En la entrega anterior subrayé las relaciones entre el ludismo en Inglaterra y las acciones de los Individuos Tendiente a lo Salvaje (ITS), que atentaron contra la vida de un investigador del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, campus estado de México. Comentaba que coinciden en señalar a la tecnología como responsable del deterioro de la calidad de vida de la humanidad puesto que los avances de la ciencia , en esta caso de la nanotecnología, amenazan con aumentar el sometimiento de la mayor parte de la especie humana a los dictados de los poderosos.
Habría que agregar que ambos grupos, los obreros ingleses y los ITS, utilizan la ideología anarquista para articular sus acciones aunque los luditas destruían telares en tanto que los ITS atentan contra la vida de los científicos. Resulta evidente que ambos procuran sacudir la conciencia social para obligar a la ciudadanía a actuar para detener la deshumanización rampante, producto de la tecnología, aunque la radicalización es innegable.
A pesar de lo anterior, los ITS no se alejan mucho de la ilusión de los luditas que se podría resumir en la conocida frase: muerto el perro se acabó la rabia. Para los dueños de las fábricas de ropa en la Inglaterra del siglo XIX la destrucción de telares no representaba el fin de su negocio ni mucho menos mientras. Lo mismo se puede decir del atentado contra el investigador el Tec de Monterrey pues aun en el terrible caso de que hubiese muerto, el hecho pasa por alto que el desarrollo tecnológico y la deshumanización que enfrentamos no se va a acabar por el simple hecho de desaparecer físicamente a los científicos.
Y es que estos últimos reciben enormes recursos de las grandes compañías internacionales, enfocadas a invertir en desarrollo tecnológico para aumentar sus ganancias. Son ellas las verdaderas propulsoras de la nanotecnología mientras que los científicos viven de los recursos que ésas empresas les proporcionan. Los científicos no se mandan solos; al contrario sólo se dedican a desarrollar tecnologías previamente aprobadas por los dueños del dinero. Así que al igual que los dueños de las fábricas de ropa que sólo tenían que sustituir los telares destruidos con otros nuevos, las corporaciones internacionales que están invirtiendo en el desarrollo tecnológico no tendrían muchos problemas para encontrar otro científico dispuesto a seguir trabajando para ellos.
Esta es en mi opinión lo que hace posible relacionar a los luditas británicos con los ITS: su visión limitada, su ignorancia del problema en el contexto mundial, a pesar de sus buenas intenciones. Ahora bien, esto no quiere decir que estén completamente equivocados en el reconocimiento del impacto de la tecnología en la vida cotidiana de millones de personas. A su manera ponen el dedo en la llaga al reconocer que el desarrollo tecnológico no es la panacea para la creación de un mundo mejor.
Para nadie es un secreto que la intención de las inversiones dedicadas para desarrollar de la tecnología es simplemente la de ganar dinero, objetivo que casi siempre va en contra de la dignidad humana y de la realización de una sociedad más justa. Tal vez habría que criticar las acciones que atentan contra la vida de otros, en este caso del ITS en contra del investigador, porque si de lo que se trata es de defender la vida humana resulta claramente contradictorio utilizar el asesinato como acción ejemplar para defenderla
En todo caso, la desesperación parece ser el caldo de cultivo sobre el que los ITS definen sus formas de acción. En un mundo en el que los seres humanos perdemos cada vez más el control sobre nuestra existencia -al mismo tiempo que otros, los menos, tiene cada vez más poder- está provocando acciones desesperadas que en lugar de contribuir a cambiar las tendencias simplemente abonan a la espiral de violencia que cancela de golpe la posibilidad de vivir con dignidad. Y ¿no es ésa acaso la aspiración central de los luditas de ayer y de hoy?
1 comentario:
Para mi entre menos máquinas haya mejor..... no habrian tasas tan alarmantes de desempleo en el mundo....
Publicar un comentario