martes, 29 de septiembre de 2009

Para salir de la crisis II

“Con menos del 1% de las inyecciones económicas que han hecho los gobiernos para salvar al sistema financiero global, se podría resolver la calamidad de millones de personas que son víctimas de la hambruna”, según la directora del Programa Mundial de Alimentos de la Organización de las Naciones Unidas.

Y esa es precisamente la razón por la cuál ningún rescate financiero (y ninguna medida de política económica, por más que Carstens quisiera) podrá sacar al sistema económico actual de la crisis en la que, por su propia inercia, se encuentra sumergido.

Es preferible rescatar a los pocos que se benefician de la acumulación desmedida de riquezas que dar de comer (para garantizar tan sólo su supervivencia, ya no hablemos de una alimentación saludable) a más de mil millones de personas que, según cálculos de la ONU, padecerán problemas alimenticios este año.

La lógica de la economía mundial dicta que es mejor rescatar al banquero, al inversionista, al intrépido corredor de bolsa que arriesgó sus millones para obtener 10 veces su inversión inicial, que dar de comer a seres humanos que, en términos de consumo, no significan absolutamente nada. Aún cuando se trate de una sexta parte de la población humana.

Mientras no se convierta en un problema que afecte directamente los bolsillos de aquellos emprendedores que mantienen vivo el sistema, nadie volteará para ver todas aquellas zonas marginadas ya no digamos en África, sino a las afueras de toda ciudad importante en el mundo.

El Programa Mundial de Alimentos ha recibido 1,779 millones de euros de los 4,585 millones que necesita para dar de comer (insisto, al nivel más básico de subsistencia) a 108 millones de personas en 74 países.

Y es que al momento es más importante mantener una ilusión de recuperación, decir que lo más duro ha pasado, que las bolsas se empiezan a levantar y que el dinero volverá a fluir como lo hacía antaño.

Los gobiernos, por supuesto, están más concentrados en mantener felices al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial con los índices macroeconómicos (si, esos que no nos dicen absolutamente nada acerca de cómo vive la mayoría de la gente en un país) que preocupándose por lo que en realidad necesita la sociedad.

Más impuestos y más despidos, la salida fácil de un gobierno sin legitimación alguna a un problema que no será resuelto de la noche a la mañana ni con las “soluciones” que plantea.

Se trata de un problema que va más allá de los déficits fiscales de los gobiernos o de la poca rentabilidad de las empresas: el hecho de que un jugador de baseball cueste más que miles de familias juntas es parte del problema.

Y los medios se suman: cuando lo más importante es dónde se va a jugar el partido eliminatorio entre Estados Unidos y Honduras, y no la “crisis política” (léase golpe de Estado al mejor estilo de la CIA en los años 70) que sufre este último país, sabemos que hacer saber los reclamos de una nación que ha sufrido a todas luces una injusticia no es el principal objetivo de la prensa.

Hay que dejar de ver cada problema como si fuese una situación aparte, cuando en realidad todo forma parte de lo mismo. Medios de comunicación que mienten sin tapujos, gobiernos en jaque, miles de millones de personas con hambre, individuos que de la noche a la mañana se hacen millonarios gracias a la especulación, crisis sanitarias que causan muertes como si las vacunas no se hubieran inventado aún.

El primer paso para salir de la crisis debe ser reconocer su magnitud, sus causas, sus alcances, y comprender que las soluciones no se encuentran dentro del mismo marco que causo la crisis en un primer momento.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Golpe de estado militar en Honduras

Excelente análisis de Guillermo Almeyra, articulista del diario La Jornada, en relación con la lucha que se está librando en territorio hondureño y el alcance real del conflicto. Les sugiero que le revisen en el siguiente link:

sábado, 26 de septiembre de 2009

Honduras: ¡Yankees go home!

La llaga finalmente se ha infectado. El control político e ideológico que aplicó Estados Unidos durante su efímera era de reinado sobre los pueblos de América Latina y el mundo ha llegado a un estrepitoso final. Honduras es el escenario donde actualmente se desarrolla más crudamente el deceso de la hegemonía norteamericana. Aunque, para infortunio de nuestros hermanos hondureños, la contienda libertaria será –está siendo- áspera y dolorosa.

No me sorprende que en Estados Unidos (país en el que radican cientos de miles de hondureños) se haya desplegado un cerco informativo para evitar que la información cardinal y decisiva se conozca con exactitud. Los mismos espacios de divulgación (Univisión, CNN, Telemundo) que apoyaron en todo momento las politicas del alicaído imperio, hoy se alinean a la causa de los golpistas y condenan, como habitualmente lo hacen, la resistencia popular. Su postura, no obstante, pone al descubierto el noviazgo de la actual administración norteamericana con el mandatario “provisional” en Honduras, Roberto Micheletti.

Es en este contexto donde la reciente declaración polémica del presidente Barack Obama toma una significación mas concreta e ilustrativa. En esta última oportunidad, el prohombre de Washington pidió a los paises del mundo –seguramente en alusión a la exigencia diplomática que hoy recae sobre sus hombros: aquella de restituir el orden constitucional en Honduras- que no esperasen que “Estados Unidos lo solucionara todo”. No pocos han hecho un uso oportunista de esta última demanda, aduciendo una supuesta hipocresía de aquellas voces que pedían a Estados Unidos que no interviniera en sus asuntos internos, y que hoy, en el marco de la actual crisis politica hondureña, estas mismas voces piden que Washington intervenga. A estos portavoces amañados habrá que recordarles que si a Estados Unidos se le pide que interceda no es por razón de un reconocimiento de su autoridad o por motivo de una inconsistencia de quienes solicitan la mediación. Si al presidente Obama se le pide –acaso exige- que intervenga en este asunto es porque fue su administración, su gobierno, quien perpetró esta flagrante violación a la soberanía de Honduras.

