En las contiendas electorales la inmensa mayoría de los candidatos usualmente preguntan: ¿qué hacemos con los pobres? La otra campaña zapatista de 2005 y 2006 puso de cabeza esta lógica y cuestionó: ¿qué hacemos con los ricos? Cronista privilegiado de ese periplo, Diego Enrique Osorno comenzó a preguntarse a partir de entonces cómo hacer un periodismo que cuente también la realidad del México de arriba. Su último libro, Slim: biografía política del mexicano más rico del mundo, es el producto de esta apuesta.
Como obrero de la información, Diego Osorno ha narrado episodios claves en la historia de la resistencias recientes del México de abajo. En los últimos años reporteó el recorrido zapatista por todo el país, viajó a los Loxichas para documentar el memorial de agravios sufridos por los pueblos zapotecos de la región, relató el levantamiento popular magisterial del 2006 en Oaxaca, se sumergió en la resistencia de los mineros michoacanos y acompañó a la Caravana por la paz de Javier Sicilia para escribir en tiempo real un testimonio de la valentía.
En eso estaba hasta que un día se desayunó con la noticia de que, según la lista elaborada por la revista Forbes, Carlos Slim se había convertido en el hombre más rico del mundo. Una ola de indignación lo sacudió. ¿Cómo era posible que en un país con más de 50 millones de pobres una persona amasara una fortuna de esa magnitud?, se preguntó. Y, convencido de que el tamaño de esa desigualdad es una afrenta, decidió averiguar su origen.
Consciente de que no podía escribir esa historia libro desde la indignación, emprendió con paciencia la tarea de acopiar información, hacer entrevistas con personajes claves –Carlos Slim incluido–, litigar para tener acceso a archivos y adentrarse en los laberintos que conectan el mundo de la política y las finanzas en México.
La estrella polar que guió esa travesía fue la de desentrañar el contexto político detrás de la fortuna del potentado. Encontrar las tramas de falta de regulación y transparencia estatal que la hicieron posible, así como las redes de corrupción que envuelven y lubrican el mundo de los negocios hechos al amparo de la privatización de las grandes empresas públicas.
La tarea no fue fácil. Las fuentes disponibles para investigar son escasas y sesgadas. Los ricos mexicanos huyen, como si fuera la peste, del escrutinio público. Sobre sus vidas personales y sus relaciones con el poder han levantado fosos tan grandes como los que han construido para resguardar sus mansiones. Lo que se sabe de su existencia está elaborado sobre la base de crónicas de sociales y reportajes en las revistas del corazón que ellos mismos pagan, y de columnas en la sección de finanzas de diarios y revistas. Su presencia mediática genera la ilusión de que todo mundo los conoce aunque nadie sepa realmente a ciencia cierta quiénes son.
Slim, biografía política del mexicano más rico del mundo no es una historia lineal que relata cronológicamente la vida del potentado. Es, más bien, un libro que narra temas y momentos claves del personaje. Un libro que salta en el tiempo para detenerse en la forma en la que adquirió Teléfonos de México, su disputa con Televisa y Televisión Azteca o su visión y práctica de la filantropía.
Es, además, un trabajo que confronta, más allá de los chismes y rumores, los mitos que sobre el multimillonario corren en la realidad. ¿Es cierto que Carlos Slim es el prestanombres de Carlos Salinas, como dice la rumorología popular? El periodista responde que no, y aporta y ordena gran cantidad de información que demuestra su aseveración. Y, más lejos aún, muestra cómo en la actualidad la relación entre el empresario y el ex mandatario es sumamente tirante.
El libro de Diego Osorno es una brillante radiografía del neoliberalismo mexicano o, más bien, de la forma en que el neoliberalismo adquiere carta de naturalización en México. De la misma manera que Charles Darwin elabora su teoría de la selección natural a partir de un viaje por las islas Galápagos, así el periodista regiomontano de 34 años, desarrolla las pistas claves del nuevo darwinismo social que ha echado raíces en nuestro país a partir de su expedición por la vida, obra y milagros del dueño de Sanborns. El magnate es un arquetipo del capitalismo mexicano de fin de siglo, un personaje límite.
En esta dirección, Osorno recupera la historia de cómo Slim se involucró en 1984, junto a los millonarios Emilio Azcárraga Milmo, Antonio del Valle, Carlos Autrey, Roberto Sertvije y Juan Gallardo, entre otros, en la altruista formación de una compañía llamada Libre Empresa SA. Su objetivo explícito fue consolidar una estrategia para hacer viable el proyecto del PRI en el poder. También, adquirir del Estado todas las empresas que éste opera (...) y así auxiliarlo en la responsabilidad que tiene. Una labor seguramente desinteresada en la que tuvieron gran éxito...
Parte relevante del relato sobre lo que sucede en el México de hoy está hecho por periodistas, no por los académicos, ni por los analistas de centros de estudios no gubernamentales, ni por los intelectuales mediáticos. En muchas ocasiones, quienes lo hacen no forman parte de la plantilla regular de la prensa escrita o electrónica. En mucho, esta narrativa está presente en libros. Slim, biografía política del mexicano más rico del mundo es clara muestra de esta tendencia.
Al escribir la biografía del constructor de Grupo Carso, Diego Osorno ha producido un libro muy importante para comprender el México de los últimos 25 años. Un libro que explica con sencillez y rigor la amarga paradoja de vivir en un país en que coexisten algunos de los hombres más ricos del mundo con muchos millones de pobres. Gracias a él, hoy sabemos más y con mayor profundidad sobre las relaciones entre el poder y las empresas en México, tarea central para dilucidar qué hacer con los ricos.
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