La agenda económica, de seguridad y migratoria pactada por el Ejecutivo con beneplácito oligárquico y adoptada por el PRIAN para el segundo tramo del sexenio, es la dictada por Washington. La adhesión de Los Pinos al ultra-secreto Acuerdo Trans/Pacífico del que hasta ahora se conocen ominosos detalles gracias a algunas fugas es de un sometimiento tan desleal al interés público nacional, como su adhesión a la guía policial-militar del Departamento de Defensa (DdD) a través del comando norte, de la Iniciativa Mérida en el combate al crimen organizado y a la tutoría del Departamento de Seguridad del Interior (DHS, en inglés) sobre migración y manejo fronterizo. Después del alud de "reformas estructurales" y de contar con una mayoría adosada con el Partido Verde y el Panal, no han desaparecido ni el dinosaurio ni el elefante que, según el finado ex primer ministro Pierre Trudeau, yace entre México y Canadá.
En materia migratoria ¿estamos realmente, como dice Amnistía Internacional, en presencia de "una falla generalizada de voluntad de las autoridades mexicanas para investigar hechos violentos y de violación de derechos humanos cometidos contra migrantes, principalmente centroamericanos en su paso a Estados Unidos (EU)" o, dado lo sistemático de dicha "falla", de una política deliberada que transforma al país en "tapón migratorio"; en territorio "extremadamente peligroso para personas en tránsito", con su secuela de ejecuciones extra-judiciales, desapariciones forzadas, fosas comunes, extorsiones, violaciones y todo tipo de ataques contra migrantes, con autoridades federales y estatales "más ansiosas por expulsar gente que por salvar vidas"? (La Jornada 19/6/15 p.7) Más que anómalas las omisiones en la indagación de hechos violentos y el aumento de tales ataques serían parte de la rutina: entre 2013 y 2014 el secuestro de migrantes se multiplicó por 10, pasó de 62 denuncias en 2013 a 682 en 2014 "cifra que podría aumentar en el presente año" (ibid).
Fue la alarma de Felipe Calderón ante la propuesta de AMLO de restablecer el servicio de pasajeros por ferrocarril lo que visibilizó lo del tapón migratorio. En un debate presidencial, Calderón se opuso porque agilizaría el tránsito de personas al norte, evidenciando, de paso, su apego a la agenda de seguridad de EU en México, que además de criminalizar la migración forzada, fue retomada por el peñismo al prohibir viajar en el techo del tren de carga (la bestia) parte del plan Frontera Sur que recrudece persecución y maltrato contra migrantes haciendo más mortífero y riesgoso el viaje hacia EU. La subordinación de Calderón y Peña a la política militar de EU, endosando la participación mexicana en operaciones de mantenimiento de paz, fue un boleto de peso en la ruta de ambos a Los Pinos concitando el apoyo del aparato de seguridad civil y militar de EU. Así se infiere, en el caso de Calderón, del cable del embajador Garza al Departamento de Estado sobre el contexto electoral con motivo de la visita de Donal Rumsfeld en abril de 2006 (06MEXICO1889 Wikileaks/La Jornada): “dos de los tres candidatos … continuarían con la resistencia mexicana a enviar tropa al extranjero. Si el PAN regresa (al poder) presionará a favor de mayor papel militar en el extranjero”.
Con este boleto en el bolsillo, apenas llegó a Los Pinos el panista decidió tanto lanzar la guerra al narco, desatando una tragedia humana de enorme calado, como dar entrada a tropa y equipo militar de EU en puertos, aguas territoriales y fondeaderos, aeropuertos y puntos clave del territorio, a la instalación de bases: trató de abrogar la Ley para Conservar la Neutralidad del País (Ley de Neutralidad) promulgada por Lázaro Cárdenas en noviembre de 1939 (El Universal, 20/4/07). Se trata de un diseño de seguridad del que Michel Chossudovsky ha ofrecido detalles: conocido como integración profunda de América del Norte es un diseño post-westfeliano impulsado por el Foreign Relations Council, alto cabildo empresarial-bancario y del aparato de seguridad planteado en 2006 en una junta secreta realizada en Banff, Alberta. Trátase de un desborde castrense de EU que deroga, mediante la desnacionalización de los instrumentos para el ejercicio de la violencia legítima, la jurisdicción de los Estados-nación mexicano y canadiense que, de paso, aniquila la noción westfeliana de igualdad jurídica de los estados a favor de EU (LJ,26/4/06).
EU no quita el dedo del renglón: en 2015 la intentona para anular la Ley de Neutralidad la protagoniza el PRI que recién presentó una iniciativa para abrogar esa ley (LJ/15/6/15/p.7). Goebbelianos que son, los mándamases prianistas olvidan lo que el general Roberto Badillo, ex secretario de la Comisión de Defensa, y el diputado Carlos Rojas argumentaron en 2007: que México estaría arriesgando vidas en conflictos que no nos atañen y que al derogar esta ley (se) nos coloca en un plano a disposición de la ONU y del país más poderoso que es EU.
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