No menos ramplones son los argumentos que han utilizado estos mismos medios para protestar por el regreso de Zelaya a territorio hondureño. A este último, se le acusa de incitación a la sedición, de conspiración y traición a la patria, y de ser asistido por fuerzas políticas extranjeras. Es decir, en una palabra, ¡se le acusa exactamente de aquello que resulta cierto para los golpistas encabezados por el “enviado especial” de Estados Unidos, el tal Goriletti (extiendo una disculpa a los primates, que nada tienen que ver con este asunto)! Dicen que es el ocio, pero yo diría más bien que es la ignorancia la que es madre de todos los vicios. Es absurdo que aún existan voces de ciertos hermanos –bastardos- que nutran la prepotencia del Sanzón descarriado.

Durante todo el siglo XX, las compañías fruteras estadounidenses y sus socios caciquiles sofocaron política y económicamente al pais centroamericano. Después de múltiples golpes de Estado (1963, 1972, 1975) y de una larga lista de dictaduras militares, el pueblo hondureño finalmente decidió poner fin a tal “vicio circuloso”. Cuando parecía que el país se perfilaba para iniciar una tímida reforma política, una vez más Estados Unidos y sus incondicionales aliados militares en Honduras frenaron sus planes con un nuevo y renovado golpe de Estado.

En tal sentido, si lo analizamos detenidamente, lo que está en juego en este momento en Honduras es, por un lado, el control de Estados Unidos sobre la region y la recuperacion de su baluarte “bananero” y, por el otro, la aspiración emancipatoria del pueblo hondureño y Latinoamérica entera que ansían sacudirse el histórico yugo norteamericano.

Honduras, Panamá y Colombia, son los últimos reductos del otrora imperio estadounidense. Con Honduras prácticamente se cierra el candado, y solo restarían los otros dos paises para la consumación definitiva del proyecto bolivariano: la creación de un bloque geopolítico en el sur sin precedentes. Algo que los estratos influyentes en Estados Unidos no estan dispuestos a consentir. La violenta confrontación en Honduras es un claro ejemplo de ello.

Más que vaticinar el desenlace de este conflicto, prefiero externar mi incondicional solidaridad con el pueblo de Honduras y su laudable consigna reivindicatoria: ¡Yankees go home!

jueves, 24 de septiembre de 2009

Ver para creer

No es lo mismo mirar que ver como oir que escuchar. Ejemplifícolo: 1) En la playa miro la serenidad y el azul intenso de la mar y veo cómo una gaviota en picada pezca y se eleva, y 2) oigo el rumor marino de olas al estrellarse en los riscos y escucho en la caracola el apresado rumor de la mar. Nacimos para mirar y oir. Pero para vivir la vida debemos aprender a ver y escuchar. De esta intuición deliberada depende nuestro libre albedrío equilibrado para asumir responsablemente una actitud crítica de y para la vida.

A fuerza de mirar repetidamente lo programado para un fin determinado se logra que la gente crea en lo que se pretende que crea. Desde la eficiencia de un detergente o de si quieres comer a gusto toma Coca hasta la saciedad de los circo-maroma y teatro de diversa índole enmarañando conciencia y existencia de los que simplemente miran y lo creen negándose al ver para creer.

La tv y la prensa amarillistas y fantasiosas piensan y crean para ti. Despreocúpate de pensar y crear. Simplemente mira, lee y cree. Tomás de Aquino nos legó el ver para creer. Y a esta acepción idealista con premeditación, alevosía y ventaja los medios susodichos le han dado en la madre.

De este asunto hay mucha tela de donde cortar. Que los que estudian las resonancias de los medios se encarguen de ello. Básteme para coronar este AQUELARRE lo siguiente:

Ve, lector, la desfachatez de los medios al decirnos que la bandera de México aerea sobre la nación porque dos individuos de origen mexicano navegaron espacialmente por cometido de la nasa y regresar a salvo. Pregúntate si son mexicanos o norteamericanos los aeronautas. Es indiscutible: son norteamericanos. ¿Por qué? Allí se les brindó lo que acá no hubieran tenido. Entonces ¿qué? Se sienten mexicanos pero son formativamente de allá.

No se vale que los medios hagan de las suyas diciendo que es un orgullo para México este éxito. Es más, lo único que lograron fue poner en evidencia al sistema educativo tecnológico en funciones. (Camarena, nativo profesional mexicano, de la Meca a la Seca nacional anduvo ofreciendo colorear la imagen televisiva. Nunca aquí en México encontró amparo. En el norte le creyeron y revolucionaron la tv.)
Por dios, señores diputados, legislen para que los medios no sigan enmarañando o tratocando la verdad de los hechos y no se exacerben torpes sentimientos nacionalistas para enrarecer verdades. En septiembre se vale todo. Decir que como México no hay dos. Y esta es nuestra verdad histórica que no se afronta para constituir la nación libre y soberana que se desea tener. ¡Viva México, hijos…

arturo mejía acosta

Felicidas

Vayan dos antecedentes:
1. Cerca de Xalapa hace poco una joven madre desquiciada mata a golpes a su hija de tres años, y en plena esquizofrenia manifiesta, se corta las venas. La salvaron y va a Pacho Viejo; y

2. Hace años Excélsior publicó varios reportajes sobre el crimen de una masaba en el mundo de extrema pobreza del D.F. Recuerdo lo esencial y meritorio del asunto que conmovió a la nación: la masaba que hablaba únicamente su dialecto y con cinco hijos fue abandonada por su marido pepenador defeño, azuzado por su madre.

