sábado, 15 de mayo de 2010

AQUELARRE

Para mis MADRES (Requiescant in

Pace): Mamá Mina, Mamita Sofía y

Carola.


Tú, que no se quién eres, pero que lees este AQUELARRE, suplícote no trates de interpretar los términos (palabras y frases) con que repto para escribirlo: abre las puertas de tus sentidos y tu alma. Con él tocaré a tu espíritu. Ya estoy entrando en ti:

Si la evolucionada vida-especies deviene de la mar (Darwin), del vientre maternal- la mar esplende la perpetuidad de la existencia humana (MADRE). Fuimos paridos a la vida y sellamos nuestra presencia con un gutural grito de dolor (¡Ay…!) que sellará por siempre nuestra relación social. No hemos sido sino objetos de la Historia. No la hemos vivido, sino sufrido. La vida que nos dio MADRE la merecemos dándola a los otros. Soy: existo. Existimos gracias a MADRE. El amor es la vida llena, igual que una copa de vino y si la ofrecemos al sediento es gracias a MADRE. Vivimos en el mundo cuando le amamos. Por lo que está aquí ocurriendo, hoy me gusta mucho menos la vida, pero siempre me gusta vivir. La vida que nos dio MADRE nos la merecemos dándola. ¿Quién podría jamás moverse, obrar o subsistir en este mundo si el firmamento no estuviera lleno de amor? Siento que vivir la propia vida es vivir la vida del mundo entero. A mi edad creo aún estar aprendiendo a ver el mundo con los ojos del alma. Siento, MADRE, la necesidad de parafrasear a Tagore: En las playas de infinitos mundos se reúnen los niños a jugar. Ronda la tempestad por el cielo, naufragan los barcos en la mar sin caminos, anda suelta la muerte, pero los niños juegan…

El Dasara es la fiesta más importante que durante 10 días se celebra en toda la India (equivalente a la fiesta de los Reyes Magos en España). Y Tagore (Nobel 1914) nutrido con la savia más pura de los libros sagrados de la India y con una visión poética de su alma creadora, aludiendo a estas fiestas, escribe un bello poema en prosa (“Un Regalo”). Por espacio lo fragmento como ofrenda a ti, MADRE, de amor y vida por perpetuar la existencia humana. A nombre mío y de ladignavoz vaya:

“Durante todo el día, el niño más pequeño está de pie en la puerta y ve la procesión de doncellas y sirvientes que pasan llevando los regalos… El día toca a su fin. Ya se han llevado todos los regalos… El niño vuelve al lugar donde se encuentra su madre y le dice: Madre, has hecho regalos a todos, menos a mí. La madre replica sonriendo: Todos han recibido sus regalos. Veamos ahora qué queda para ti. Al decir esto, le da un beso en la frente. El niño pregunta, casi sollozando: ¿No voy a tener yo ningún regalo? Cuando te vayas lejos, también recibirás tu regalo. Y ahora que estoy cerca de ti, ¿no voy a tener nada que hayas hecho con tus propias manos? La madre abre los brazos, le estrecha en su regazo y dice: Tú estás hecho con mis propias manos”.


arturo mejía acosta

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