Sin la intención
de analizar las peripecias del debate -que pudo más que un partido de futbol y
las amañadas predicciones de Salinas Pliego- y a pesar de la remotísima
posibilidad de que Gabriel Quadri gane la elección presidencial, no me queda
más remedio que desenmascarar sus ‘propuestas’ en vista de su éxito relativo
que se vio reflejado en el crecimiento de las intenciones de voto para su
causa.
Muchas personas
quedaron impresionadas por la forma en que articuló sus propuestas, perdiendo
de vista su contenido, su esencia. En las redes sociales fue notoria cierta
fascinación por la manera en que respondió a las preguntas, por su apariencia y
su relativa espontaneidad que contrastó con la grisura de los otros candidatos
que estuvieron lejos de comunicar emociones, apegándose hasta la náusea a un
guió predeterminado por su equipo de asesores.
En realidad, las propuestas de
Quadri no son otra cosa que lo que hace ya algunos años se empezó a manejar en
EEUU para mejorar la imagen del neoliberalismo en decadencia: el neoliberalismo
verde, mejor conocido en nuestro territorio como desarrollo sustentable. Este
adefesio de modelo económico es sólo una versión edulcorada del neo extractivismo
que estamos viviendo -por ejemplo en el estado de Veracruz con los proyectos
mineros e hidroeléctricos.
El neoliberalismo
verde se caracteriza por el intento de vender la idea de que es posible seguir
explotando la naturaleza sin depredarla, de que el capitalismo puede moderar su
sed de ganancias en aras del mantenimiento del equilibrio ecológico. Dada la
dinámica de acumulación de riqueza, que coloca en la cúspide la rentabilidad de
las inversiones, tal argumento no es más que una vil patraña. La propuesta es
promovida desde hace tres años por el Programa de las Naciones Unidas sobre el
Medio Ambiente (PNUMA) y su objetivo real es alargar lo más posible la existencia
del neoliberalismo depredador alrededor del mundo.
En este sentido,
las ‘originales’ propuestas del empresario Quadri (así se presentó al iniciar
su intervención en el debate) no son más que una versión del neoliberalismo
verde para la región 4 (así se denomina a los dvd’s que pueden ser reproducidos
en México) de un modelo económico que ha operado en México por treinta años con
los resultados que todos conocemos. Su fe en el empresariado como factor de
cambio resulta a estas alturas el colmo de la demagogia. El propio Quadri ha
sido acusado de utilizar las bondades del ecologismo para su beneficio
personal. En el sexenio de Ernesto Zedillo tuvo que abandonar el puesto de
director general de normatividad del Instituto Nacional de Ecología (INE) por
vender permisos para el manejo de de residuos peligrosos sin respetar la
normatividad vigente. Mejor ejemplo de lo que hay detrás del neoliberalismo
verde no puede haber.
Pero lo peor de
todo es su táctica de colocarse como el ciudadano ejemplar, independiente, interesado
por mejorar la economía nacional y sobre todo ajeno a los enjuagues y prácticas
de los políticos, cuando en realidad representa a un actor político
profundamente corrupto y criado en las miasmas del sistema político mexicano: Elba
Esther Gordillo. A esos que ven con simpatía su aparente independencia habrá
que recordarles que la estrategia de Quadri y del Partido Nueva Alianza (PANAL)
es lograr mantener el registro -que es el negocio familiar de su patrona- camuflada
en un modelo económico que parece ‘innovador’ pero profundamente demagógico.
Más aún, además
de procurar mantener con vida un partido familiar, simulando autonomía y
capacidad, el señor Quadri y su ventrílocuo están trabajando para quitarle votos
a la oposición -sobre todo a la encabezada por el candidato de las ‘izquierdas’-
y contribuir así a que, en un escenario probable de elección cerrada, el
dinosaurio pueda volver a Los Pinos. Y si no como explicar que el títere de la
mamá del Chucki le entró también a la guerra de lodo que tanto denunció para
atacar a López Obrador, mientras que a los otros no los tocó ni con el pétalo
de un rosa. No sería una sorpresa que le tocara un huesito en el gabinete si
gana Peña, para recompensar sus servicios.
Así las cosas y a
pesar de que los otros candidatos evitaron engancharse en las provocaciones que
les lanzaba el candidato del PANAL para no hacerle el caldo gordo, habrá que seguirlo
con atención como el demagogo más perverso y peligroso en esta campaña
presidencial, lo que demuestra que no fue elegido al azar y que es un digno
representante de la Gordillo y su estilo político. De eso no me queda la menor
duda.
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