Al principio iba con la suegra en busca del pan de cada día y a palazos era corrida con sus hijos. Después mendigaba en las calles para conseguir un poco de pan que darle a sus hijos, que morían de hambre lentamente.

A oscuras por la noche recorría el lecho de muerte de cada uno y pegaba su oído a la boca de ellos: aún tenían aliento y pálpito de vida.

Levantaba a su bebé de meses y lo pegaba a sus chichis, manantiales secos. Eso era de todas las noches. Y una tarde al regresar a la cobacha con las manos, alma y corazón vacíos la boca del hijo mayor estaba sin aliento. Sin titubear taponeó con tiliches las boquitas de cada uno de los cuatro, arrebatándoles los últimos alientos de vida.

Sobre ellos buscó su propia muerte, colgándose.

Cuando llegaron su suegra y el pepenador bajaron a la masaba que cayó sin ruido junto a los cuerpecitos muertos de sus hijos. Y en el aquelarre desatado logran salvarla regalándole, como pan de cada día mendigado, una segunda muerte por morir.

Dos crímenes en tiempo, circunstancia y lugar diferentes. Dos veredictos que la sociedad impuso (2) e impondrá (1) de acuerdo a jurisprudencia (Lest est Let). Y al purgar la sentencia y en el estado en que se encuentren estas felicidas regresarán a ella. Y colorín colorado…

Ahora escribo de cada uno más acá o más allá de la Ley:

Del 1: la madre comete tal crimen con su hija como resultante de lo que socialmente ha recibido. Horrendo crimen y lo pagará, pero eso no basta. Es mejor prevenir que lamentar. Cueste lo que cueste se debe consolidar un modelo de vida socialmente educativo, que no sea escolar porque ya lo tiene (recordemos la Reforma educativa) sino de-en-para la sociedad misma, desennagenándola. ¿Por dónde empezar? He allí el quid de este aquelarre.

Del 2: Fue la sociedad-estado la que orilló a la masaba a tal crimen por la extrema y miserable pobreza del grupo más marginado del país: las etnias.

¿De qué han valido las alharacas políticas gubernamentales y presupuestales de instituciones para incorporarlos al desarrollo nacional? Sólo como folklor se les acepta. La masaba mató a sus hijos antes de que el hambre lo hiciera.

¿Alguien puede explicar qué es morir por hambre o ver morir de hambre a alguien que se ama? Yo no.

¿Fue un acto paranoico o de amor infinito el de la masaba?

¿La única culpable fue ella y no el estado que nos gobierna sin ofrecer el bienestar de todos para el bien de la vida nacional?

¿Entonces qué?

arturo mejía acosta

martes, 22 de septiembre de 2009

Durante la pasada semana celebramos un importante aniversario: no se trata de la lucha revolucionaria en nuestro país de hace casi un siglo, ni de la celebración de la Independencia de México hace prácticamente dos.

Se trata del primer año después de la quiebra del cuarto banco en importancia en los Estados Unidos: Lehman Brothers, 158 años después de su fundación por un judío alemán en Alabama.

El 15 de septiembre del año pasado, el gigante de los servicios financieros en Estados Unidos y en el mundo anunció su quiebra, tras la crisis causada por los famosísimos créditos subprime (créditos con alto nivel de riesgo, principalmente hipotecas).

Entre las principales funciones de tan prestigiada institución estaba prestar dinero a países del llamado Tercer Mundo y cobrar altos intereses para poder después refinanciar la deuda y cobrar varias veces el préstamo original. La práctica favorita del capitalismo, y la misma que lo tiene al borde del abismo.

La fecha marca sin lugar a dudas un punto importante en los inicios de este siglo: el momento en que la crisis financiera se puso en boca de todos y debajo de la cama de aquellos cuyas prácticas económicas les habían redituado por tanto tiempo.

Empresas, bancos, naciones. La crisis puso a temblar a medio mundo por sus repercusiones en los bolsillos de quienes han utilizado la especulación y todas las ventajas que ofrece el capitalismo salvaje para enriquecerse.

En México sin lugar a dudas ya estamos acostumbrados a un proceso que hasta la fecha ha sido gradual en su porcentaje de acumulación, pero constante en las últimas décadas.

La riqueza de un país pasa de la nación a unos cuantos individuos que luego se vuelven a repartir a la nación y a sus connacionales. Y en el momento en que todo va mal es tiempo de joder al más jodido de nuevo, para poder así mantener el nivel de ingresos de esos pocos. Cualquier coincidencia con un impuesto o una contribución contra la pobreza es pura coincidencia.

domingo, 20 de septiembre de 2009

2+2 es siempre 5

La doctrina del Shock

Proyectos

Podríasmos hacer un niño
y llearlo al zoo los domingos.
Podríamos esperarlo a la salida del colegio.
El iría descubriendo
en la procesión de nubes
toda la prehistoria.
Podríamos cumplir con él los años.

