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martes, 5 de marzo de 2013

El levantón de la maestra y el futuro del magisterio


Las reacciones de la opinión pública con motivo de la detención de Elba Esther Gordillo pueden fácilmente clasificarse en dos grupos: las optimistas y las escépticas. Para los representantes de las primeras, finalmente ha llegado la justicia al magisterio y la educación en México va a despegar, olvidando que la hoy acusada de lavado de dinero llegó al poder sindical en una maniobra similar, más de veinte años atrás, sólo que ahora ella es la víctima. Para los escépticos, las cosas no van a cambiar nada y la corrupción e impunidad seguirán siendo la moneda corriente en la vida sindical, pasando por alto el significado político de la acción punitiva y su impacto en los trabajadores de la educación.

La maniobra política-gangsteril de dar un golpe de mano para mejorar la imagen del gobernante en turno, en realidad no es otra cosa que una muestra de debilidad. El general Cárdenas la utilizó para sacarse a Calles de encima y empezar a gobernar sin interferencias; fue el inicio del presidencialismo mexicano, ni más ni menos. En su momento, Carlos Salinas echó mano del recurso para cerrar filas en un partido que no confiaba mucho en él y, sobre todo, para debilitar la movilización popular provocada por el fraude electoral.

En el fondo estaba la debilidad de un presidente que, por medio de maniobras espectaculares con alto impacto mediático, quería imponerse a la clase política que encabeza y mejorar su imagen entre la población. La pregunta queda en el aire: ¿Qué tan efectiva será la detención de la Gordillo para tales fines políticos? Porque de una cosa podemos estar seguros: ni va a mejorar la educación, ni la corrupción va a desaparecer del sindicato como afirman los optimistas. Pero tampoco puede pensarse que el reacomodo entre la burocracia sindical y partidista no va a tener consecuencias, sobre todo para los maestros.

El levantón de la maestra –digo levantón porque la detención está lejos de guiarse por el sentido de la justicia; si ése fuera el principio inspirador las cárceles no se darían abasto para alojar a miles y miles de funcionarios y líderes sindicales que utilizan el dinero público o el de sus agremiados para beneficio personal- entonces, no es más que una acción motivada por la reconfiguración de la clase política nacional para fortalecer al presidente y su grupo cercano Pero, al mismo tiempo, es una muestra del espíritu autoritario y revanchista que forma parte del estilo personal de gobernar de Peña. Su destinatario natural son los propios priístas y  la población en general. Coopelas o cuello, parece decirles Peña a sus colegas… y a sus gobernados.

Al mismo tiempo, el levantón le permite al copete ensillado quedar bien con la derecha aglutinada alrededor de Claudio X. González, promotor de la calidad de la enseñanza con fines privados, of course; con las transnacionales de la educación, que se frotan las manos con la posibilidad de promover sus intereses en el ramo; y con todos los ciudadanos que creen que la educación en México, una vez desaparecida su principal líder sindical, llegará a la tierra prometida: la calidad en la enseñanza básica. No se trata entonces de un reacomodo de ideas o principios sino de lealtades, que apuntalen un gobierno que no las tiene todas consigo y que enfrenta una grave crisis estructural. Si no se puede mejorar la calidad de vida de las mayorías, o mejor dicho, no se pretende hacerlo, será necesario contar con alianzas dentro y fuera del país, que le cubran la espalda al gobernante frente a lo que viene: mayor pobreza para el 99% aderezada con la necesaria impunidad de los dueños del dinero y sus empleados para que todo siga igual.

Los tiempos que vivimos no son los del cardenismo o los del salinismo, por lo que resulta difícil pensar en que la vieja receta surtirá el efecto deseado. La sociedad mexicana ha visto demasiadas simulaciones como para tragarse la píldora sin chistar. Pero ¿Qué van a hacer los maestros? Son ellos los que pueden cambiar el significado de esta coyuntura. Las consecuencias del levantón para los maestros no son nada halagüeñas, tomando en cuenta el espíritu de la reciente reforma constitucional en materia educativa. ¿Surgirá una corriente que procure incrementar la autonomía y la democracia sindical? ¿Lograrán impedir el nombramiento de otro líder corrupto y servil al poder?

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