrecidas. Tal vez sea necesario replantear los objetivos de nuestras sociedades, evitando las metas a corto plazo, o mejor dicho subordinándolas a largo plazo y la supervivencia de nuestra especie. El uso de la energía nuclear sacrifica el futuro por el presente; el futuro de todos por el presente de unos cuantos.

Por lo tanto, hay que romper con el falso dilema que coloca en un lado el uso de la energía nuclear para desarrollar una economía o y en el otro la prohibición que generaría limitaciones al desarrollo. Estamos a tiempo de buscar otras soluciones, que probablemente no sean tan eficientes en la creación de riqueza pero que nos garanticen un mundo habitable para los próximos siglos. ¿De qué sirve vivir mejor hoy, consumir más hoy, si comprometemos el futuro de nuestros hijos y nietos? De nada. Lamentablemente ésa es la típica actitud de nuestros días, que desprecia a la reflexión ética para regodearse en la abundancia del presente, procurando negar las consecuencias de sus acciones en la vida de los demás.

Los gobiernos de Alemania e Italia, obligados por la voluntad popular y la conciencia ecológica de sus gobernados, han iniciado la cuenta regresiva para cerrar todos los reactores en ambos países y cancelar la construcción de nuevas centrales nucleares. Los japoneses están empezando a articular la presión sobre su gobierno para discutir la viabilidad el desarrollo nuclear en la isla y el llamado a cuentas de los dueños de los reactores de Fukushima, que han ocultado sistemáticamente la verdadera dimensión de la catástrofe, procurando minimizar sus pérdidas trasladando el costo del desastre al ciudadano japonés.

Pues así las cosas no queda más que  deplorar las recientes declaraciones del gerente de la Central Nucleoeléctrica Laguna Verde, Agustín Lozano Laez, quien asegura que seguirán operando los próximos años que quedan del permiso vigente y, por si fuera poco, están preparando la solicitud para que la Comisión Nacional de Seguridad y Salvaguardia autorice que la planta amplíe sus actividades por… ¡treinta años más! Si, leyó usted bien, si todo sale bien tendremos reactor nuclear -produciendo la miserable cantidad del 5% de la energía eléctrica nacional- para los próximos cuarenta años.

Es necesario desmantelar los reactores de Laguna Verde, entre otras razones por su antigüedad y por el bajo nivel de producción de electricidad. Pero además, desde el año  2000, John Large director de la consultora Large and Associates, la cual se especializa en estudiar la seguridad nuclear, al referirse al informe de la Asociación Mundial de Operadores Nucleares (WANO, por sus siglas en inglés)  elaborado en 1999 para evaluar a Laguna Verde declaró que “… sus estructuras de organización y administración corporativa podría considerarse que están al borde de falla institucional. La falla institucional está allí donde los factores y eventos causativos relacionados se combinan y actúan de tal manera que derrumban el sistema completo… Los informes de campo de WANO sugieren que Laguna Verde no está simplemente empantanada, sino profundamente encaminada hacia una falla institucional”.  Con los niveles de corrupción y tráfico de influencias que caracterizan a nuestra casta gobernante, ¿quién puede confiar en ellos para mantener segura una planta nuclear? De hecho, se puede inferir que sus ineficientes estructuras organizacional y administrativa son consecuencia directa de la corrupción y malos manejos de la central nuclear.

Parece mentira que en plena decadencia de la industria nuclear, generada por la cada vez más fuerte conciencia ciudadana de los altísimos costos de una falla -ya sea inducida por un ser humano o por una contigencia ambiental- nos veamos obligados a vivir al lado de una bomba de tiempo por otras cuantas décadas. Puedo comprender que el gerente de Laguna Verde estén pensando en su futuro laboral y en el de todos los que allí trabajan, pero lo que está en riesgo son millones de vidas que no pueden ser simplemente sacrificables para mantener el empleo de unos cuantos y mucho menos para engordar los bolsillos de las corporaciones internacionales que, frente a la pérdida de mercado en Europa, dirigirán sus baterías comerciales hacia países como el nuestro para mantener sus ganancias. Este último factor puede estar detrás de la peregrina idea de alargar la vida útil de Laguna Verde: ganan las corporaciones nucleares y ganan los políticos que ‘gestionen’ el proyecto.

El argumento técnico basado en que la energía nuclear no contribuye al calentamiento global oculta más bien los problemas que tendremos en las próximas décadas para deshacernos de los desechos que produce y producirá la planta y que no se desvanecen en el aire precisamente sino que permanecen por cientos de años activos. La energía nuclear simboliza más que ninguna otra la dinámica social contemporánea: consuma hoy y dejemos para después las consecuencias. En todo caso las declaraciones, que bien podrían ser tomadas como amenazas, de los funcionarios de Laguna Verde preocupan y mucho.

2 comentarios:

Ulises dijo...

Decadencia de la industria nuclear? vaya desinformacion, la energia nuclear sigue siendo el metodo alternativo mas economico, y limpio de produccion de energia, no se libera ningun tipo de contaminacion al medio ambiente como en el caso de las termoelectricas o las plantas de gas, y ese miserable 5% que tu llamas de produccion se da durante mas de 18 meses continuos utilizando un combustible que es abundante en el territorio nacional, lo que reduce por mucho los costos de produccion y generacion, informate bien antes de hacer una critica como la que haces.

Anónimo dijo...

Me pregunto que opinarían los japoneses que vivían cerca de Fukushima. Ellos si que tienen información de primera mano