Pero no me gustaría que al llegar a la pubertad
un fascista de mierda le pegara un tiro.

Cristina Peri Rossi

A algunos radicales

El espíritu, la dignidad mundana,
el arribismo inteligente, la elegancia,
el traje a la inglesa y el chiste francés,
el juicio tanto más duro cuanto más liberal,
la sustitución de la razón por la piedad,
la vida como apuesta para perder como señores,
os han impedido saber quiénes sois:
conciencias siervas de la norma y del capital.

Pier Paolo Pasolini

Vicente Gayo

Ya sólo nos falta un poco menos de tres meses para terminar el año y no quiero dejar pasar la oportunidad de recomendar una de las propuestas más frescas del rock en México. Son originarios del distrito federal; el nombre, probablemente lo han tomado del tan enigmático actor Vicente Gallo, lo cual a primera instancia fue lo que me engancho para interesarme en ellos, además de varias recomendaciones de algunas bandas mexicanas como Austin Tv, 60 Tigres y Hello Seahorse.
La banda que muestra influencias del postpunk electrónico como Foals, Block Party y The Rapture, marca su línea y se separa del punk-rock mediático, repetitivo y de poca calidad como Panda y Kudai entre otros, e inyecta ritmos bailables a sus guitarras asonantes. También integran ruidos de juguetes electrónicos, como por ejemplo, un game boy y una máquina de tickets Mi Alegría.
El álbum homónimo de la banda salió a la venta este año y al parecer el ya lo venden en línea, en Mixups y en otras afortunadas tiendas regadas por el Distrito Federal. Con algo de paciencia se puede encontrar el disco en Internet (http://www.megaupload.com/?d=06MJ0QHI) o escuchar algunas canciones en youtube. Sin embargo, el diseño del disco no es nada despreciable.
El disco contiene once pistas, el sencillo se llama Fin de Transmisión. Vicente Gayo combina sonidos de guitarras dispares, ruiditos que parecen recién salidos de un videojuego, y gritos rasposos, con percusiones bien medidas y contrapuntos precisos que junto con los bajos, le dan un beat bailable al ruido que proponen la nueva agrupación capitalina. Las letras, como en la canción “Laberinto” son algo optimistas sin pasar a lo cursi e ingenuo, y proponen dar una buena cara para enfrentar los problemas; en otras canciones como “Rec Play Stop” se juega con las palabras que se integran a sonidos bastante peculiares La canción que más los representa, y no por eso el sencillo, es quizá “GAYO”, en la que los elementos de la banda están mejor ensamblados, además, seguro brindar un buen momento a los que la escuchen en vivo.
En una o dos canciones, la banda se repite un poco, pero el camino que se vislumbra a partir de este primer lanzamiento, no deja de ser optimista y un respiro novedoso la música joven de México.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Circo, maroma y teatro

Resultó ser que un día desembarcó un extranjero desde Europa -la misma cantaleta se repite desde el siglo XVI- y abolió la esclavitud, engrosó al estado, cosa que no le gustó mucho (al parecer) a los derechosos estrafalarios que se fueron allende el Atlántico para parlamentar con los supremos pidiéndoles rumbo y dirección para el progreso nacional.

Resuelto su asunto, el segundo emperador resultó tan liberal como Juárez -sólo que terminó sepultado en el Cerro de las Campanas, por monarquista.

El día del entierro empezó la independencia nacional… de Europa –y sólo momentáneamente. La alianza con el norte de América estuvo determinada con su ascenso, su crecimiento acelerado, industrial y tecnológico.

La revolución sólo activó el proceso largo y tortuoso de industrialización nacional, de crecimiento urbano.

Me declaro un entusiasta de los excesos: después de un auge estatal, el campo fue abandonado; la maquila nacional ha construido el sueño mexicano.

Y el intercambio internacional ha crecido exponencialmente desde entonces. También la población, que ocupa ya muchas ciudades (diez veces más que hace cien años).

Por eso tenemos que defender con los dientes nuestro derecho a divertirnos con un cura de la farándula -casi bicentenario.

También por supuesto tenemos que reorientar la agricultura, el sistema industrial de exportaciones y maquilas, la forma en que se cobran los impuestos y a quiénes se les cobra.

No podemos escatimar en costos cuando se trata de volver evidente lo absurdo del régimen.

Por eso yo exijo como ciudadano que el mismo cura vuelva a secuestrar otro avión, y se mantenga constante en su lucha de recorrer todos los estados del país, al lado de Juanito -y toda la mafia política- secuestrando aviones para hacerle saber a quien quiera su mensaje, mientras todos los demás nos dedicamos a cambiar este país.

lunes, 14 de septiembre de 2009

El siglo que comienza

Todo se dirige hacia una encrucijada. Esto es evidente en las medidas para resolver los graves problemas económicos: la pobreza será “combatida” con políticas que atacan directamente a los hombres y mujeres más pobres de nuestra sociedad, porque no se trata de medidas únicamente impopulares, como se nos quiere hacer creer, sino de medidas abiertamente antipopulares. Mientras tanto, la “gobernabilidad” se desmorona. Las justificaciones del gobierno se tornan cada vez más burdas, rudimentarias y groseras, el diseño de los pretextos gubernamentales es deficiente, cada día más; la personificación misma del gobierno decae cada seis años. Por otro flanco, los medios de comunicación se ríen constantemente del intelecto de los mexicanos: he ahí el reciente caso del “secuestro” del avión en el aeropuerto de la Ciudad de México, una completa bofetada a los televidentes. Y todo esto es sólo la manifestación superficial de algo que fluye muy por debajo...

