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jueves, 11 de abril de 2013

Los maestros incómodos y la privatización de la educación

El veneno contenido en la reforma educativa empieza a surtir efecto. Al igual que con el golpe autoritario contra el Sindicato Mexicano de Electricistas, que tuvo como verdadero motivo el negocio de la fibra óptica- la embestida mediática y política en contra de la disidencia magisterial tiene la misión de generar condiciones para una privatización del sistema de educación básica, desplazando del escenario a los maestros ‘incómodos’. Esa y no la idea peregrina de la educación de calidad es el problema de fondo.

 Y si no me cree revise usted las recientes declaraciones de la Coparmex, que amarra navajas para 'salvar la educación' al proponer clases extramuros, pagadas por la derecha patronal. Su presidente, un tal Juan Castañón, en el colmo de la demagogia declaró: “No vamos a permitir que un grupo de personas con privilegios e intereses personales se imponga en detrimento del derecho de los niños y jóvenes a recibir educación” ¿Desde cuándo los empresarios mexicanos han defendido los derechos de las mayorías y los bienes comunes? ¿Desde que pretenden abrir oportunidades para hacer negocios y lucrar con los derechos sociales? ¿Habrá en nuestro país personas con más privilegios que los grandes empresarios?


Por parte de los gobernantes la cosa no cambia mucho. Un personaje que encarna la corrupción mejor que nadie, Emilio Chuayffet, declara que “no hay derecho contra el derecho” Supongo que se refiere al derecho de los poderosos a hacer lo que quieran y su jefe, el copete ensillado, suelta una amenaza velada al afirmar que “no va a permitir” presiones ni retrocesos. Remember Atenco. El desalojo de la autopista del Sol y su declaración asumiendo la responsabilidad del hecho no dejan lugar a dudas de su posición al respecto. El costo político no parece preocuparle ni mucho menos la posibilidad de un surgimiento popular en Guerrero, Oaxaca, Chiapas y Michoacán. Tal vea así, calcula el presidente, pueda justificar más ampliamente la represión y desaparición de la corriente magisterial disidente al corrupto Sindicato Nacional Trabajadores de la Educación, que después de su descabezamiento no pasa por sus mejores momentos.

Así las cosas me pregunto: ¿No fue el estado mexicano y sus dueños, con el partidazo a la cabeza, el mayor beneficiado con la corrupción que auspició en los sindicatos en México? ¿No fueron ellos quienes fomentaron y fomentan la venta de plazas, las licencias indefinidas y el enriquecimiento de sus líderes a cambio de votos? ¿No fueron y son ellos quienes desvían los recursos públicos destinados a la educación básica para desmantelar las escuelas en las que estudiamos usted y yo, y que eran las mejores, responsabilizando a los maestros por el abandono y las paupérrimas condiciones en las que se encuentran?

Y ahora le pregunto a usted, indignado lector; ¿De veras cree que la reforma mejorará la educación? ¿De veras cree que Peña y Chuayffet tienen calidad moral para darse baños de pureza? De veras cree que los únicos responsables de la situación es de los maestros? ¿De veras cree que la privatización y los empresarios mantendrán la educación laica y mejoraran su calidad? ¿Está dispuesto a que un cura defina los planes de estudio de sus hijos y además tenga que pagar por ello? 

Deje de cargarle el muerto los maestros y dirija su mirada a los lobos disfrazados de ovejas, a los políticos y grandes empresarios a quienes les incomoda que los maestros se opongan a los planes de privatización largamente acariciados. Son ellos los que nos han llevado a la situación en la que nos encontramos con la finalidad de seguir mejorando sus ganancias. Suponer que los maestros son la fuente de todos los problemas en la educación básica es tratar de tapar el sol con un dedo y desviar la atención del verdadero origen del conflicto. La verdad no peca pero incomoda. Usted disculpe

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