La permacultura, es una manera
sustentable de vivir, pero también una filosofía de vida en favor de la salud,
la equidad y el medio ambiente, apunta el doctor Miguel Ángel Escalona Aguilar,
impulsor de la misma, quien enfatiza que es necesario cambiar nuestra forma de
vida ante la crisis alimentaria y económica que vive nuestro país.
Como parte de su trabajo para impulsar
esta visión del desarrollo sustentable y estilo de vida, imparte talleres en la
Universidad Veracruzana, en los que hace énfasis en la agricultura orgánica,
“porque es muy importante hacer una reflexión sobre nuestros hábitos
alimenticios, ya que en nuestro país hay grandes contrastes, por un lado hay
gente que muere de hambre y otra que muere por enfermedades asociadas a la
obesidad y la mala alimentación.
“Por eso me interesó la agroecología,
porque es una ciencia que nos ayuda a entender y mejorar los sistemas de
producción, así como a entender los procesos sociales alrededor de estos. Y una
de las herramientas que nos facilita cumplir esos objetivos, es la
permacultura.
“Así que desde la visión de la
permacultura y la agroecología es que estamos trabajando en procesos de
producción urbana y periurbana de alimentos, ya que aunque en el campo se
produce en su mayoría lo que comemos, en las ciudades se conjugan la carencia
de alimentos y los problemas de salud enfocados en la mala alimentación”,
expresó.
“Pensamos que de esta manera podemos
hacer que la gente reflexione y actúe para tratar de producir sus alimentos, lo
cual les permite darse cuenta del trabajo que hay detrás de la comida y los
hábitos de consumo. En las ciudades perdimos la noción de dónde vienen los
alimentos, del trabajo qué se le puso a las hortalizas y quién las produjo; así
que la permacultura plantea analizar estos factores para fomentar una
repartición más justa, una dieta sana, modificando hábitos de consumo y el
manejo adecuado de los residuos, ya sea separando la basura o produciendo composta.
Por eso estamos impartiendo talleres en la UV, para fomentar estas acciones y
formas de pensar. En la que la gente esté al tanto de sus hábitos de consumo en
general”, explicó el doctor Escalona.
En sí, la permacultura es una serie de
principios para que las personas se concienticen sobre los modelos de
producción de los alimentos, entender que es mejor apoyar a los mercados
locales, saber un poco más del uso de las plantas, la biocultura, que se pierde
en la cultura urbana.
La permacultura maneja tres principios
éticos fundamentales: la salud de nuestro planeta, la salud de las personas y
una repartición justa de los bienes que se obtienen de la producción de los
alimentos. “Esto se refiere al reconocimiento de la señora que está en la
esquina y que vende sus chilitos o tortillas, que a ella seguro le regateamos,
y si vamos al supermercado no le regateamos, y entonces vemos que no hay una
repartición justa, y la permacultura que no le compres a los supermercados y sí
a los productores locales, ya que sus productos son de la zona y los de los
supermercados, quién sabe de donde vienen y desde cuándo fueron producidos”, puntualizó.
Uno de los aspectos más importantes es
hacer un diseño de un método de producción más sustentable, pero tiene que
analizarse el entorno en el que vivimos y sobretodo, crear ciclos virtuosos que
no contaminen, producir diseños y aprovechar en lo más posible esos recursos,
así que hay que preguntarse, ¿cómo me gustaría vivir?, ¿qué tengo para hacerlo?
y ¿cómo puedo hacerlo?
De esta forma, las personas pueden
usar los materiales que tienen a su alcance, para construir hortalizas, para
unirse con sus vecinos en cooperativas, organizar espacios verdes, es decir que
en la permacultura se necesita de la creatividad y la imaginación para crear
espacios sustentables en favor de una vida mejor.
El doctor Miguel Escalona también
platicó sobre los talleres que da en la UV a los estudiantes, en los que
intentan formar una red de agricultura urbana y periurbana, una red ciudadana
en donde se pretende generar nodos que tengan un efecto de gota de agua, que
cae y produce ondas, así que cada nodo puede enseñar a la gente a colaborar
para producir alimentos y entonces esto se va extendiendo:
“Esta red de agricultura urbana usa
estos principios, los de la agroecología y la permacultura. Por ejemplo estamos
intentando hacerlo en el Jardín Botánico Francisco Javier Clavijero (de la ciudad
de Xalapa), ahí estamos capacitando a los técnicos de campo y trabajadores que
dan mantenimiento, para que ellos luego sean capacitadores para la gente que
visite el Jardín. Otra huerta que estamos intentando poner es en el Parque
Tecajetes, ya que nos parece muy importante por lo simbólico, es muy visitado y
tiene un concepto de un uso sustentable del agua, porque tiene un nacimiento.
Asimismo, en el Río Cedeño, con los pobladores de la colonia Lucas Martín”.
Así que estos funcionan como los
principales nodos, y la idea es que se articulen con el nodo de la Universidad
Veracruzana, en la que tienen huertos en las facultades de Derecho, Ingeniería,
Agronomía y próximamente, en la de Psicología.
“La permacultura tiene una dimensión
cultural, social, política y económica, así que puede verse desde muchos ejes
que ayudan a acercarse a la gente. Entonces es como un juego muy interesante en
la que se trata de no producir contaminantes, almacenar energía, ya sea
almacenando agua de lluvia o composta”, agregó.
México es un país que necesita de una
nueva forma de concebir la salud y la alimentación, porque estamos en una
crisis muy grave en estos sentidos, así que hay que favorecer procesos locales
de producción de alimentos y no a las multinacionales, que pagan muy poco a los
agricultores y que tienen injerencia en los procesos electorales.
Por ejemplo, una de las opciones para aminorar
el impacto económico de los supermercados, es ir a los mercados agroecológicos
como el que se pone en la ciudad de Xalapa, en Clavijero 24, los domingos de 10
a 3, en Radio Universidad, o el de Coatepec, el Coatl, los sábado en el centro
de la cuidad.
“De esta forma ganamos muchos.
Primero, sabemos que los alimentos son frescos y sabemos a quién le estamos
dando nuestro dinero, además, los alimentos no tienen químicos”.
Miguel Ángel Escalona Aguilar estudió
biología en la UNAM, hizo una maestría en fruticultura y luego otra en
biotecnología, después hizo un doctorado en España sobre agroecología,
sociología y desarrollo sustentable, y tiene muchos años trabajando en la UV
impartiendo talleres en la Facultad de Ciencias Agrícolas; también da clases en
la Facultad de Ciencias Agrícolas y es Subcoordinador de Agua y Áreas Naturales
de la Coordinación para la Sustentabilidad, de la Universidad
Veracruzana.
Para contactarse con Miguel Ángel
Escalona y formar parte de estos talleres y principios, le pueden escribir a
mifana@hormail.com.
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