La oscura crisis financiera, cuyas causas y trasfondo son conocidos por muy pocos, se ahonda y es imposible saber hasta qué profundidades de miseria puede arrastrarnos. Los pronósticos de los “economistas” no sirven de nada a los millones de seres humanos que están siendo atropellados por el casino bursátil. Siendo algo tan abstracto para el pueblo, la crisis ha logrado que la incertidumbre domine a la mayor parte de los hombres y mujeres de nuestro país.

Pero, a pesar de todo esto, hay algo seguro para nosotros: llegará un momento en que la situación será insoportable para el pueblo. Todo se dirige, tal vez muy rápido, tal vez lento, hacia esa encrucijada, en la que el pueblo ya no tolerará las privaciones, las burlas ni las aberrantes injusticias de las que hoy es objeto.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Caminos Seculares

Van casi tres años desde que inició la crisis económica mundial. El derrumbe del sistema económico estadounidense ha provocado bajas en la economía de numerosos países, sobre todo los que la sustentan en la industrialización. México no es una excepción.

Como era de esperarse, las soluciones por parte de los funcionarios no tardaron en darse a conocer. Se habla de reformas a la ley para promover la inversión extranjera y otras aparentes soluciones que no hacen más que redirigir el problema hacia un abismo más profundo para nuestro bienestar económico como la que anunció el secretario de Hacienda mexicano, Carstens, sobre el aumento de precio a la electricidad, el gas y otros servicios públicos.

Esas soluciones falsas, parches frágiles y por ende temporales, no han cambiado las condiciones ni el horrible panorama que enfrentan todas las economías capitalistas. Repito: México no es la excepción. La irregularidad y el descontrol de las finanzas, el imperio de la especulación financiera sobre la actividad productiva real, la abismal desigualdad y la inseguridad social, no han dejado de ser los pibotes de explotación por parte de las fuerzas empresariales y las clases oligárquicas.

Sabido es lo difícil que es proponer alternativas, es poco creíble que un día el pueblo exija cosas como la abolición de los paraísos fiscales, impuestos reales para las empresas multinacionales como Bimbo y Cocacola, y para las nacionales como Telmex; un alto a la demagojia y la negligencia, entre otras muchas medidas de prevención y de acción que en algún momento pudieron haber evitado una catástrofe social.

Es entendible que exista la amenaza fantasma de un próximo levantamiento social en el 2010, aunque quizá es una alternativa para soñadores oprimidos, el pueblo parece quedarse cada vez con menos alternativas frente al cinismo de los apoderados

viernes, 11 de septiembre de 2009

De estadistas payasos y pastores lumpen-secuestradores

Ante el vomitivo espectáculo protagonizado por los cuerpos bufones de seguridad pública el pasado día miércoles en el aeropuerto de la ciudad de México, no resta más que decir que los clavados de Cuauhtémoc Blanco son más creíbles que la irrisoria farsa del pastor-lumpen-secuestrador-Mesías-terrorista-exdrogadicto-predicador boliviano que, según los medios de entretenimiento y distracción –no así de información-, amenazó con detonar artefactos explosivos (léase, unas latas de jumex) mientras volaban él y un centenar de pasajeros en una aeronave procedente de Cancún. De acuerdo con las inverosímiles declaraciones del “autor intelectual” del secuestro, lo único que éste pretendía era transmitir a un tal licenciado Felipe (que según fuentes cercanas a un servidor funge como presidente de la nación) un piadoso y premonitorio mensaje de amor y fraternidad. Lo que resulta realmente aterrador no es la cacareada vulnerabilidad de la seguridad, vertiente por la que algunos despistados o payasos se han ido, sino la magnitud de las marrullerías y trastadas a las que debe recurrir el gobierno de este país para desviar la atención de los mexicanos en tiempos de atracos y grandes saqueos al pueblo.

Un día antes de este patético incidente, un grupo de auténticos plagiadores que se hacen llamar representantes supremos de la Nación presentaron un flamante paquete de rescate económico como respuesta a la crisis que azota al país. Entre las “soluciones inteligentes” que formularon el gran estratega militar con aspiraciones napoleónicas que habita en los pinos y su séquito de tecnócratas emprendedores podemos destacar las siguientes: el cobro a toda la población de un nuevo impuesto del 2 por ciento a todos los bienes y servicios intercambiables, incluyendo alimentos y medicinas; aumento del ISR de 28 a 30 por ciento a personas físicas y empresas que no gocen de regímenes preferenciales (sic); incrementos mensuales a gasolina y gas; aumento a los gravámenes que ya se aplican a cervezas, licores, vinos y cigarrillos; elevación de la tasa del impuesto a los depósitos bancarios en efectivo de 2 a 3 por ciento y disminución del monto a gravar a 15 mil pesos, en lugar de los 25 mil actuales.

Con estas lucidas propuestas de ajuste tributario y económico se busca, según palabras de sus promotores, salvar al país de la ruina económica y “combatir la pobreza.” De lo primero tengo mis reservas; de los segundo no me queda la menor duda. ¡Que mejor fórmula para combatir la pobreza que combatiendo a los pobres! Ni Adam Smith imaginó nunca una solución tan eficaz.

