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jueves, 16 de mayo de 2013

La construcción del estado posrevolucionario en México (1-3)

Las muestras de agotamiento del estado mexicano, construido en los años veintes a partir de las experiencias de gobierno en varios estado de la república, ha provocado una debate que coloca la cuestión en términos de reformas posibles ancladas en el espíritu neoliberal o de nuevas definiciones del fenómeno social superando el modelo liberal de sistema político. Los primeros niegan el agotamiento del liberalismo y se aferran a la dinámica legalista para administrar el sistema, procurando siempre el cambio moderado, administrado. Los segundos miran más allá del orden liberal, partiendo de la premisa que el liberalismo y su estado han cumplido su ciclo histórico. 

En todo caso, al acercarse al problema parece necesario conocer la coyuntura en la que surgió y creció el sistema político mexicano. A partir de ello se podrían definir sus características, sus marcas de nacimiento como diría Panebianco, que nos ayuden a comprender los signos de la decadencia de ése sistema, pero sobre todo, los caminos posibles para una recofiguración del sistema político en México, orientados a superar el estado liberal como centro del sistema político. 

Se describirá la coyuntura de la que surge el estado de bienestar en México para después organizar algunos elementos que ayuden a comprender el éxito que tuvo un estado que transformó al país y que hoy se niega a desaparecer, a pesar de ser manifiestamente incapaz de honrar los principios básicos de todo estado de bienestar para volver a la fórmula del estado policía del siglo XIX, en aquéllos años con Porfirio Díaz y hoy con Felipe Calderón y Enrique Peña. 

El año de 1914 representa una bisagra entre el mundo caracterizado por la hegemonía del imperio británico y la aparición de los EEUU y Alemania como serios aspirantes a ocupar el centro del sistema mundo. El inicio de la primera guerra mundial anuncia el fin del equilibrio pactado en Europa después de la derrota de Francia por Inglaterra pero también el inicio de una tendencia que, desde los años treinta y que tomó fuerza después de 1945, hasta la llegada de Mitterrand al poder marcó a todo Europa: el fortalecimiento de la presencia de la socialdemocracia en el estado liberal. De ser derrotados y reprimidos durante todo el siglo XIX, los socialistas llegarán a gobernar con sus respectivos partidos a la mayor parte de los países occidentales. Por último, en el siglo XX, que empieza en aquél 1914 y termina en 1989, serán los EEUU los ganadores de la contienda y ocuparán sin discusiones el centro del sistema mundo a lo largo de todo ese siglo, con todo lo que eso significa para la nación mexicana y para Latinoamérica.

Tal vez por ello, la corriente sonorita de la revolución fue la que logró iniciar el proceso de la construcción entre 1920 y 1928 de un estado que sustituyera al heredado por el porfiriato; su conocimiento y admiración por el modelo estadounidense tuvieron mucho que ver con su proyecto de estado. Y si bien Calles tenía sus diferencias con Obregón, los dos estaban de acuerdo en la urgencia de sentar las bases para la construcción del edificio estatal posrevolucionario sin enfrentarse directamente con el vecino del norte. Los tratados de Bucareli pueden tomarse como nacionalistas, sobre todo en tiempos en que nuestros gobernantes venden al país y a su población sistemáticamente. Empero, le sirvieron al grupo Sonora como moneda de cambio para lograr el reconocimiento oficial de los EEUU a cambio de mantener la apropiación del petróleo por las compañías yanquis. 

La hegemonía de Calles y Obregón se mantuvo también como consecuencia de una hábil negociación con los poderes locales, los caciques regionales que mantenían el poder local y y que, en ausencia de un poder central fuerte, fueron actores centrales en el proceso de construcción del estado posrevolucionario en México. En otras palabras, la construcción del estado estaba en manos de los caciques y militares en casi todos los estados del país, sin olvidar la labor coordinadora del centro, que realizaron Obregón y Calles desde la presidencia que aunque no controlaban completamente las regiones, tenía poder de veto real gracias a que disponían del ejército mexicano, al menos hasta 1923. Estos dos elementos, bajo la sombra del movimiento social de la revolución mexicana que, para efectos de éstas líneas se asume como revoluciones, como movimientos, están claramente condicionados por las problemáticas locales. Si negar que tuvo impacto en toda la república se parte de la idea de que no fue una revolución, fueron revoluciones.

¿Cómo se expresa la coyuntura en el ámbito local?

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