Los resultados de
las elecciones para diputado federal en Jalapa demuestran, en primer lugar la
alta volatilidad de las preferencias electorales en el distrito; pero también
la estrecha relación y particular lectura que los movimientos están haciendo de los
conflictos en el escenario nacional e internacional, lo que les permite romper
el cerco institucional y mediático para combatir el sometimiento y la
humillación.
En el estado de
Veracruz, Jalapa se distingue por haber vivido ya la alternancia en la
presidencia municipal y en el congreso local. Esta vez el ganador (PRD) gana y
por mucho a un candidato que había sido edil de oposición -antes del neoalemanismo-
para iniciar una carrera burocrática en ascenso… hasta los acontecimientos de
principios del año en Boca del Rio. Si se toma en cuenta que tradicionalmente
el estado de Veracruz ha sido un bastión del PRI, (aunque mucha gente se
pregunta por que perdió Peña y ganaron casi todos los candidatos a senadores y diputados) la
particularidad del votante jalapeño lo distingue en y lo coloca al lado de
Oaxaca, Guerrero, Tabasco y el Distrito Federal. ¿Cuáles fueron las causas de
los resultados electorales?
En el plano
nacional el efecto AMLO jugó un papel destacado, cobijando a una delegación
partidista débil y fragmentada y a un candidato que contó con poca cobertura
mediática y menos propaganda a lo largo de toda la campaña, y esta última aplastada
por la propaganda de los otros partidos, incluyendo la campaña presidencial y
la de senadores. El aumento de la inflación, el desempleo y la violencia así
como la militarización rampante aportaron casi todo lo demás. La desastrosa
administración de Calderón agudizó los conflictos y la crisis mundial le dio la
puntilla a la continuidad panista en Los Pinos. La pelea fue entre AMLO y Peña
y el presidente no dejó lugar a dudas de quien era su gallo. Este hecho marcó
la coyuntura nacional y definió el voto de much@s.
En el plano
local, el asesinato de Regina Martínez, en un contexto de aumento de la violencia
en la ciudad y el estado de Veracruz, caracterizó en gran medida la coyuntura
electoral jalapeña; sucedió casi en medio del proceso y capturó la atención de medios
internacionales -sobre todo hacia la situación de los derechos humanos en la
entidad- lo que afectó la imagen oficial, principal aval de sus candidatos. El
único distrito ganado por el PRD en el estado fue la capital, lo que subraya el
impacto del terrible acontecimiento, que muy probablemente generó un
sentimiento de indignación que abonó para la aparición del movimiento juvenil
#YoSoy132 en Jalapa.
Tal vez les
resulte chocante a los estudiantes saber que sus manifestaciones y en general
toda su crítica al sistema haya afectado a los partidos políticos, dado su
apartidismo, pero se puede sostener que fue un efecto colateral, no calculado y
sobre todo imposible de ignorar. Los aplausos, toques de bocinas y el apoyo que
los habitantes de Jalapa brindaron a los manifestantes tuvo un impacto en los
resultados electorales; que no se pueda calcular con exactitud no quiere decir
que el fenómeno sea inexistente. Si a esto se agrega que durante el último año
varias partes del mundo han experimentado movimientos similares, no se puede
dudar del efecto #132 en los resultados electorales.
La coyuntura
internacional tuvo mucho que ver para la conformación de un movimiento
estudiantil que contribuyó a popularizar la idea de castigar al sistema. La
primavera árabe, los indignados en España y los Ocupa en Estados Unidos son
fuente de inspiración, no sólo para la juventud si no para la población en
general. En particular para los estudiantes en Jalapa habría que agregar que el
movimiento estudiantil en Chile, encabezado por Camila Vallejo y estuvo en la
mira internacional por varias semanas, no debió haberles sido indiferente.
Se podría decir
que el elemento más prometedor y halagador (si es que caben los halagos en el
mundo en que vivimos) de esta coyuntura
electoral se localiza en el corazón y la mente de los que participan en el #132
y en organizaciones y colectivos
estudiantiles en buena parte del territorio nacional. Su compromiso ético, su
capacidad para burlar el cerco mediático, su optimismo arrollador, son una consecuencia
inesperada de un proceso electoral deprimente y humillante, o al revés, del
cual nada bueno podía y podemos esperar.
Resulta en
extremo necesario que se imaginen otros mundos, que se pueda pensar al margen
del poder y sus símbolos. Las manifestaciones estudiantiles en Jalapa y en
México fortalecieron a la oposición
partidista, si bien de manera limitada, canalizando el hartazgo de una amplia
franja de la población hacia la resistencia y la oposición al régimen.
Lo anterior puede
parecer la confirmación de la especie, difundida por buena parte de la opinión
pública nacional, de que el #132 es un movimiento controlado por los partidos
políticos. Pero esto no deja de ser un argumento descalificador y limitado pues
el movimiento, a pesar de su apartidismo no es un movimiento apolítico. Pero a
diferencia de los partidos políticos concibe la política más allá de las
elecciones, aunque no las desprecia en su respeto a la legalidad.
Hasta el momento
ha sobrevivido a la emergencia popular, producto del megafraude, manteniéndose
fiel a sus principios y concibiendo sobre la marcha una manera de comunicarse
en una estructura nacional pero manteniendo la autonomía de las asambleas
locales y procurando adaptar, operar, los acuerdos nacionales en la realidad
local y regional. Lo que está claro es que el #132 pisa con ganas en la arena
política y está abierto a alianzas con otros movimientos. ¿Hasta dónde llegará?
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