Como carajos pretenden que los estratos mas necesitados mejoren sus condiciones de vida con proposiciones económicas de semejante corte, cuando las familias de menor poder adquisitivo emplean el 80 por ciento de sus ingresos precisamente en los bienes que el gobierno hoy proyecta encarecer.

Más bien, lo que tendríamos que combatir los ciudadanos y no ciudadanos (pues no todos alcanzan tal rango) de este país son los mecanismos que hacen posible el acaparamiento ilimitado de la riqueza social, y a las pandillas que protegen tales intereses (léase, todos los partidos políticos sin excepción). Ya basta de despojo, de pillaje, de agiotaje, de abusos, de negligencia, de demagogia.

A las “autoridades” no les exijo nada, pues están ahí precisamente para delinquir y atracar al pueblo. A esos no me dirijo. A quienes sí les solicito categóricamente que despierten y tomen conciencia de su situación concreta y objetiva, es a los hombres y mujeres que conforman esta vapuleada nación, o lo que resta de ella. Rescatar la economía y dar solvencia a las finanzas públicas como indican los profetas del régimen, equivale a pasar la factura de sus mezquinos manejos financieros-monetarios (que no errores, como señala el sofista Cuauhtémoc Cárdenas) a las familias de menor –casi nula- capacidad económica.

No podemos consentir, ya no por razones éticas sino por una cuestión esencial de supervivencia, que un grupo de estadistas charlatanes atenten de tal forma contra la integridad física e intelectual del pueblo mexicano.

“Es un ajuste doloroso y difícil”, apunta el hombre mejor nutrido del país (o sea, Carstens). El problema es que no dice para quien. Seguramente no para el grupúsculo que detenta el poder.

Nunca antes la descomposición institucional había alcanzado niveles tan alarmantes. Ni las medidas circenses de distracción, ni el discurso metafísico de la “transición democrática” evitarán que la gente en México finalmente abra los ojos e impugne férreamente a sus ridículos verdugos.

Gestos y disfraces

Milan Kundera dice que son los gestos pero yo creo que son los disfraces, y de entre los disfraces una falda negra con un rebozo. Porque he andado buscando el mismo disfraz por todos lados y cuántas veces se ha repetido el mundo pero nunca el disfraz.
¿Será que se repita?
Que de repente nadamás uno no puede serle fugaz a un gran encuentro o que somos tan resbaladizos que pasamos sin darnos cuenta las mejores cosas, las personas más serias.
Así el disfraz negro como que asusta a quienes lo ven de reojo y pone felices a otros sólo por el mero parecido con las más temibles fantasías de infancia de quien reconoce al disfraz como suyo.
Si nos sumáramos todos a este gran disfraz la zozobra no existiría porque todos tendríamos el disfraz para que nos protegiera, nos renovara el ánimo y así…
En una palabra, vivimos en el vacío. Como en una burbuja llena de aire, nosotros estamos llenos de vacío.
El problema es mayor en este caso: nadie se ha planteado a ciencia cierta un nuevo comienzo. Una nueva manera de hacer las cosas.
Llamarle al vino vino, y por qué no, también llamarle a todas las demás cosas por el vino. Como en la “Visión de los vencidos”:
“Y todo el pueblo estaba plenamente angustiado, padecía hambre, desfallecía de hambre. No bebían agua potable, agua limpia, sino que bebían agua de salitre. Muchos hombres murieron, murieron de resultas de disentería.
“Todo lo que se comía eran lagartijas, golondrinas, la envoltura de mazorcas, la grama salitrosa. Andaban masticando semillas de colorín y andaban masticando lirios acuáticos, y relleno de construcción, y cuero y piel de venado. Lo asaban, lo requemeban, lo tostaban, lo chamuscaban y lo comían. Algunas yerbas ásperas y aún barro.
“No hay nada como este tormento: tremendo es estar sitiado. Dominó totalmente el hambre.
“Poco a poco nos fueron repegando a las paredes, poco a poco nos fueron haciendo ir retrocendiendo”.
Siempre he padecido el terror.
No me gusta nada: es manifiesto en los moretones que misteriosamente me aparecen en la espalda. Ni siquiera acostado en una cama con los más grandes lujos posmodernos se me quitan.
Los más aterrados son los viejos. Pero sinceramente todos padecemos “atados a la gran urbe”.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

¿Por la via moderna?

Mucho se ha hablado del desarrollo político de nuestro país, que si México es un país en vías de desarrollo, que si es un estado fallido y no se que tantas cosas mas. Pero una opinión que me llama más la atención que cualquier otra, es aquella que sobre todo expresa la intelectualidad vanguardista de primer mundo (por supuesto la norteamericana y europea), y es la de que México es un estado “pre-moderno”.

El problema que salta a la vista al hacer un modesto análisis de dicha afirmación, no es el de un absurdo y sentimental nacionalismo, sino el de los términos en que se hace dicha afirmación. En efecto, son agudos y perspicaces los comentarios de nuestros amigos intelectuales del mundo desarrollado, al desenmascarar al estado mexicano como un estado corrupto que carece de un clima democrático y de pluralidad; sin embargo, las implicaciones que tiene afirmar el estado de pre-modernidad mexicano pueden ser tendenciosas. Un estado no tiene necesariamente que seguir un patrón mecánico. México no tiene necesariamente que ser un estado moderno. Esto no quiere decir que no se pueda ser plural, pues la modernidad no ha sido la vía de la pluralidad.

