viernes, 20 de agosto de 2010

El Recuerdo: Acto Histórico Individual (parte I de II)

Aquelarre
Arturo Mejía Acosta

“Luz.../Cuando mis lágrimas te alcancen/ la función de mis ojos/ ya no será llorar,/ sino ver.”
- “Colofón”, León Felipe


Siempre busco maneras raras para seguir recordando y reconstruir mi personal historia. Es una maravilla cuando del ayer surge el Recuerdo en mi ser consciente para seguir sustentando mi tan insignificante vivir por diferentes caminos que fundaron mis diversos destinos (Pluralidad existencial, y que gracias a la digna voz ahora tengo boca escribidora y con quien hablar: tú, lector. Mi táctica es hablarte y saber escucharte para tender puente de comunicación contigo. Uno no siempre hace lo que quiere, pero tiene el derecho inobjetable de no hacer lo que no quiere). El recuerdo es humo, sed y pájaro. Y cuando se pretende olvidar esos actos sufridos en carne propia o en la ajena sin afrontarlos, dejando que la vida corra a la nada, en nuestro ser y deber ser no habrá fogata para ese humo, ni siquiera sed para ese cántaro o, tal vez, no haya pájaro para ese viento. Yo moriré, pero antes, jamas de los jamases dejaré morir lo vivido (El Recuerdo), porque con ello, acompañándome, no nada mas soy hombre biológico (la pulga como el elefante nace, crece, se reproduce y muere) sino que me otorgo la oportunidad de ser histórico para escalar al hombre existencial (antes de rendir cuentas). Y con este recordar histórico personal seguiré bogando en la alta mar de mi humilde escribir estos AQUELARRES, edificados con cosas de poca importancia, pero existenciales para seguir viviendo mi vida y compartirla contigo, lector.

Hoy llega a mí mi León Felipe, poeta español asilado en México, y eterno perseguido por la dictadura franquista para que con algunos de sus versos te convoque a leerlo y conocerlo, lector, y sobre todo comprender lo que no es tener Patria (apátrida). No lo tengo conmigo pero he viajado con él en busca de mi patria: México. Tal vez lo distorsione un poco porque este recordar no es tan tangible, y que con sus versos estructure la 1ª parte de este AQUELARRE:

1. –“Así es mi vida/ piedra, como tú/ piedra pequeña/ piedra ligera/; como tú, canto que ruedas/ por las calzadas/ y por las veredas;/ como tú,/ piedra aventurera,/ que tal vez estés hecha/ sólo para una honda,/ piedra pequeña y ligera.”

2. –“Aquí estoy/ en este mundo esperando./ Viejo y cansado./ Esperando a que me llamen./ Y aquí estoy esperando/ con el mismo traje de ayer,/ haciendo recuento y memoria,/ haciendo examen de conciencia,/ escudriñando mi vida.”

3. –“Enciende con tu mano la nueva música del mundo/ la canción marinera del mañana/ el himno venidero de los hombres./ Echa a andar otra vez este barco varado, marinero./ Tú tienes en el bolsillo una estrella.”

4. –“¡Que lástima que yo no pueda entonar con voz engolada/ esas brillante romanzas a la gloria de la Patria!/ ¡Que lástima que yo no tenga una Patria!/ Y que no pudiendo cantar otras hazañas,/ venga, forzado, a cantar cosas de poca importancia!”.

5. –“No me contéis mas cuentos./ Rompedme los lazos, anillos, cercos, redes, trampas/ y todos los caminos paralelos./ No quiero que me entierren con cuentos/ que me sellen la boca y los ojos con cuentos./ Que no quiero verme clavado en el tiempo./ Quiero verme un día volando en el viento.”

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