El anuncio, por parte del rector
de la Universidad Veracruzana (UV), de la eventual realización de un estudio de
opinión para mantener o desaparecer el equipo de basquetbol profesional parece
reunir todas las características de una simulación. Con la intención de cerrar
su larga y desafortunada estancia en la rectoría, Raúl Arias, se propone echar
mano de las encuestas para defender su proyecto de universidad, que no parece
ser otro que el de las universidades privadas yanquis, que apuestan a la
publicidad proporcionada por sus logros deportivos para mantener una imagen de
ganadores.
Sobra decir que el mantener un equipo
profesional de basquetbol, que entre 2008 y 2011 ha consumido 268 millones 570
mil 976 pesos, no tiene la intención de ampliar la demanda de sus servicios
educativos sino simplemente, al decir del rector, de promover el deporte. No
puede decir otra cosa pues el crecimiento de la capacidad de la UV para
absorber la demanda educativa ha sido nula, si se toma en cuenta que cada vez
más jóvenes se quedan fuera de la universidad.
Pero eso no parece importarle a Raúl
Arias que, aferrado a su visión personal de lo que debe ser la universidad, no
tiene empacho en declarar que no hay dinero, por ejemplo, para el mantenimiento
de la USBI o del Hospital Universitario. Restricciones presupuestales les
llama, con el cinismo típico de la burocracia universitaria.
Pero volviendo al tema de la
simulación del anunciado estudio de opinión, el coordinador general del Centro
de Estudios de Opinión y Análisis de la UV, Claudio Rafael Castro López, dio
los detalles de la farsa. Para empezar no será uno sino dos estudios de
opinión: uno que será sólo para la población de Xalapa y otro para la comunidad
universitaria de todos los campus de la UV. Y claro, en fechas diferentes: el
de Xalapa -dirigido a la población en general- del 25 de febrero al primero de
marzo, o sea ya, con lo que se limita la posibilidad de abrir espacios de
discusión y análisis; y el estatal –para toda la comunidad universitaria- entre
el 11 y el 22 de marzo.
Eso sí, el método de selección
será estrictamente aleatoria, faltaba más. Pero con todas las mañas que
les conocemos a los encuestólogos cuesta trabajo creer que así sea. Máxime que en
la consulta estatal participarán tanto maestros, como funcionarios y personal
administrativo. Y para colmo, falta ver las preguntas que comprenderán el
‘ejercicio eminentemente estadístico’ que, por lo que se ve, estarán orientadas
a medir la percepción del éxito del equipo y no las consecuencias negativas del
enorme costo del mismo en la misión esencial de la universidad.
Los resultados de la simulación serán
dados a conocer a principios de abril, o sea una o dos semanas después de
recabar la información, a pesar de que se utilizarán metodologías de
vanguardia. Todo con la intención de responder a las demandas de los
estudiantes de Humanidades, que el año pasado lograron que el rector se
comprometiera a realizar la consulta. La simulación tiene entonces dos
objetivos: demostrar la ‘sensibilidad política’ del rector para con las
demandas de la comunidad universitaria, y además reafirmar su compromiso con la
‘democracia’. No cabe duda de que todo el proceso será una simulación, una
manipulación descarada para obtener el resultado deseado a costa de la misión
fundamental de la UV. Un halconazo virtual pero efectivo para imponer la
voluntad de la burocracia universitaria y burlar las demandas de la comunidad
estudiantil.