La afirmación de que algún estado es moderno o premoderno, esta construida desde una tradición de pensamiento ilustrado y progresista, el cual supone que hay estadios históricos naturales por los cuales toda sociedad debe transitar. La modernidad se caracteriza por un desden a lo antiguo y un exaltamiento de lo nuevo. Esto es y ha sido ya altamente discutible, un tema muy gastado. Aun así, no esta de más acotar que es la razón moderna la que llevo en el siglo pasado a la humanidad a dos maravillosas guerras mundiales.

El decidir el status de desarrollo de un país es una cuestión sumamente arbitraria, pues obviamente se hace desde una perspectiva propia, la cual se eleva como ideal. Es el monologo de la racionalidad quien dictamina que es lo justo y adecuado en materia política. Nada mas cercano al dogmatismo y a lo impositivo, curiosamente todo lo contrario que la misma modernidad buscaba.

Los países desarrollados que viven bajo el orden moderno, quizá se consideran más demócratas y plurales por que han sabido separar ciertas cuestiones de orden moral del ámbito de lo legal, vaya que esto es un logro en materia de pluralidad; sin embargo, el estado moderno ha devenido en el mas voraz de los liberalismos económicos, ha posibilitado el debilitamiento de los estados mismos, creando un clima totalmente unilateral y de imposición, en el cual el poder económico es el único criterio a considerarse para hacer política. Mis muy queridos señores modernos: ¡esto no es democracia!

domingo, 6 de septiembre de 2009

Para salir de la crisis

Crisis alimentaria. Crisis inmobiliaria. Crisis financiera. Crisis bursátil. Durante el año pasado y lo que va de este hemos escuchado sin cesar comentarios sobre la temida crisis. Y al mismo tiempo, ni una sola explicación coherente acerca del por qué de la misma.

En primer lugar, hay que tener bien claro que no se trata de fenómenos distintos e independientes uno de otro. Todas y cada una de las mencionadas anteriormente son graves manifestaciones de las contradicciones intrínsecas del sistema económico mundial que nos rige actualmente.

Por ejemplo, la famosa crisis alimentaria de la que tanto se habló el año pasado, es provocada simple y sencillamente por la mercantilización desregulada de los productos alimenticios: no es que no haya alimentos suficientes, sino que la sexta parte de la población en el mundo no cuenta con los recursos para adquirir (bajo las divinas leyes de oferta y demanda) el mínimo necesario para subsistir.

La crisis financiera, por otra parte, no se trata más que del colapso de una inmensa cantidad de riqueza sin ningún sustento material: los niveles de ganancia que produce el capitalismo financiero son por mucho mayores a los que la economía real puede producir. A esto es a lo que se le llama una burbuja financiera, que como toda burbuja de cualquier naturaleza, estaba destinada a reventar en algún momento.

El aspecto global de la crisis tiene que ver con el debilitamiento de los Estados a favor de una economía de libre mercado, por lo que una crisis en el centro de actividad económica más importante del mundo (a diferencia de lo que comúnmente ocurría: efectos tequila, arroz, vodka, etcétera) repercute en mayor o menor medida en todas partes del mundo.

Ahora, ¿cuáles son las medidas que se han tomado para tratar de pasar este trago amargo? Inyectar dinero a la economía, rescatar bancos al borde de la quiebra, disminuir el impuesto al consumo para reactivar así la economía (en México, nuestros brillantes líderes piensan en aumentarlo, sólo ellos y sus conciencias sabrán por qué), etcétera. En fin, medidas puramente económicas para una crisis que va más allá de lo meramente monetario o fiscal. 

Medidas que, a lo mucho, paliaran los efectos de la crisis y darán un aliento más ala economía global que conocemos hoy en día. A un sistema que, de recomponerse, lo hará a costos muy altos: desempleo, hambruna, pobreza en aumento, en fin, a cota de la exclusión de muchos para beneficio de pocos. 

De ser así habrá crecimiento económico, mínimo, pero el desarrollo humano quedará olvidado en función de seguir obteniendo ganancias desmedidas. 

Para salir de la crisis no basta un aumento de impuestos ni la desaparición de secretarías o programas de gobierno. No basta cobrar IVA en alimentos y medicinas. No basta que se rescaten empresas y bancos, que ‘se socialicen las perdidas y se privaticen las ganancias’. 

La única salida a esta crisis es de tipo político, de tipo cultural. Implica un cambio radical en la manera en la que concebimos el mundo, en la manera en que nos relacionamos, en la manera en que intercambiamos, producimos y consumimos.

Y dicho cambia no puede provenir de otro lado más que de la sociedad en su conjunto: ningún gobierno, ninguna empresa, ningún FMI tienen en sus manos el poder (¿ni la intención?) para hacer que las cosas cambien.

SE LUMEN PROFERRE

Robin Matus hijo y Moisés Montefiore han coincidido en que la actual participación de los estudiantes en lo que concierne a su educación es practicamente nula. Así como las tristes vacas van al rastro, los estudiantes ingresan a las distintas instituciones sin preocuparse en gran medida por las navajas de arcaísmos con las que destazarán su sensibilidad, y le extrairán el espíritu de contradicción que tanto ha sido vilipendeado por la mezquina sociedad.

Es importante que el estudiante se mire a si mismo y tome consciencia de su rol en una institución educativa pública o privada. La burocracia universitaria, tan cruel e insólita como todas las subdiviciones de la burocracia de estado, son una barrera infranqueable entre el estudiante y sus herramientas básicas de aprendizaje y conocimiento.

En el caso específico de las humanidades y tal vez de las artes, las cuales se supone que promueven la capacidad de observación y pensamiento crítico del estudiante, los programas educativos se vuelven arcaicos, o universos paralelos a la realidad social, con la cual (y vuelvo a citar a Montefiore) tanto el artista como el intelectual deben estar en contacto.

De esta manera, el estudiante, que antaño “causó problemas” es injertado como una pieza nueva en el mecanismo de dominación cultural con que nos amenazan más que nunca las instituciones educativas.

Se ha procurado, para permitir al escolar estar más en contacto con su proceso educativo, crear consejos representativos en dónde se hace escuchar la palabra del estudiantado; sin embargo, estos procedimientos de retroalimentación, han pasado a convertirse, en la mayoría de los casos, en fiestecitas de apariencias y sin sentido donde se juega a votar por una cara bonita o por un diálogo con carisma y sin sentido.

Ya se ha dicho muchas veces que la pasividad universtaria refleja la sociedad en la que esta se encuentra.

viernes, 4 de septiembre de 2009

Los viejos siempre cuentan las cosas empezando de los más lejos que se acuerdan para llegar a un punto irrefutable lógicamente. Muchos lo logran con soltura y otros no.
Así entonces, una manera de aligerar el padecimiento colectivo, la desazón, la incertidumbre y todas esas cosas es con una mesa de notables. Es muy fácil su funcionamiento: los notables se reparten para ser los receptores de las peticiones sociales;
al aire libre se pone una mesa de madera. De la mejor madera que esté al alcance de todos los involucrados. Además, se le pone una pared atrás, lo suficientemente grande para pasar por original, o por legítimo si es que algo puede ser legítimo alguna vez.
Podríamos tener imágenes muy bellas, en la cordillera volcánica, en las dos sierras madres… en las playas, con una pared burocrática en medio de la nada, donde demostraría su verdadero valor.
Entonces se repartiría la agenda… todos podrían ir a la pared y la pared sería itinerante: un verdadero gobierno republicano.
Entonces se le concedería a cada quién su oportunidad para ir a gritar lo que le pegue en gana, en grupo de 20 o de dos. Las solicitudes sólo se podrán hacer cuando se presenten ante la pared, y ahí tendrán que ser escuchados todos los que lleguen.
Después de emitidos todos los gritos necesarios, la pared dispondría de un receso, deliberaría políticamente y le daría su postura al que increpó. Éste podrá contestar brevemente, recordando despedirse al final.
Cada quien decidirá si hace caso o no de lo que digan los otros, porque de todos modos para resolver un problema no es necesario ir a gritar a ningún lado.
Al final de varias rondas, estoy seguro que todos los problemas pasarían por ahí y ellos estarían metidos en todos los problemas y ya no tenemos nada de qué preocuparnos, en


la cantaleta de la pared.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Que alguien me explique

Sigue la polémica en torno al cierre de las 34 radiodifusoras venezolanas que fueron clausuradas por orden del mandatario venezolano Hugo Chávez. Dicho acto ha sido condenado por los medios de comunicación de todos los países “demócratas” e incluso por la antonomasica organización que guarda los derechos de la “humanidad” y la “justicia” en todo el mundo: la ONU.

El argumento principal con el que se califica a esta medida de retrograda, esta apoyado en el hecho de que dichas acciones atentan contra el espíritu de la libre expresión, la pluralidad y la democracia.

Lo que a mi me gustaría saber y que quisiera que se me explicase, sin el mas mínimo afán de ser un apologeta del señor Chávez, es de que manera el control de los medios de comunicación por parte de un sector reducido de la sociedad, es un acto de libre expresión y de democracia.

¿No han sido acaso los mismos medios de comunicación quienes se han encargado de minar el espíritu democrático y de libre expresión en el mundo, tratando de imponer una visión unilateral y moralista sobre la sociedad? ¿O es que acaso no hemos sabido interpretar los “rectos” y “morales” mensajes que Laura de America transmite a nuestra sociedad latinoamericana en su papel de paladina de la justicia?

Lo que a mi me parece claro, es que quienes son dueños y controladores de los medios de comunicación, tienen en sus manos un poder muy delicado que nos compete a la sociedad en conjunto, pues sus mensajes y la visión que se transmite nos afecta a todos de una manera u otra, pues configura la opinión pública y la realidad social. Recordemos la máxima latina: “la voz del pueblo es la voz de Dios”

La concesión de bienes, que deberían ser públicos, a capital privado, nos ha enseñado que no hace otra cosa más que generar monstruos económicos, que son capaces de “comerse” la soberanía política y económica de un Estado. En consecuencia, la soberanía y la dignidad de todo un pueblo.

O díganme ustedes si me equivoco ¿Cuándo es que las antenas de radio y televisión de nuestro país han estado al servicio de las necesidades y los problemas del pueblo? ¿O en verdad solo será necesario vivir idiotizados frente a las estupideces de gente ignorante en red nacional?

En mi opinión, mas allá del bien y el mal, el Presidente Chávez solo se esta quitando un enemigo fuerte de en medio del camino.